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Trump se enfrasca en guerra con el Partido Republicano

Hay quienes ven al magnate como un candidato independiente de facto tras los reclamos hechos a la cúpula republicana

Escrito en MUNDO el

El conflicto entre la cúpula del Partido Republicano y su candidato presidencial ha escalado a tal grado que analistas y medios de comunicación ven ya a Donald Trump, de facto, como un aspirante independiente. El empresario volvió este martes a la carga contra Paul Ryan, el líder republicano de la Cámara de Representantes, a quien acusó de débil y tachando además a sus compañeros de partido de deslealtad.

Además, Trump advirtió que se siente liberado de los “grilletes”, en un especie de rompimiento con el Partido Republicano.

"A pesar de ganar el debate es difícil hacerlo bien cuando Paul Ryan y otros te dan un apoyo cero", escribió en su cuenta de Twitter. "Nuestro débil e inefectivo líder, Paul Ryan, tuvo una mala conferencia telefónica donde sus miembros protestaron por su deslealtad", añade, para advertir, acto seguido, de que ya no siente ningún deber con el partido: "Qué bien que me han liberado de los grilletes y ahora puedo luchar por América como yo quiero".

 

 

Este martes la campaña de Trump no era contra Hillary Clinton, su rival demócrata en la carrera a la Casa Blanca, sino contra los propios republicanos.

El empresario ha llegado a quejarse de que los demócratas "son más leales" que sus compañeros de partido. Y no solo eso: "Los desleales republicanos son de lejos más difíciles que 'Hillary la deshonesta [como Trump suele llamar a la candidata]'. Te vienen de todos lados. No saben ganar. Yo les enseñaré", añadió.

 

La decisión de Ryan de dejar de hacer campaña por Trump llegó el lunes tras un fin de semana frenético, marcado por la retirada de apoyos republicanos a su propio candidato, sacudidos por la filtración de un vídeo de 2005 en el que Trump hablaba de un modo agresivo y soez sobre las mujeres, en una conversación de alto contenido sexual.

Son más de 160 los republicanos que a lo largo de la carrera electoral le han negado el respaldo a Trump, un candidato inesperado que ha conectado con las bases conservadoras.

Hay muchos que han criticadosu actitud hacia los mexicanos (acusando a los inmigrantes irregulares de este país de violadores) o hacia las mujeres (por diferentes insultos vejatorios); también los que ven con rechazo su propuesta de impedir la entrada de musulmanes en el país o los que detestan que se jacte de evitar el pago de impuestos. Y los hay que han encontrado la gota que derrama el vaso en un vídeo de 2005 en el que denigra a las mujeres.

Entre los que se mantienen fieles a Trump figuran su número dos, el candidato a vicepresidente, Mike Pence; el excalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, o el cirujano Ben Carson, que apareció en televisión para defenderle.

Gane o pierda, el fenómeno Trump ha herido de gravedad al partido. Si es presidente el 8 de noviembre, el divorcio entre los electores y la dirección del partido se habrá consumado irremediablemente. Si pierde, el llamado Gran Old Party (GOP) tendrá que reconstruir la confianza rota entre muchos votantes, tras haber colocado a un paso del Gobierno de Estados Unidos a un magnate que ha roto buena parte de los valores republicanos.

Con información de El País