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De la violencia y el desempleo en Honduras a empezar de cero en México

Rommel terminó la universidad; es bachiller en Ciencias y Letras, sin embargo no hubo más trabajo para él en su tierra natal

Escrito en NACIÓN el

Ciudad Hidalgo, Chiapas.- Rommel no tiene muchas opciones en suelo mexicano. De hecho no tiene ninguna, salvo la de buscar a sus familiares que hace tiempo emigraron al sur de México para, también, volver a empezar.

Salió de Honduras huyendo de la violencia política, de la violencia delincuencial y del desempleo para cruzar cerca de 500 kilómetros centroamericanos en busca de algo mejor. El problema es que acá la violencia también es el pan de cada día y encontrar empleo permanente y bien pagado.

Aun así, el espigado bachiller (universitario) cruzó por primera vez hacia México hace un par de semanas buscando salir de un sitio sin futuro, en donde trabajó en varios call centers y en las oficinas administrativas de una aerolínea. Los empleos duraron muy poco, pero le sirvieron para juntar algún dinero y para darse cuenta de que no tenía otra salida.

Dejó familia en San Pedro Sula, pero logró terminar la universidad. Es bachiller en Ciencias y Letras. Con todo y eso, no hubo más trabajo para él.

"Vengo a trabajar en lo que sea, menos en... otras cosas"

Llegó al puente internacional México-Guatemala en Ciudad Hidalgo, Chiapas, el sábado 19 de enero y un día después hizo la fila de más de un kilómetro para que le dieran número de trámite. Le dijeron los del Instituto Nacional de Migración (INM) que en cinco días le entregarían la visa de ayuda humanitaria tan ansiada.

Le cumplieron. Le dieron la tarjeta y los papeles el mismo día en que Saraí, su compatriota, recibió también el documento para ingresar legalmente y buscar empleo, estudiar y acceder a servicios médicos durante un año.

Suárez López Rommel, dice su tarjeta verde con la clave SULRO-2011080 lo identifica como Visitante por Razones Humanitarias, lleva su fotografía y le permite trabajar por un año en suelo nacional.

Aquí tengo familiares, en Tuxtla; vamos a ver cómo le hacemos para quedarnos por acá, porque en Honduras a los 35 años ya no sirves para trabajar, ya no te dan oportunidades de nada y hay mucha violencia,

Rommel salió solo de Honduras. Dejó esposa e hijos y viene a buscar la manera de ganar dinero y enviarlo a San Pedro Sula para ayudar a su mujer y hacer que los niños terminen la escuela. “Lo que quiero es que entren legalmente aquí. Luego veremos que sucede”.

@JorgeMedellin95