"De tanto que caminé (...) me lastimé. No andaba con zapatos adecuados para caminar", refiere Neris Wong, uno de los miles de migrantes hondureños que retomaron su camino este miércoles, luego de su estancia en la localidad de Huixtla, Chiapas, en la travesía que iniciaron el pasado 13 de octubre hacia los Estados Unidos.
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Wong se encontraba al borde del llanto mientras socorristas le curaban las ampollas en Mapastepec, población donde descansará la caravana tras recorrer los casi 62 kilómetros que separan a las localidades chiapanecas.
La caravana migrante no ha cedido ante las presiones del gobierno de Donald Trump, que ha exigido a México frenar el éxodo de niños, hombres y mujeres centroamericanos.
Desde su partida de San Pedro Sula, la cantidad de integrantes de la extensa caravana ha ido en aumento. De acuerdo con el gobierno mexicano, actualmente la multitud está conformada por cerca de 4,500 personas; mientras que la Organización de las Naciones Unidas la ha cifrado en siete mil, en tanto que algunos de los colaboradores del organismo estiman que se trata de diez mil migrantes.
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En respuesta a las declaraciones del día martes 23 de octubre de Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, acerca de que Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras le aseguró que la caravana fue organizada por grupos de izquierda y financiada por Venezuela; Alex Mensing, coordinador de la asociación Pueblo Sin Fronteras, que acompaña al grupo centroamericano, negó dicha versión.
Se trata de "una situación de crisis humanitaria que viene desde hace muchos años haciéndose. Esto no es algo que surgió de la nada", puntualiza Mensing.
DJH