Siendo el debut con menor aprobación en la historia presidencial moderna de Estados Unidos, el actual ejecutivo hace declaraciones en desacuerdo con la percepción popular de su gobierno presentada en los medios de comunicación:
No matter how much I accomplish during the ridiculous standard of the first 100 days, & it has been a lot (including S.C.), media will kill!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 21 de abril de 2017
“No importa cuánto logre durante el estándar ridículo de los primeros 100 días, y ha sido mucho (incluyendo S.C.), los medios de comunicación (me) matarán!”, publicó el pasado viernes en Twitter.
Al contrario de los medios, sus asesores opinan que el actual presidente tiene una posición fuerte gracias a sus iniciativas, refiriéndose al aumento del gato militar y la salida del pacto de libre comercio de la Asociación Transpacífica. “Está cumpliendo sus promesas y lo hace a una velocidad vertiginosa”, asegura Reince Priebus, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, a la NBC.
Sin embargo, los críticos y especialistas dicen que las decisiones temperamentales de Trump, por ejemplo la campaña de desprestigio a Obama o el constante desacuerdo en la Casa Blanca, impulsan la popularidad de Hillary Clinton y devalúan la suya, afectando la percepción de la verdad, que es fundamental para el éxito del gobierno.
“No soy yo... el 65% del público estadounidense, tal vez el 60%, está diciendo que está haciendo un mal trabajo, que tiene que idear algo para sus segundos 100 días porque no ha sido muy bueno hasta ahora”, argumenta Douglas Brinkley, historiador presidencial, en CNN.
La presidencia de Estados Unidos no había sufrido una desaprobación tan alta en la primera etapa de sus gobiernos anteriores: Barack Obama aprobó una legislación de salarios y un plan de estímulo en los primeros 100 días; George W. Bush, respaldado por La Cámara, confirmó el plan de reducción de impuestos en el país; Bill Clinton apoyó la Ley de Licencia Familiar y Médica.
Los conflictos sobre el muro, los ataques militares en Siria, la pérdida de su asesor de seguridad en el primer mes de gobierno, los rumores sobre la manipulación de Rusia a su favor, son algunas de las acciones que causan controversia y dudas sobre su temperamento, exponen su inexperiencia política y lo ubican con un índice de aprobación menor al 40%.
A pesar de esto, sus votantes se mantienen fieles al mandato actual, entendiendo que cumplir las promesas que hizo en campaña lleva tiempo.
“Ellos le dan un ''A'' por el esfuerzo, saben que está intentándolo mucho y saben que será un proceso largo. D.C. no va a cambiar en 100 días.”, afirma el subdirector de comunicaciones de la campaña presidencial Trump-Pencec Bryan Lanza.
La encuesta publicada por ABC/Washington Post revela que el 94% de sus seguidores aprueban sus decisiones, específicamente el aumento del gasto militar, el ataque contra Siria y el castigo de uso de armas químicas.
Los especialistas en historia política estadunidense afirman que los primeros 100 días de Trump ponen obstáculos para el resurgimiento de su gobierno.
“Esta Casa Blanca es una de las más disfuncionales de la historia moderna, y creo que mucho de eso es culpa de Trump, pero una buena parte de ello también está en el jefe de gabinete y el personal de alto nivel”, dijo Chris Whipple, autor del libro The Gatekeepers sobre la importancia de los jefes de gabinete de la Casa Blanca en la trascendencia de cada presidencia.
Otras posturas políticas sobre el primer periodo del actual ejecutivo
“Me he alegrado de que haya hecho algunos de los cambios que ha hecho en política exterior. Estoy impresionada con su equipo allí: (el asesor de seguridad nacional) H.R. McMaster, el general (James) Mattis, (el alimirante John) Kelly, la embajadora (Nikki) Haley; Creo que son un equipo muy fuerte, y eso, para mí, es muy importante... que haya hecho algunos cambios allí”, opina Kelly Ayotte, ex senadora que se oponía a la campaña de Trump.
“Todavía estamos en los primeros 100 días, así que es temprano, creo que está empezando a instalarse”, sostiene el político Ryan Williams. “Es una presidencia poco convencional, y las primeras tres o cuatro semanas fueron una sorpresa para todo el mundo, porque no funciona como un político tradicional. Veo que la gente se siente más cómoda con ello y dice: ''Está bien, ahora es nuestro presidente''”.
dast