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¿Qué sabemos de Stephen Paddock, el tirador de Las Vegas?

Paddock era un “hombre blanco de Nevada” que abrió fuego desde su ventana en contra de los cerca de 30 mil espectadores del festival

Escrito en MUNDO el

Stephen Paddock, de 64 años de edad, contaba con un arsenal en su habitación de hotel en Las Vegas, y su ataque dejó al menos 58 muertos y 515 personas que requirieron atención médica.


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Paddock era un “hombre blanco de Nevada” que abrió fuego desde su ventana en contra de unos 22 mil espectadores del festival Route 91 Harvest. Esta persona no dejó de disparar por al menos dos minutos como puede verse y escucharse en varios videos que circulan en redes sociales.


 


El atacante se quitó la vida momentos antes de que la Policía entrara en su habitación, según relató en un mensaje a medios de comunicación el Sheriff Joseph Lombardo.

Detalló que Paddock tenía al menos una decena de armas en su habitación de hotel en Las Vegas.

El tirador, un estadounidense, portaba un rifle semiautomático que permite disparar ráfagas de balas sin volver a cargar. Un arma de guerra.

Lombargo agregó que la compañera del agresor está de viaje y no cree que esté implicada en la balacera de la madrugada de este lunes. Indicó que no ven nada raro en el historial del autor del tiroteo.



Manifestó que por ahora tratan de determinar los motivos de tiroteo, aunque evitó calificar este hecho como un caso de terrorismo doméstico, sí descartó que el sujeto estuviera vinculado a algún grupo extremista.


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Paddock vivía a sólo 90 minutos de Las Vegas, en la ciudad de Mesquite, donde en 2015 compró una casa en 370 mil dólares en una comunidad de jubilados. Un lugar de mil casas donde los residentes deben tener más de 55 años y no puede vivir ningún niño.

Allí vivía con Marilou Danley, su novia de 62 años de edad, que en un principio se pensó que había participado con él de la matanza. 


 

Las horas cruciales

Stephen Paddock estaba alojado en una habitación de 125 dólares (unos 2 mil 500 pesos), con cama kingsize y un enorme espejo de baño. Era un contador jubilado que gastaba sus días y dinero al mismo frenesí que Las Vegas. Paddock se erigió como el autor de la mayor matanza con arma de fuego de la historia de Estados Unidos.

Hijo de un ladrón de bancos que, según su hermano, llegó a figurar en la lista de los 10 más buscados del FBI, ni en las fichas policiales de Las Vegas ni del pueblo donde vivía, Mesquite (18 mil habitantes), se ha descubierto nada más acerca del sospechoso. Por el contrario, sus hábitos revelan pautas muy comunes entre quienes buscan pasar sus últimos años en Nevada.



Antiguo empleado del gigante armamentístico Lockheed Martin, a sus 64 años, acudía con frecuencia a los casinos a jugar al póker, disfrutaba de los conciertos de música country y entre sus pasiones figuraba volar y cazar. Tenía a su nombre dos aviones, una licencia de piloto y otra de caza mayor en Alaska. 

Nada que indicase su locura asesina.

“Estamos en shock, horrorizados. No entendemos cómo Steve pudo hacer esto. No había nada raro en él”, afirmó un familiar a The Washington Post. “Esto es como la caída de un asteroide”, ha señalado su hermano a los medios estadunidenses.

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El sheriff del condado, Joe Lombardo, le ha equiparado con un “lobo solitario”. Un ente desconectado del mundo criminal y terrorista que actuaba siguiendo sus propios impulsos.

La reconstrucción policial muestra que Paddock llegó el jueves al gigantesco Hotel Mandalay Bay. En su habitación, estratégicamente situada en el piso 32, acumuló al menos una decena de rifles y pistolas. 

Con calma, esperó hasta el domingo por la noche. Llegado el momento, rompió el cristal y apretó el gatillo. Eran las 22.08. Su objetivo estaba a sus pies. Masivo e indefenso. Unas 22 mil personas concentradas en un concierto del cantante de country Jason Aldean, dentro del Route 91 Harvest Festival.


La intervención policial fue fulminante. Pero fracasó en su intento de atrapar a Paddock. En contra de las primeras versiones, el asesino no cayó en su habitación a manos de los SWAT, cuerpos policiales de intervención rápida, sino que se suicidó con sus propias armas.

El móvil, de momento, sigue siendo un misterio. 


lrc