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Se juegan todo los demócratas en las elecciones en EU

El partido se encuentra entre dos fuerzas: la de de Michael Bloomberg y la de Alexandria Ocasio-Cortez; su reto es derrotar a Trump

Escrito en MUNDO el

En las elecciones intermedias de Estados Unidos, que se realizarán este martes, lo que está en juego para los demócratas es impedir que Trump remodele el país a su antojo, controlando todas las instituciones del Estado.

El Partido Demócrata oscila entre dos fuerzas: el izquierdismo sanderista, que sigue aún vivo en las bases, encarnado en fenómenos como el de la joven Alexandria Ocasio-Cortez, y el centrismo que representa la irrupción de Michael Bloomberg, el exalcalde republicano de Nueva York reconvertido en demócrata, que ha volcado sus millones en la campaña y hace soñar a cierto establishment liberal con replicar el efecto Trump desde el otro lado.

Alexandria Ocasio-Cortez, la candidata demócrata por el distrito 14 de Nueva York a la Cámara baja, excamarera de origen puertorriqueño, que a sus 28 años va camino de convertirse en la congresista más joven del país, exhibía su ya famosa sonrisa y repartía octavillas a la salida del metro, en el bulevar Ditmars de Astoria (Queens, Nueva York), donde pedía a sus vecinos que votaran por ella.

Hay una energía muy buena. Quedan cuatro días y, si no he parado hasta ahora, no voy a parar ya. Es increíble lo que hemos logrado, pero queda el último empujón para el gran día: la participación es muy importante", aseguraba.

Es enormemente inspiradora. Es mujer, es joven, no está contaminada por la política. Da pasos por las cosas en las que creo. Ha hecho una campaña local, pero su visión es global", explicaba Son, entre una nube de seguidores que rodeaban a la candidata.

En contadas ocasiones la política se convierte en un fenómeno de fans. La de Ocasio-Cortez, que fue organizadora de la campaña de Bernie Sanders, es una de ellas. Su victoria en las primarias ante Joseph Crowley la convirtió en figura emergente del partido demócrata.

Aunque no cuenta con experiencia, su éxito fue un argumento para quienes defienden que los demócratas deben abrazar una agenda socialdemócrata sin complejos. El partido, aún en shock tras haber perdido con la candidata mejor preparada de la historia ante Donald Trump, tendrá oportunidad ahora de tomar el pulso a este y otros fenómenos.

La victoria de Hillary Clinton sobre el socialista Bernie Sanders en las primarias de 2016 cerró en falso un debate ideológico en el seno del partido, que volvió a abrirse en toda su magnitud al perder inesperadamente las presidenciales contra Donald Trump.

Estas elecciones legislativas pronostican a los demócratas una importante victoria: controlar el Senado, donde 26 de los 35 escaños están ya en manos demócratas. Pero no ganar la Cámara de Representantes, que se renueva en su integridad, sería un rotundo fracaso.

Las elecciones a mitad de mandato tradicionalmente deparan un castigo al partido del presidente. Los excesos de Trump han movilizado en su contra a muchos moderados, y la irrupción del movimiento Me Too ha potenciado el compromiso de muchas mujeres dispuestas a votar en masa y votar en sentido demócrata.

¿Qué está en juego en las elecciones de Estados Unidos?

Sin embargo, el presidente ha convertido exitosamente las elecciones en unos comicios sobre la inmigración ilegal y sobre su persona. Los republicanos tienen un mensaje y un líder poderoso. Los demócratas carecen de uno y otro.

Las senadoras Elizabeth Warren o Kamala Harris, el exvicepresidente Joe Biden, el joven texano Beto O''Rourke, a la larga lista de posibles concurrentes a las primarias a candidato presidencial, para las que se abre oficiosamente la veda una vez pasadas las legislativas, se ha sumado una figura inesperada: Michael Bloomberg.

El magnate fue demócrata antes de convertirse, entre 2002 y 2013, en alcalde republicano de Nueva York. Se planteó presentarse como candidato independiente en las dos últimas presidenciales. Ahora, con ambos partidos más alejados del centro que nunca, se ha vuelto a registrar como demócrata, se ha volcado en la campaña y ha inyectado valiosísimos millones a candidatos en batallas clave. Se resiste a confirmar su intención de convertirse en candidato, pero tampoco lo niega cuando se lo preguntan.

Bloomberg lleva años dedicando su fortuna, valorada en 46,000 millones de dólares, a defender algunas de las causas asociadas al Partido Demócrata: el control de las armas, el derecho al aborto, la sanidad universal, el medioambiente. Otras partes de su ideario político, sobre todo en lo económico, lo convierten en un eventual candidato. Pero ya hay un ejemplo reciente de un millonario que empieza su campaña alejado de los postulados de su partido.

Un proyecto centrista y desideologizado suele ser una garantía de fracaso en primarias. Pero en un terreno de juego que podría incluir hasta dos docenas de candidatos, las posibilidades se multiplican para alguien conocido y dispuesto a no escatimar en gastos.

mlmt