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“El Sapo”, el sanguinario segundo al mando del CJNG

Asentado en Puerto Vallarta, es señalado por diversos secuestros y asesinatos, además lo señalan como el artífice detrás de las “escuelas del terror” del CJNG

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El cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las cinco organizaciones criminales más peligrosas del mundo, segunda con mayor presencia en Estados Unidos y primera en México.

Al frente de este grupo del narcotráfico está Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, enemigo público número uno de México y Estados Unidos, con una recompensa sobre los hombros que va hasta los 10 millones de dólares.

De acuerdo con la Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), José Luis Mendoza Cárdenas, alias “La Garra”, es el hombre de “El Mencho” en Estados Unidos y Abigael González Valencia, “El Cuini”, cofundador del cártel, pero en prisión.

Sin embargo, el segundo al mando detrás del CJNG es otro, también señalado por autoridades estadunidenses, se trata de Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, apodado como “El Sapo”.

Originario de Apatzingán, Michoacán, Mendoza Gaytán nació el 2 de octubre de 1988, es decir, tiene actualmente 30 años.

Este hombre está bajo la mira del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el cual lo incluyó–en mayo pasado– en la estructura criminal de Nemesio Oseguera Cervantes.

“El Sapo”, precisan autoridades estadunidenses, controla Puerto Vallarta, Jalisco, para el CJNG, una zona importante para este cártel, pues se trata del bastión financiero de los jaliscienses.

En Puerto Vallarta operan también “Los Cuinis”, el cerebro financiero del CJNG, conformado por los hermanos González Valencia, cuñados de “El Mencho”, quien está casado con Rosalinda González Valencia, “La Jefa”, lideresa de esta organización criminal familiar junto con “El Cuini”, su hermano preso.

En este paraíso turístico están las principales empresas con las que el CJNG lava el dinero proveniente de sus actividades ilícitas. Eso es lo que protege “El Sapo” en Puerto Vallarta.

Sobre sus hombros pesan acusaciones por secuestros y numerosos asesinatos, detalla el Departamento del Tesoro.

Su nombre también ha salido a relucir como el artífice de las llamadas “escuelas del terror del CJNG”, donde hombres jóvenes en busca de trabajo son engañados con ofertas de empleo como guardia de seguridad, sin embargo, terminan siendo reclutados a la fuerza como sicarios.

En febrero pasado, el reportaje “El regreso del infierno; los desaparecidos que están vivos” publicado en Quinto Elemento Lab, realizado por Alejandra Guillén y Diego Petersen, expone el escenario de estos sicarios “a la fuerza”.

Los reclutados eran llevados a bosques o parajes alejados, los mantenían en condiciones inhumanas, los golpeaban todo el tiempo, los obligaban a hacer trabajos forzados, ejercicio excesivo, dormían poco y cuando lo hacían era en el suelo, ante cualquier “rebeldía” eran asesinados y sus cuerpos incinerados.

Los sobrevivientes entrevistados para dicha investigación refieren de “El Sapo” como el jefe de estas “escuelas de terror”.

En los relatos refieren de una matanza ordenada por el propio Mendoza Gaytán:

“Entró la voz de ‘El Sapo’: ‘Adelante hijos de su chingada madre, ¿quién quiere irse? Les voy a dar tres mil y a su casa, y a chingar a su madre’. En eso (unos) empiezan a levantar la mano, advirtiéndoles que si estaban seguros".

“Fueron 14 en total, los sentaron en una choza frente a los dormitorios y les dijeron que no se movieran. A los demás nos sentaron en otra choza. ‘El Greñas’ (muchacho de 20 o 21, cara de niño, mano derecha de ‘El Sapo’) les gritó: ‘A ver cabrones, pónganse a pelear todos contra todos’, y comenzaron a hacerlo, el que cayera iba a morir”.

“Al primero que cayó le decían ‘La Jaina’ (chaparrito, 1.70, nariz grande, cara grande, güero, pelo por todos lados, indigente de Guadalajara) cayó noqueado de rodillas. Le dieron de balazos. Luego ‘El Guachito’, alto, narizón; cuando vio que le iban a tirar, gritó “¡nooo!” levantando las manos en señal de defensa. Le dieron dos balazos. Después abrieron fuego contra todos”.

“Al último quedó un niño de 17 años con las manos metidas entre las piernas, cabeza agachada, meciéndose. Se acercaron a verlo porque quedó vivo. Le dieron un balazo. Nos hicieron llevar los cuerpos. Duramos hora y media porque había unos muy pesados, teníamos que arrastrarlos para echarlos a los elotes (quemarlos)”.

Los campamentos del CJNG referidos en la investigación se ubican en Tala, Cuisillos, Ahuisculco y Las Navajas, parajes rumbo a Puerto Vallarta, donde opera “El Sapo”.

Este relato refleja las prácticas sanguinarias del segundo al mando del CJNG, el hombre importante de “El Mencho” en Puerto Vallarta.

Mendoza Gaytán opera junto a su esposa, Liliana Rosas Camba, una mujer tapatía de 27 años de edad.

De acuerdo con el gobierno Estadunidense, la esposa de “El Sapo” administra las actividades comerciales y lava las ganancias de las drogas en nombre de su esposo y del CJNG.