Veracruz, Ver.- Una barda de concreto, con alambres de púas en sus partes altas, amuralló decenas de colonias del norte de la ciudad de Veracruz para detener los robos constantes que el tren sufría cada que tenía que frenar para esperar turno de ingreso al recinto portuario.
Aunque la medida logró terminar con los saqueos a los vagones, ahora, los habitantes sufren las consecuencias al quedar encerrados, rodeados por esa muralla que los obliga a caminar hasta kilómetros para tomar el transporte a la escuela o trabajo.
Ahora huachicoleros roban combustible de los trenes
En los últimos años, eran constantes los ataques de personas al ferrocarril que estaba obligado detenerse para ingresar a cargar o descargar a los patios del puerto que están ubicados a sólo unos metros de esos barrios marginales y peligrosos, por sus altos índices delictivos.
En junio del 2017, colonos de esa zona llamaron a los medios de comunicación para denunciar que estaban hartos de los constantes enfrentamientos con elementos de la Policía Auxiliar a cargo del cuidado de las vías de la empresa Ferrosur.
El 5 de julio, de ese mismo año, una mujer resultó herida de bala en el brazo al quedar en el fuego cruzado entre pandilleros que querían hurtar chatarra de un vagón y oficiales de la policía.
Los afectados dijeron que, en menos de dos semanas, había otras dos personas heridas, por la misma situación pues, admitieron, los ladrones que saqueaban los trenes eran jóvenes que viven en la misma colonia.
Ante esa situación, los vecinos acusaron que cada intento de robo, los elementos auxiliares disparaban de manera indiscriminada contra los habitantes, por eso es que había tantos inocentes lesionados por arma de fuego.
Tras esos señalamientos, desde octubre del año pasado, Ferrosur empezó a levantar un muro de lado y lado de la vía, desde la salida del Puerto hasta la zona conocida como Nuevo Veracruz, de Grupo Carso, al poniente del municipio.
Son cerca de 20 kilómetros de largo, con alambres en las partes altas, que han dejado amuralladas a decenas de colonias, algunas asentadas en derecho de vía federal, pero afectando a otras que están dentro de la legalidad.
El muro quedó terminado en ese sector este 2018, es vigilado por efectivos armados, desde entonces, según el gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, no hay reportes de atracos a los trenes en la ciudad jarocha.
Con dificultad, por el suelo arenoso, Don Antonio Martínez y su esposa jalan un diablito que carga una cubeta con desperdicios. Sudando y jadeando cuentan que hicieron una hora caminando de El Vergel a La Pochota, colonias ubicadas en el poniente.
El camino no siempre fue tortuoso para el matrimonio de la tercera edad, apenas hace unos meses atravesaban las vías del ferrocarril y llegaban al mismo destino en menos de 15 minutos. Todo cambió cuando la empresa Ferrosur decidió alzar el concreto.
Ahora, las personas que usaban los cruces ferroviarios para llegar más rápido a sus destinos, quedaron encerrados, tienen que caminar hasta los pasos vehiculares, en donde dejaron espacio para los automóviles.
El muro afecta la cotidianidad de todos, hasta de los que no son invasores. Gloria Cataneo, viven en la calle Flor de Cerezo, a una cuadra del derecho de vía.
Antes, relató, tomar el autobús le llevaba pocos minutos, ahora le están robando hasta media hora, "nos afecta nos afecta bastante. Ahora tenemos que caminar más, antes pasábamos las vías y ya".
Aunque Ferrosur no ha dado informes sobre el proyecto, el ayuntamiento de Medellín de Bravo, ciudad ubicada al sur de la zona conurbada con Veracruz, reveló que hay intenciones de que el muro cubra también ambos lados de las vías que pasan por el municipio.
Si esto se concreta, ahora, crearían una muralla en fraccionamientos como Puente Moreno, Lagos de Puente Moreno y Arboleda San Ramón, todos considerados perceptibles a inundaciones.
mvf