Luego de mes y medio de que sus clientes no se cortaran el cabello, Jadir Azougagh, junto a su hermano reabre su barbería cerca del metro de Príncipe Pío, en el centro de Madrid; pues el próximo lunes se promulgará la fase 0 de la pandemia del coronavirus en España (actualmente con 239 mil casos confirmados y 24 mil 543 defunciones), pese a que la reapertura sea al 30% de su máximo aforo y el teléfono no deje de sonar para agendar una cita. “Trabajar es salud”, expone el peluquero.
Por su parte, Juanjo Melián lleva toda la mañana desinfectando su peluquería en la capital de Gran Canaria. “Paredes, suelos, muebles, aparatos... Todo”, dice por teléfono al diario español El País. Su establecimiento cuenta con cinco empleados, quienes a partir de este lunes 4 de mayo ya no trabajarán al mismo tiempo, es decir, se turnarán para atender a los clientes que ya han llenado la agenda de los próximos 10 días.
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“¿Podremos cortar la barba? ¿Cómo recibimos al cliente?”, se pregunta el barbero, mientras el gobierno de Pedro Sánchez, hasta ahora, no ha detallado sobre las medidas que se deben seguir en este tipo de locales.
Al respecto, Alejandro Fernández-Luengo, portavoz de la Alianza de Empresarios de Peluquería de España, critica la confusión generada en torno: “nos parece un despropósito que, sin haber comunicado qué medidas de seguridad hacen falta, se dé ya una fecha de apertura”.
En cambio, en el sector de la hostelería también se presentan muchas las dudas, sobre todo para los negocios como el de Teresa Rodríguez -de 27 empleados- que pasarán el lunes a contar solo con un cocinero. Su marido y ella regentan dos restaurantes en Coslada (Madrid) y planean abrir solo uno para servir comidas a domicilio. El que tiene la terraza más amplia lo podrán abrir a partir del 10 de mayo, al 30% de su capacidad.
“Aunque con cinco mesas... poco vamos a ganar”, añade. Antes tenían 16 y vendían 100 comidas al día. “Abro porque tenemos que ir reactivando el país, pero sé que no es rentable”, comenta. “Por ahora, la única información que tenemos sobre cómo hacerlo es la que dio el presidente”. Rodríguez padece asma y teme que “servir hamburguesas” haga que se contagie.
Bajo el mismo tenor, se da cuenta que la clínica dental de Said Farah estos días ha estado prácticamente vacía. Se trata de un negocio familiar situado en Coslada (Madrid) que ha abierto sus puertas a los pacientes de urgencia tan solo un día a la semana desde el estado de alarma declarado en España. “Solo venía gente con flemones”, lamenta.
“Solo volverá la gente que tenía tratamientos a medias”, advierte sobre la reanudación de las actividades el único de los siete trabajadores que ha atendido el local durante el confinamiento.
Óscar Castro Reino, presidente del Consejo de Dentistas de España afira que “son tantas las veces que se ha rectificado (el gobierno), que ni siquiera sé si podremos empezar el lunes. No lo tenemos claro”, critica.
(diego joaquín)