Fue hace veinte años cuando la relación de la familia Cárdenas se quebró. Después de que Rubén Ramírez Cárdenas asesinara a su prima Mayra Azucena Laguna, de 16 años, los parientes se separaron.
Enriqueta Rosales recuerda que sus nietos, Mayra y Rubén se fueron desde muy pequeños a Estados Unidos. Cada año ellos viajaban de Texas hasta Guanajuato a visitarla en fiestas decembrinas; ambos le ayudaban con los preparativos de Navidad. Adornaban piñatas y las colocaban en la calle Benito Juárez de la colonia Delicias.
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Pero ese ambiente de unión terminó por dividir a la familia en dos bandos después del asesinato de Mayra, quien fue encontrada sin vida en febrero de 1997. Su cadáver estaba en el canal de riego Retama Village, al sur de Texas.
"Me duele uno, me duele el otro, ¿Qué hace uno? Entre familia es pesado, muy pesado, estás en medio, ni te puedes hacer pa'' llá, ni te puedes hacer pa'' cá", dijo entre lágrimas Enriqueta Rosales.
Aunque siempre procuró a sus dos nietos, Doña Queta, como le dicen sus vecinos, no duda que Rubén es culpable.
Lo recuerda como un mal joven que siempre estaba agachado, pues en su rosto era evidente su maldad.
No se enderezaba, cara de maldito tenía, te miraba feo y nunca te daba la cara, era, pues, un muchacho mal educado", dijo al periódico Milenio.
La culpabilidad de Rubén se descifró cuando en su auto encontraron las prendas ensangrentadas de su prima Mayra. Después de ese día, ni Rubén ni su madre volvieron a comunicarse con el resto de su familia.
"Yo ni deseo que lo maten, ni deseo que nada, yo que se le quede a su responsabilidad a la ley, a ver ellos qué hacen", señaló la señora sobre la condena de muerte contra su nieto.
Se prevé que Rubén sea ejecutado este miércoles 8 de noviembre a las 6 de la tarde.
La abuela informó que Julia, la madre de Rubén, vive en Estados Unidos. Pero usurpa la identidad de su hermana, quien murió para poder residir en el país vecino del norte.
“Es mi hija, pero es mala”, dijo Enriqueta al hablar de la madre de Rubén, de quien aseguró se le “echó encima” frente a a la Corte cuando la señora dio su declaración sobre el asesinato de su nieta Mayra.
La señora Enriqueta teme que después de la ejecución de Rubén, su hija Julia represe a México, pero aclaró que no la aceptará en su casa.
En cuanto al resto de su familia, Rubén no cuenta con el apoyo de sus cuatro hermanos, quienes se alejaron de él después del asesinato de su prima. También su esposa, originaria de Monterrey, quien lo abandonó y se llevó a los gemelos que procrearon.
Con información de Milenio.