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Ser repentinamente deportado cuando tienes 10 años en plena pandemia

Cientos de niños y adolescentes migrantes han sido deportados rápidamente por las autoridades estadounidenses

Escrito en MUNDO el

La última vez que Sandra Rodríguez vio a su hijo, Gerson, se agachó para mirarlo a los ojos. “Pórtate bien”, le dijo para indicarle cómo comportarse cuando se encontrara con los agentes de la Patrulla Fronteriza del otro lado del río en Estados Unidos, y cuando se reuniera con su tío en Houston, así lo contaron a The New York Times.

El niño de 10 años asintió con la cabeza y le dirigió a su madre una última sonrisa forzada. Las lágrimas se le juntaban en los hoyuelos de sus mejillas, recordó ella, al abordar una balsa y atravesar el río Bravo con dirección a Texas desde México, guiado por un desconocido que también intentaba llegar a Estados Unidos.

Rodríguez esperaba que Gerson estuviera en custodia de la Patrulla Fronteriza durante unos días y luego fuera trasladado a un refugio del gobierno para niños migrantes, donde su hermano en Houston podría recogerlo al final, sin embargo, Gerson pareció desaparecer del otro lado del río.

Durante seis días angustiantes, no supo nada de su hijo, no se enteró si lo habían detenido y no había tenido contacto con el tío de Houston.

Finalmente, recibió una llamada telefónica alarmada de una prima en Honduras, que le dijo que Gerson estaba con ella. El pequeño lloraba y estaba desorientado, según dijeron sus parientes; parecía confundido sobre cómo había terminado de vuelta en el lugar peligroso del que había huido.

Adolescentes migrantes deportados

Cientos de niños y adolescentes migrantes han sido deportados rápidamente por las autoridades estadounidenses en medio de la pandemia del coronavirus, sin la oportunidad de hablar con un trabajador social o solicitar asilo por la violencia que hay en sus países de origen. Esto se opone por completo a la práctica establecida que se ha respetado durante años para el trato a jóvenes extranjeros que llegan a Estados Unidos.

Las deportaciones representan un giro extraordinario que se ha visto en las últimas semanas en la frontera suroeste, en el que, al parecer, se abandonaron las salvaguardias que durante décadas gobiernos tanto demócratas como republicanos les han garantizado a los niños migrantes.

Históricamente, los niños migrantes que llegaban a la frontera sin la compañía de un adulto tenían acceso a refugio, educación, atención médica y a un proceso administrativo exhaustivo que les permitía argumentar motivos para quedarse en Estados Unidos.

(María José Pardo)