Salvador abrió su farmacia en Eje Central en diciembre pasado. Al hacerlo, dejaba atrás una trayectoria de años como contador para iniciar su propio negocio, al cual llegó gracias a su socio que estaba más empapado en el tema farmacéutico.
El inicio fue complicado, aunque él sabía que así sería. Lo que ignoraba es que sobre el mundo se avecinaba una dolorosa pandemia y que las ventas en la farmacia se dispararían.
Entrevistado por La Silla Rota, dice que gracias a esa situación él y su socio está punto de abrir otra sucursal.
“Ya estamos abriendo otra sucursal, la farmacia sí es negocio, más porque conseguimos precio de distribuidor, sí deja”, expresa.
“La pandemia aceleró el proceso, al principio nos empezó a pegar pero ya consiguiendo medicamento, sí, caro, pero lo tenemos gracias a Dios, es lo que nos ha sacado adelante”, agregó.
CUBREBOCAS SE VAN AL CIELO
Los precios para ellos también se han disparado y por eso también se han visto obligados a subirlos.
“Nosotros como tenemos precio de distribuidor damos más barato que las farmacias más grandes, aun así estos costos que nos dan a nosotros los tenemos que aumentar y sale más caro y nos sobrepasa”.
Un ejemplo es que un cubrebocas de los más sencillos a ellos se los vendían a 50 centavos cada pieza, pero con la demanda que se generó por los admíniculos que pueden ser la diferencia entre estar sano o contagiado, ahora no bajan de 5 pesos.
“Los suben los proveedores, o están en desabasto, o lo compramos al precio que sea, ha aumentado”, explica.
ALCOHOL SUBE AL DOBLE
Una medicina con mucha demanda es el Aderogyl y ya está escaso, añade. Entonces en su farmacia la gente voltea a ver el genérico Adecan, cuyo precio era de 28 pesos, pero ahora con la pandemia subió a 45 porque los proveedores lo suben. El alcohol para uso médico pasó de 40 pesos el litro a 90. El gel antibacterial estaba en 60 pesos y ahora se consigue en 130, más del doble.
“No es que nosotros queramos aprovecharnos con los clientes, los proveedores aumentan el precio y para dar el servicio debemos darlo caro y eso perjudica al cliente”, reconoce.
Otros productos cuya demanda aumentó es la vitamina C y muchos medicamentos que casi no se vendían o lo usaban para otras cosas pero que después se dice que sirven para combatir a la covid, se ha elevado la venta, como es la Ivermectina.
AUMENTAN ENFERMOS
La farmacia tiene al lado un consultorio médico. Ambos locales diario son desinfectados. Los empleados deben usar tapabocas y gel antibacterial. Además están marcados lugares para conservar la sana distancia entre los clientes y una malla para que no se acerquen a menos de un metro a los que atienden en la caja.
Con la llegada de la covid-19, el consultorio recibe entre 8 y 10 personas. Son pacientes que acuden a la farmacia a surtirse y Salvador reconoce que se siente nerviosismo, pero están para surtirles la receta prescrita.
“Tenemos médicos, el doctor nos pasa la receta y nos piden medicamentos para el coronavirus y tratamos de tenérselas”, concluye.