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De la caída de “El Chapo” al auge de “Los Chapitos”

Un año de claroscuros en materia del narcotráfico: mientras se consumaba la caída de “El Chapo”, sus herederos se consolidaban criminalmente, “Los Chapitos”.

Escrito en NACIÓN el

En un año que a todas luces se ha convertido en el más violento en México del que se tenga registro, el narcotráfico es una pieza clave en dicho derramamiento de sangre.

El 2019, sin embargo, fue un año de claroscuros en materia de lucha contra el crimen organizado, un año que comenzó con la caída consumada de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y que terminó con la consolidación criminal de sus herederos “Los Chapitos”.

La caída de “El Chapo”

El 12 de febrero, luego de tres meses de juicio, 56 testigos y miles de documentos de todo tipo, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, líder fundador del cártel de Sinaloa, fue declarado culpable por un jurado en Nueva York, Estados Unidos.

Calificado por muchos como “el juicio del siglo”, “El Chapo” fue declarado culpable de 10 cargos criminales, lo que significaba la caída “oficial” de quien fuera el hombre más buscado del mundo.

El caso de Guzmán Loera expuso las entrañas del crimen organizado en prácticamente todo el continente, evidenciando la relación “narco-gobierno”, siendo en México señaladas todas las administraciones federales, desde Ernesto Zedillo, pasando por Vicente Fox y Felipe Calderón, hasta Enrique Peña Nieto.

Cinco meses después, el 17 de julio, “El Chapo” fue sentenciado a cadena perpetua por el mismo jurado estadounidense. Actualmente, Guzmán Loera se encuentra recluido en el “Alcatraz de la Rocosas”, una de las prisiones más duras del mundo, ubicada en Colorado, donde también están recluidos terroristas y demás capos de la droga.

En La Silla Rota llevamos una amplia cobertura del juicio de “El Chapo”.

La cacería contra “El Marro”

Aún no comenzaba el año y el nuevo gobierno ya había declarado un nuevo combate, ahora contra el robo de combustible.

Por ello, se comenzó una cacería contra los líderes “huachicoleros” del país, siendo un “chupaductos” de Guanajuato el que se convirtió en prioridad para el gobierno federal: José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, líder del cártel de Santa Rosa de Lima.

Fuerzas federales y estatales realizaron la operación “Golpe de Timón”, donde comenzaron la cacería contra “El Marro” y, aunque han asegurado todo el año que su caída será pronto, su organización criminal se encuentra herida de muerte.

Ingresaron al corazón de su lujoso centro de operaciones en el municipio guanajuatense de Villagrán, descubrieron la capilla que protegía su principal fortaleza, descubrieron como corrompía pobladores y autoridades, lo captaron incluso de vacaciones en tierras sinaloenses.

Pero también desmantelaron su estructura financiera cercana a los 35.5 millones de pesos, hecho por el cual sus secuaces lo abandonaron e incluso interceptaron una llamada con su madre. Hoy, “El Marro” lejos de los lujos y las casas con siete albercas vive escondido en una cueva.

Las guerras de “El Mencho”

Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, cerró el año pasado con una cacería en su contra, dos recompensas millonarias en su espalda –de 10 millones de dólares y 30 millones de pesos– y su organización, el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), como una de las cinco más violentas del mundo. 

Lo que parecía ser una pronta caída, se ha convertido en una larga espera, “El Mencho” parece no caerá pronto, sin embargo, su expansión ha provocado diferentes enfrentamientos violentos con otras organizaciones criminales en gran parte del país.

En Michoacán, por ejemplo, se enfrenta a varios grupos criminales que en un principio eran autodefensas, como “Los Viagras”, así como a viejos cárteles como lo es “La Familia Michoacana”, con estos últimos extendió la disputa a Colima, Guerrero, Estado de México y Morelos. Cabe mencionar que ambas organizaciones en algún momento fueron aliadas del CJNG.

En Guanajuato, el CJNG combate al cártel de Santa Rosa de Lima –y sus aliados desertores del cártel del Golfo, “Grupo Sombra” –, disputa que ha convertido a la entidad del bajío como una de las más violentas del país.

En Veracruz mantiene una sangrienta disputa con el cártel del Golfo, “Los Zetas” y sus células criminales.

En Baja California, el CJNG realizó una alianza con miembros del cártel de Tijuana para enfrentarse al cártel de Sinaloa.

Y más recientemente ha buscado incursionar a Tamaulipas en alianza de “Los Metros”, célula desertora del cártel del Golfo, para desplazar al cártel del Noreste.

