La Unión Europea (UE) esperará las elecciones presidenciales de Estados Unidos, mismas que definirán el destino de Donald Trump en la Casa Blanca, para revisar las relaciones con Washington.
De acuerdo con El País, durante una reunión, los 27 miembros de la UE decidieron no gastar capital político en entenderse con el líder estadounidense quien cuenta con una baja popularidad a unos meses de buscar la reelección presidencial.
Primero por la mala gestión de la pandemia de covid-19, que lo colocó como el país con más contagios y muertes por el virus, y luego su postura ante las manifestaciones por el asesinato de George Floyd a manos de la policía en Minnesota, Trump no está en su mejor momento.
El replanteamiento deberá hacerse luego del 3 de noviembre, con Trump todavía como inquilino en la Casa Blanca o con el demócrata Joe Biden llevándose la victoria.
El diario califica a EU como un “ariete que amenaza con derribar el orden multilateral en el que ha crecido y prosperado la Unión Europea”.
“No cabe duda que la relación transatlántica necesita de urgentes reparaciones”, reconoce al mismo diario la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
“¿Relaciones transatlánticas? Es un asunto que deberemos abordar cuando se celebren las elecciones y sepamos el resultado”, señaló el representante permanente de Alemania ante la UE, Michael Clauss, en una videoconferencia organizada por el European Policy Centre.
“Los gobiernos europeos están cada vez más consternados por la conducta caótica de la administración Trump. Y no solo en política exterior sino también durante una pandemia y una crisis económica de alcance histórico y ahora ante las protestas en todo el país”, considera Constanze Stelzenmueller, analista senior de Brookings Institute.
Maria Arena, eurodiputada belga y presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos, defiende la necesidad de analizar la violencia vivida en los últimos días al otro lado del Atlántico.
“EU es uno de los principales socios de la UE en el ámbito económico y diplomático, así que es normal que nuestra comisión se ocupe de la situación en ese país cuando alcanza un nivel casi de insurrección”, señala Arena.
Incluso, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también se ha distanciado de Trump tras la pandemia de covid-19.
Esperaba seguir la ruta de su antecesor, Jean-Claude Juncker, quien logró alcanzar un entendimiento con el presidente estadounidense y evitó una guerra comercial abierta.
Sin embargo, Ursula von der Leyen no ha podido ni siquiera poner un pie en Washington.
La última estrategia de Trump para recuperar su liderazgo internacional era la pronta reunión del G-7 en Estados Unidos.
Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, decidió no asistir en Washington para la cumbre del G-7.
El ‘“no” de Merkel frustra la foto que hubiera permitido al presidente estadounidense reivindicar su liderazgo internacional que se ha visto mermado los últimos meses.
Los continuos roces con Washington parecen haber agotado la voluntad de los socios europeos de mantener la ficción de una convivencia normal con Trump, al menos durante los próximos cinco meses.
Sin embargo, durante ese corto tiempo Trump aún puede hacer golpes comerciales a Europa y ser aún peor para el viejo continente si gana la reelección. Aún así, Europa se la juega y le da la espalda a Estados Unidos.