Al salir de una fiesta, una joven coreana de 19 años pidió un taxi, junto con una compañera para que las llevar a casa, pero al subir a la parte trasera del vehículo se quedó dormida.
Su amiga se bajó en su domicilio, dejando a la otra dormida dentro del carro. Dicha situación fue aprovechada por el conductor para abusar sexualmente de la mujer.
Ella despertó y empezó a gritar, pero este le decía que estaba usando protección que no se preocupara.
Cuando terminó, la mujer intentó salir del carro y este le dijo que no se preocupara que él la llevaba a la casa. Que estuviera tranquila. Sin embargo, la mujer de 19 años decidió escaparse y fue a la policía que dio con el abusador en pocos minutos.
Por ese delito cometido en la madrugada del 21 de mayo de 2016, el taxista fue condenado a siete años de cárcel, una orden de restricción de diez años a una distancia inferior a un kilómetro, así como a que se comunique con ella.
También le impone la libertad vigilada durante otros siete años, una vez que cumpla la pena de cárcel.
Igualmente la sentencia condena al taxista a que indemnice a la víctima con 55 mil euros por los daños morales.
La joven coreana trabajaba como niñera y estaba estudiando en España.