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"Tomé vodka con metanol en mis vacaciones y quedé ciega"

Hanna pasó una noche en un bar de Grecia con sus amigas, pero la sustancia hizo que sus riñones dejaran de funcionar

Escrito en MUNDO el

Hannah Powell no supo que había perdido la vista sino hasta el día siguiente: encendió la luz de la habitación de su hotel y aun así no podía ver.

Luego de pasar una noche de bar en bar junto a sus dos amigas en Zante, Grecia, Hannah Powell no paraba de vomitar. Se sentía exhausta. Era agosto de 2016.

Pero no se trató de una resaca común y corriente.

La joven de 23 años había bebido un vodka que, sin su conocimiento, había sido mezclado con metanol. Este químico hizo que sus riñones dejaran de funcionar y la dejó ciega.

Powell solo se dio cuenta de que algo estaba mal cuando se despertó en la habitación de su hotel creyendo que las luces estaban apagadas.

"Sugerí abrir las cortinas y mis amigas me dijeron que ya estaban abiertas, pero no me di cuenta de lo que estaba pasando", según contó a la BBC.

"Pensé que estaban bromeando, así que me levanté y encendí la luz. Ahí fue cuando entré en pánico, cuando me di cuenta de que no podía ver nada".

Confusión

Powell, oriunda de Middlesbrough, en el noreste de Inglaterra, fue trasladada a un hospital en la isla antes de que la transfiriesen a uno más grande en la Grecia continental.

Powell pasó tres semanas en un hospital de Grecia antes de regresar a Reino Unido.

Las pruebas en el hospital confirmaron que Powell sufría envenenamiento por metanol.

En un bar, le habían servido vodka no regulado mezclado con esta sustancia tóxica.

Sus amigas -que habían bebido lo mismo que ella- sufrieron calambres estomacales y vómitos pero no efectos a largo plazo como ella.

"Aparentemente, las mafias lo preparan en los bosques y lo venden barato a los bares, que rellenan sus botellas con eso", explica Powell.

"Entonces si tú eres un cliente, piensas que estás comprando un vodka Smirnoff legítimo, pero no es así. Lo ponen en las botellas de Smirnoff, botellas reales, por eso no tienes motivos para pensar que no es auténtico", agrega.

"Eso hace que a los bares les dure más. Ellos no tienen que servirte lo normal, te pueden dar mucho menos porque es mucho más fuerte. Pero es muy peligroso".

Powell regresó a su casa unas semanas después y tuvo que acomodarse a su nueva situación.

Como sus riñones aún no funcionaban, tuvo que pasar 18 meses en diálisis hasta que su madre pudo donarle uno.

Con el tiempo, dejó de ver todo completamente negro y empezó a ver imágenes borrosas.

Ahora espera poder tener un perro guía para hacerse más independiente.

JGM