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La amistad que “El Chapo” hizo con “El Z-40” en prisión

Unos días antes de su extradición Guzmán Loera habría realizado, con permiso de las autoridades, una reunión de diferentes capos de la droga

Escrito en NACIÓN el

Antes de que Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, fuera extraditado a Estados Unidos, cimentó una amistad con Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, en el penal del Altiplano.

Así lo dio a conocer el periodista Carlos Loret de Mola en su columna “Historias de reportero”.

Recordemos que “El Chapo” era líder del Cártel de Sinaloa y “El Z-40” de “Los Zetas”. Ambas organizaciones rivales a muerte que dejaron un rastro de sangre en gran parte del norte del país.

De acuerdo con lo relatado por Loret de Mola, luego de ser detenido por tercera ocasión, Guzmán Loera fue sometido a un estricto protocolo de seguridad, con el cual el capo se encontraba en aislamiento total.

Incluso, crearon una especie de app, de aplicación en sus celulares y monitores de oficinas, para vigilar a “El Chapo” las 24 horas del día.

Sin embargo, una madrugada, el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se sorprendió al ver lo que dicha aplicación le mostraba.

El exlíder del Cártel de Sinaloa cantaba un corrido que le habían dedicado a su compadre, Ismael “El Mayo” Zambada.

“El Chapo” no entonaba la canción sólo, junto con él cantaban los guardias y varios otros reos de renombre, entre ellos Miguel Ángel Treviño Morales.

La sorpresa fue tal que Osorio Chong llamó a una reunión de seguridad de emergencia con las autoridades federales encargadas de custodiar al exlíder del Cártel de Sinaloa.

El titular de la Segob se percató que se había roto el primer círculo de seguridad de Guzmán Loera, se tuvieron que despedir a varios guardias.

Posteriormente, continúa Loret de Mola el relato; “El Chapo había manifestado en una de las entrevistas que el Z-40 le había dejado saber que si lo hubiera conocido antes se habrían evitado decenas de enfrentamientos y muertes”.

La conclusión fue sorprendente: el líder del Cártel de Sinaloa y el de “Los Zetas”, feroces enemigos, se habían hecho amigos dentro de una prisión de máxima seguridad.

Por ello, autoridades federales decidieron trasladarlo de penal al fin de semana siguiente. Y así fue, “El Chapo” llegó a Ciudad Juárez, Chihuahua.

Sin embargo, antes de trasladarlo sucedió algo impensado, autoridades permitieron que Guzmán Loera se reuniera con otros capos, esto debido a que Ciudad Juárez es plaza de una de las organizaciones enemigas de “El Chapo”, el Cártel de Juárez.

Ciudad Juárez suponía un riesgo para la seguridad del narcotraficante, la de su familia y la de la ciudad.

También para el Cártel de Juárez era un peligro, al estar en dicho estado, miembros de la organización de Guzmán Loera lo visitarían y posiblemente buscarían el control de la plaza.

En la reunión acudieron miembros del Cártel de Juárez, principalmente familiares de Carrillo Fuentes, así como células delictivas de ambos bandos que fungían como brazo armado: La Línea, Los Artistas Asesinos y Los Aztecas.

El narcotraficante pidió garantías de que su familia no sería atacada por sus enemigos del Cártel de Juárez. La palabra de las autoridades no era suficiente. El capo pidió que lo dejaran negociar con las cabezas de los otros grupos establecidos en la región.

Llegaron a un acuerdo, nadie tocaría a la familia de “El Chapo” a cambio de que los sinaloenses no intentaran arrebatarle a los Carrillo Fuentes la plaza de Ciudad Juárez.

El acuerdo duró algunos meses hasta que Joaquín Guzmán Loera fue extraditado a Estados Unidos.