Cártel del Noreste: violencia constante en Tamaulipas

Sobreviviente y prácticamente victorioso de la guerra interna de “Los Zetas”, el cártel del Noreste se encargó de protagonizar varios de los hechos más violentos del año, particularmente en Tamaulipas.

La creación de su brazo armado, “La Tropa del Infierno”; el uso indiscriminado de niños y mujeres en su organización criminal; y los constantes, así como sanguinarios, enfrentamientos con las fuerzas del orden, hicieron que todo el país volteara a Tamaulipas.  

Sobre todo el caso de ocho supuestos miembros del cártel del Noreste a manos de la Policía Estatal, el pasado 5 de septiembre en la colonia Buenavista, en Nuevo Laredo.

De acuerdo con familiares de los fallecidos y la versión del Comité de Derechos Humanos de Tamaulipas, primero fueron "arrestados" por las Fuerzas del Orden y luego los asesinaron extrajudicialmente.

Varios de los asesinados presumían en redes sociales ser parte del cártel del Noreste. Mientras la investigación del caso continúa, los policías involucrados fueron suspendidos.

El nexo jueces-narco

La supuesta cooptación del narcotráfico al poder judicial se hizo presente este año a través de dos casos ampliamente abordado por La Silla Rota.

El 17 de mayo, Isidro Avelar, magistrado de Jalisco, fue acusado corrupción, lavado de dinero y presuntos vínculos con el narcotráfico, incluso, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) congelaron sus cuentas.

Avelar, de acuerdo con las autoridades estadounidenses, fue cooptado por el CJNG para que diera fallos a su favor.

El caso más evidente de este “Juez favorito” del CJNG fue el de Rubén Oseguera González, “El Menchito”, hijo y de “El Mencho”, a quien Avelar Gutiérrez exonero de delincuencia organizada y lavado de dinero.

Por suerte y gracias a otras órdenes de aprehensión, Oseguera González fue recapturado cuando salía de prisión y, otro juez que tomó el caso, lo dejó sin libertad.

En contraste, en 2016, el magistrado evitó que José Manuel Mireles, exlíder de un grupo de autodefensas en Michoacán, fuera liberado tras ser acusado de portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

Otro caso fue el de José Guadalupe Luna Altamirano, peculiar juez abordado por La Silla Rota el 13 de mayo, acusado de decisiones judiciales cuestionable, enriquecimiento sospechoso y hasta nepotismo.

El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) detectó movimientos irregulares en las cuentas bancaras de él y sus familiares por 4 millones 676 mil 293.8 pesos. Luna Altamirano fue el juez que en 2008 ordenó la liberación de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de “El Chapo”, exonerándolo del delito de lavado de dinero por falta de pruebas.

Caída de “narco fiscal” y acusaciones contra Sandoval

El 7 de enero, Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit, se declaró culpable por narcotráfico, fue detenido dos años antes en San Diego, California, cuando aún en el cargo, luego, el 26 de septiembre, fue sentenciado a 20 años de prisión.

Apodado como “El Diablo” fue vinculado con los Beltrán Leyva y con el CJNG, lo señalaron por usar su posición como fiscal para ayudar a organizaciones de narcotráfico que operan en esa entidad a cambio de sobornos.

El poderío criminal de Veytia no se entendería sin la mano del exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, quien fue señalado por autoridades estadounidenses de vínculos con el CJNG el 17 de mayo.

Ya en la lista negra del gobierno de Estados Unidos, Sandoval ha rechazado todos los señalamientos.

La graduación de “Los Chapitos”

El 17 de octubre ocurrió la mayor crisis de seguridad del actual gobierno federal. Un operativo para detener a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, desató una serie de hechos violentos en Culiacán, Sinaloa. Para evitar una masacre, el gabinete de seguridad, que ya tenía retenido a Ovidio, decidió dejarlo ir.

El operativo fallido no solo indignó por el hecho en sí, sino también por las contradicciones de las autoridades, las dudas que la versión oficial deja y el desconocimiento sobre el tema del propio presidente López Obrador. 

Ese jueves, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, detalló que una patrulla integrada por 30 elementos de la Guardia Nacional y del Ejército realizaba un recorrido de rutina cuando fue agredida desde una vivienda, los agentes repelieron el ataque, controlaron la vivienda y localizaron en su interior a Guzmán López.

La mañana siguiente, presidente contradijo a Durazo al asegurar que sí se trató de un operativo derivado de una orden de aprehensión con fines de extradición contra Guzmán López.  

Más tarde, esa misma mañana, Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, dijo que la Policía Ministerial Militar, en un afán de obtener "resultados positivos", actuó de manera precipitada con "deficiente planeación", no contaba con una orden de cateo, por lo que calificó esta acción como un "operativo fallido".

