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Da la 4T hasta 70 proyectos a militares

Las labores del Ejército y Marina están divididas en 14 segmentos que incluyen trabajos de construcción, asistencia social y seguridad pública

Escrito en NACIÓN el

Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, la administración federal ha apoyado en el Ejército y la Marina para edificar más de 70 proyectos, que el mandatario considera esenciales para la transformación del país.

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Las labores que realiza personal del Ejército, así como de la Marina, están divididas en 14 segmentos que incluyen trabajos de construcción, asistencia social, así como de seguridad pública en apoyo a instituciones civiles.

Estos son: Atención a la emergencia sanitaria covid-19, Operaciones de construcción de Paz, Atención a fenómenos naturales, Plan migrante Frontera Norte y Sur, Protección a la red de ductos, Seguridad y erradicación, Seguridad en instalaciones estratégicas, Estado de derecho en la mar, Operación Camarón e Interdicción Marítima.

Los militares también vigilan el estado de la Vaquita Marina, tienen a su cargo el programa de Protección Marítima y Portuaria, Operaciones en el golfo y Pacífico, Construcción de infraestructura estratégica, así como la Sustitución de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por parte de la secretaría de Marina (Semar), en el control de las Capitanías de Puerto.

La participación de las fuerzas armadas (Ejército y Marina) ha sido primordial para este gobierno, quien incluso ha echado mano de una tercera fuerza de seguridad nacional (Guardia Nacional), conformada principalmente de militares y marinos para, supuestamente fortalecer la seguridad del país.

Otros de ellos son Sembrando Vida, la Construcción de los Bancos del Bienestar, la Coordinación de Compañía de Seguridad a Vías de Comunicación, la cual se encargará de la seguridad en carreteras e instalaciones federales, como aeropuertos. El más reciente es el control de los contratos que se realizan a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coferpris).

En el estudio “Militares y Gobernabilidad ¿Cómo están cambiando las relaciones cívico-militares en América Latina?", elaborado por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, en Colombia (Fescol), se detallan las labores que realizan la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así como la Marina, actividades que se han incrementado en los últimos años.

La ampliación de misiones no militares es una constante desde 2007, pero se incrementó de manera notable en 2019 y 2020. En la información proporcionada por el presidente el 19 de junio de 2020, la principal misión son las “Operaciones de construcción de paz”, a las que se destinan 81.694 hombres. O sea, más del 60 % de la fuerza operativa militar se dedica a la guerra al narcotráfico y el respaldo a la seguridad pública

En el apartado escrito por el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), Raúl Benítez Manaut, se menciona que algunas de las actividades que realizan ambas instituciones, han llevado a la aceptación de la población civil, principalmente en el apoyo a desastres naturales.

“Las misiones enumeradas, además del apoyo a la población en casos de desastres naturales (Plan DN3, Plan Marina y Plan Guardia Nacional), que se consideran humanitarias y de las cuales obtienen los militares su eleva­da imagen ante la población, sólo cuatro de ellas son de ‘defensa’ y las de­sarrolla la Armada de México: Estado de Derecho en La Mar, Protección Marítima y Portuaria, Operaciones en el Golfo y Pacífico y Operaciones Búsqueda y Rescate (AMLO, 2020a).

Estas acciones realizadas por la Ar­mada son en realidad, por su alcance geográfico inmediato, propias de una Guardia Costera. En el caso de la Fuerza Aérea, está dedicada a la guerra al narcotráfico (su principal equipo corresponde a helicópteros de combate para apoyar al Ejército) y tampoco tiene proyección como fuerza de defensa

Sin embargo, muchas de las labores que realizan durante este sexenio, no son trabajos o actividades enfocadas a la defensa del país.

“Se emplea al máximo la capacidad operativa militar con misiones que no son propias de la defensa. Cabe señalar que a pesar de los enunciados de que México contribuirá a la paz internacional para fortalecer a la ONU, hasta 2018 solo se habían enviado cuarenta militares como ob­servadores, diecinueve de ellos a Colombia. En enero de 2020, para entrenar personal para misiones de paz, se creó el Centro de En­trenamiento Conjunto de Operaciones de Paz en México (Ceceopam)”.


Algunos de los proyectos o programas en los que participan las fuerzas armadas, son la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, Sembrando Vida, la edificación de los Bancos del Bienes, acciones que confirman un proceso de militarización del país.

Muchas de estas funciones –construcción de aeropuertos y vigilancia de puertos y aduanas– eran obligaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Con lo anterior, se continúa la línea en ascenso del proceso de militarización iniciado en 2007. La justificación para emplear a las Fuerzas Armadas es que ellas, teó­ricamente según el presidente, no son proclives a la corrupción y son más eficientes

FUERZAS ARMADAS, “UN MAL NECESARIO”

La participación de las fuerzas armadas en labores para las que no fueron diseñadas lleva a México una militarización que se sostiene con el respaldo de la sociedad civil. Sin embargo, las labores que realizan en apoyo al país no son necesarias para la democracia.

“Es buena la participación del Ejército y Marina por la situación crítica que tienen el país, pero no es buena para la democracia. El país necesita a los militares por la inseguridad, pero no en la construcción de obras, como son aeropuertos”, comentó Raúl Benítez Manaut.

En entrevista con La Silla Rota, el especialista en temas de seguridad nacional considera que las fuerzas armadas son un mal necesario que prevalece debido a la inseguridad en la que se encuentra México.

“Son necesarios, tienen apoyo de la sociedad, pero reitero, no es bueno para la democracia. Son un mal necesario si tomamos en cuenta la inseguridad. En un estado de derecho deberían replegarse a los cuarteles, y digo replegarse, porque nunca se han regresado, siempre han estado en la calle”.

Benítez Manaut mencionó que durante este sexenio se ha dado continuidad de la militarización del país, a través de la saturación de labores no esenciales para las que fueron diseñados el Ejército y la Marina.

Una democracia liberal tiene que establecer la construcción de instituciones civiles profesionales de largo plazo, entre ellas la policía. Las labores que realizan las fuerzas armadas representan una militarización que va de la mano de una saturación de trabajo, las están usando en todas sus capacidades

En el corto plazo, la militarización llevará al militarismo, el cual no cambiará hasta que México pase del subdesarrollo al desarrollo.

La militarización poco a poco lleva al militarismo, esto representa que sean esenciales para el desarrollo del país, como lo fue hasta 1940. La participación de las fuerzas armadas en el corto tiempo llevará a que el país dependa de ambas instituciones. Si en algún momento México pasa del subdesarrollo al desarrollo tendrá que ir cediendo la labor militar por civiles, pero esto pasará sólo si México crece, de lo contrario siempre dependerá del Ejército y Marina

 

 

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