La pandemia de coronavirus (covid-19) y el aislamiento que éste ha provocado, aumentó el uso de aplicaciones de videollamadas grupales para realizar clases en línea o homeoffice, entre ellas Zoom.
Sin embargo, los problemas de privacidad y seguridad en la aplicación ha sido utilizados por bromistas para infiltrarse a las videollamadas, pero también por criminales.
Una investigación del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) asegura que criminales se han infiltrado en sesiones de Zoom para transmitir material sexual.
Este material sexual, sin embargo, no son películas pornográficas, como antes se había registrado, sino abusos sexuales contra niños.
El FBI ha recibido, desde que comenzó la pandemia de coronavirus, más de 240 informes de incidentes de abuso sexual contra menores. no sólo en Estados Unidos, sino en otros países.
La agencia estadounidense califica la trasmisión de videos sexuales contra menores como “violento”, pues cada vez que se difunde el abuso infantil, el niño es víctima de nuevo.
Además, detalla el FBI, cualquiera que vea el material de abuso sexual infantil también es una víctima.
“La experiencia de ser sometido involuntariamente a la visualización de imágenes de abuso sexual infantil puede ser muy traumática, y para algunos puede desencadenar eventos pasados”, explica el FBI.
La agencia federal estadounidense relata que aquel que vea este material puede ser víctima de trastornos de sueño afectaciones en sus relaciones personales.
Además, puede experimentar recuerdos retrospectivos, depresión, ansiedad, pánico, ira y miedo.
“Es posible que sus seres queridos no entiendan por qué esto lo ha impactado tan profundamente”, detalló el FBI.
Autoridades estadounidenses no detallaron si estas transmisiones de abuso sexual contra menores se realizan en vivo o son grabaciones ya existentes que sin infiltradas a través de videollamadas en Zoom.
El FBI puso a disposición un cuestionario para que lo respondan las personas que han sido expuestas a material de abuso sexual infantil durante una reunión de Zoom.
También enlistó una serie de recomendaciones para evitar intrusos en las transmisiones de Zoom:
No hacer públicas las videoconferencias.
Utilizar contraseña de reunión.
Usar la función de sala de espera para controlar invitados.
No compartir el enlace a una teleconferencia en medios sociales sin restricciones y públicamente disponible.
Cambiar el uso compartido de la pantalla a "Solo host".
Las problemáticas de privacidad y seguridad en Zoom no son nuevas, al inicio de la pandemia y ante el aumento del 86% en las descargas de la aplicación comenzaron a surgir las deficiencias del programa.
Entre las fallas se encuentran que Zoom envía información de sus usuarios de forma automática a Facebook, incluso cuando los usuarios no tienen una cuenta en la red social.
Además, hay una brecha de seguridad que permite a los ciberdelincuentes hacerse con las contraseñas de Windows.
Sin mencionar que se ha hecho costumbre que alguien se cuele en mitad de las reuniones y proyecte porno o contenido violento en a pantalla completa.
Esto ha ocasionado que diferentes empresas prohiban a sus empleados que la utilicen para comunicarse durante el teletrabajo, como Google, SpaceX, la Nasa y varios gobiernos.
Zoom ha trabajado en esta problemáticas que, por el momento, no se han solucionado completamente.