Durazo también dijo que Ovidio nunca estuvo detenido, sin embargo, semanas después un video difundido por el gobierno federal muestra como, en efecto, Guzmán López en efecto fue detenido.

Sobre el responsable del operativo también hubo contradicciones. Crescencio Sandoval, a petición del presidente, aseguró que Juan José Verde Montes, jefe del Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN), fue el militar detrás de fracaso. Posteriormente, Andrés Manuel negó que Verde haya participado en el operativo, sin detallar quien fue el verdadero responsable.

Desde que comenzaron los hechos, Andrés Manuel ha dicho en más de una ocasión que "no sabía" sobre ciertos detalles del caso Ovidio Guzmán López.

Primero, López Obrador dijo en conferencia mañanera desde Oaxaca, al día siguiente del operativo fallido, que respaldaba la decisión y que estaba de acuerdo. Esto significa que el presidente no sabía lo que ocurría en Culiacán y que la decisión de liberar al hijo de "El Chapo" no fue hecha por él.

Luego, en conferencia matutina del 22 de octubre, Andrés Manuel aseguró que no sabía que las autoridades federales realizarían un operativo en contra de Ovidio Guzmán López.

Al día siguiente, cuando fue cuestionado sobre si tenía conocimiento que existía una orden de aprehensión con fines de extradición contra Guzmán López, antes del operativo en Culiacán, el presidente dijo que no, no sabía.

Luego, el presidente fue abordado sobre los rumores de que, en el operativo de Culiacán también fue detenido y liberado Iván Archivaldo Guzmán Salazar, otro de los hijos de "El Chapo", al respecto dijo que no se le informó sobre la supuesta detención de Iván Archivaldo.

Sobre el caso, expertos entrevistados por La Silla Rota aseguraron que el operativo fallido refirmó el poder de “Los Chapitos” en el mapa del narcotráfico, lo calificaron como su “graduación” criminal.

Los otros capos caídos

Pese a los dichos del presidente que la “Guerra contra el narcotráfico” había acabado, varios capos de la droga han caído en México, algunos más obtuvieron sentencia.

El 30 de mayo, Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, primogénito de Ismael Zambada García “El Mayo”, fue declarado culpable y sentenciado a 15 años de prisión en un juzgado en Chicago, Estados Unidos.

El 17 de junio, Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de “Los Caballeros Templarios”, fue sentenciado a 55 años de prisión.

El 1 de agosto, Santiago Mazarí Hernández, alias "El Carrete", líder de “Los Rojos”, fue detenido en Guerrero por elementos del Ejército y de la Policía Federal.

El 21 de agosto, Zenén Nava Sánchez, "El Chaparro", también cabecilla de “Los Rojos”, fue capturado también en Guerrero por elementos de la Policía Estatal.

De acuerdo con la Sedena, en la actual administración federal se han detenido 14 “miembros relevantes de la delincuencia” y 26 “colaboradores de diferente nivel”.

Las masacres  

Consumado como el año más violento del que se tenga registro en México, 2019 tuvo lamentables masacres en prácticamente todo el país, la gran mayoría vinculada con el crimen organizado.

El 19 de abril, 14 personas –entre ellas un bebé– fueron asesinadas por un grupo armado en un salón de fiestas en la colonia Obrera, en Minatitlán, Veracruz. La versión oficial sostiene que los asesinos iban por el dueño de un bar conocido como “La Beky”. Detrás de la masacre estaría la disputa entre el CJNG y “Los Zetas” en la entidad.

El 8 de agosto, el cuerpo de 22 personas entre colgadas y descuartizadas fueron abandonadas en Uruapan, Michoacán. Los cuerpos de las víctimas eran presuntos miembros de “Los Viagras”, los perpetradores sería el CJNG.

El 27 de agosto, un incendio provocado en el bar “Caballo Blanco” en Coatzacoalcos, Veracruz, dejando un saldo de 30 muertos y 11 heridos. Detrás del siniestro habrían estado miembros del CJNG.

El 14 de octubre, 13 elementos de la Policía Estatal de Michoacán fueron emboscados en Aguililla por sicarios del CJNG.

El 15 de octubre, 14 hombres armados, supuestos miembros de “Guerreros Unidos”, fueron abatidos por elementos de la Policía de Guerrero, en Iguala.

El 5 de noviembre, nueve miembros de la familia LeBarón, tres mujeres y seis menores de edad, fueron asesinados por presuntos miembros de “La Línea”, brazo armado del cártel de Juárez, en Sonora, con los límites con Chihuahua.