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“Se nos morían en las manos”: el pico del coronavirus en España

Luego de acumular 218 mil 11 contagios de los cuales 25 mil 428 han perdido la vida, España desciende la curva comienza a retornar a la normalidad

Escrito en MUNDO el

Este lunes España inició la primera de cuatro etapas planificadas por el Gobierno de Pedro Sánchez hacia la normalidad social y económica, luego de reportar la disminución constante de la curva de contagios y defunciones (356 y 164 en las últimas 24 horas) a causa de la covid-19 (las cifras totales hasta este 4 de mayo llegaron a 218 mil 11 de los cuales 25 mil 428 perdieron la vida, según el Ministerio de Sanidad), epidemia de la que dicho país europeo registró su pico a lo largo del mes de abril. Los pacientes “se nos morían en las manos” narra el enfermero Federico Bermúdez del servicio de Urgencias del hospital Infanta Leonor, Madrid, sin poder evitar que las lágrimas inunden sus ojos.

El documental “Los que enfrentaron a la curva” producido por El País, congrega las historias de seis profesionales de la salud y la forma en que han vivido la epidemia del SarsCoV2 en España, la cual atacó principalmente a la capital, que registra en total 8 mil 376 muertos. Este día, Madrid reporta un solo contagio.

Bermúdez asegura que ante la sobreocupación de los hospitales, se tuvo que colocar a los pacientes menos graves en los pasillos. “Sabías que eso iba a permanecer así durante horas”, afirma y detalla que incluso se llegaron a dejar a disposición de los enfermos los medicamentos para paliar los síntomas de la enfermedad, como el paracetamol.

En cuanto a los nuevos ingresos con síntomas del coronavirus y una edad avanzada, como 70 años, el enfermero de 34 años asegura que muchas veces sabían que no serían candidatos a recibir la atención que en tiempos fuera de la pandemia hubieran podido brindarles sin problemas.

“La cabeza te queda llena de caras, llena de cosas (...) de ese paciente que te dijo que le llevases el vasito de agua y se te ha olvidado”.

“Era un bombardeo continuo”, afirma por su parte Begoña Bueno, médica intensivista del mismo nosocomio en el que trabaja Bermúdez. La doctora asegura que constantemente se recibían llamadas para atender a los pacientes covid. “Era tal el agobio, tal las prisas que tenías miedo de en algún momento cometer algún error”. “Y lo más duro es ver cómo a pesar de hacer todo lo que estaba en tus manos, veías cómo fallecían los pacientes”, agrega, mientras asegura que incluso personas jóvenes presentaban complicaciones que los llevaban a la muerte.

SECUELAS PSICOLÓGICAS

En cuanto a los estragos psicológicos en el personal médico ante el alto índice de mortalidad de la covid-19, Lucía Rodríguez, psicóloga clínica en el hospital General de Villalba, Madrid, cuenta que al verse saturada la capacidad del hospital, la atención psicológica comenzó a darse a los pacientes y al personal médico que los atendía.

“Es un cúmulo de emociones y muchas veces no se permiten sentirlas porque sienten que no es el momento, que tienen que estar actuando”.

“Esta capacidad de compasión que tenemos los médicos, personal sanitario, que nos humaniza, que nos hace poder sufrir con nuestros pacientes, no la podíamos vivir en ese momento”, confirma Francisco Reinoso, jefe del servicio de Anestesia y Reanimación en el hospital Universitario de la Paz. “Es algo parecido al duelo incompleto”, agrega.

Por su parte, Rocío Roldán, médica residente del servicio de Urología en el hospital Universitario de Fuenlabrada, asegura que le cuesta mucho trabajo conciliar el sueño, algo en lo que coinciden muchos de sus compañeros. Roldán tiene 25 años y pertenece al personal médico que fue derivado a un hotel medicalizado para aliviar la sobrepoblación en los hospitales de Madrid.

“Lo difícil aquí es ¿con quién compartes esto? porque tú lo puedes compartir con tus amigos, con tu familia, pero probablemente sólo les vas a generar preocupación y tampoco lo entienden porque no es su ámbito”, expone Alberto Cabañas, médico residente de Medicina Familiar en el centro de salud Numancia, Madrid. 

Como respuesta, se crean grupos de regulación emocional. “Vamos a los puntos críticos, a los servicios más afectados por el coronavirus y ahí intentamos hacer grupos de 10 minutos con el personal sanitario”, explica la psicóloga Rodríguez.

No obstante, Rocío Roldán asegura que la parte gratificante de estar en el hotel reconvertido, “es ver que el coronavirus se puede superar”. Este hospital fue un alivio a la sobreocupación hospitalaria en Madrid, pese a que por la infraestructura con la que fueron levantados, se requería que los pacientes canalizados allí no necesitaran muchos requerimientos médicos, quienes luego de una evaluación detallada y la aplicación de un tratamiento, pueden ser dados de alta en un promedio de 48 horas después. 

TEMOR A UNA SEGUNDA OLEADA

Ante un repunte de la pandemia en España, la internalista del hospital Infanta Leonor, asegura que “ya tendríamos el camino hecho. El problema es que ahora ha tenido que inventarse. Ha habido que cambiar la estructura de los hospitales, ha habido que cambiar la forma de trabajar (...) el doblar turnos, el no descansar, el quitarte vacaciones”.

“Tengo miedo a una segunda oleada a pesar de que ya conocemos este maldito virus”, ya que se camufla en otras enfermedades y no solo produce una neumonía, agrega la doctora de 44 años que vive con su esposos y sus tres hijos. 

Entretanto, para Francisco Reinoso es “difícil pensar que volvamos a necesitar absolutamente todos y tantos recursos como hemos puesto en juego esta vez, pero desde luego no lo descartamos”.

Este doctor asegura que se llegó a un punto en el que todas las unidades de cuidados intensivos (UCI) estaban totalmente ocupados con pacientes de covid, por lo salas de quirófano tuvieron que ser reconvertidas en módulos con tres camas.

En consecuencia, todo el material ubicado en dichas salas de operación, fue colocado en los pasillos del hospital, lo cual fue logrado en alrededor de 48 horas. “Yo no sabía lo que era el pánico hasta ese fin de semana”  

En cambio, Bermúdez expone que sólo se podría estar preparado para atender la pandemia teniendo cientos de cajas de aislamiento, aunque reconoce que ya podrían enfrentar un poco mejor la crisis pues ya saben a lo que se enfrentan.

(diego joaquín)