Un joven relata cómo a los 19 años se enteró de que su padre engañaba con otra mujer a su mamá, el silencio que guardó y los sucesos que de ello se desencadenaron.
Al volver de un festival de música el chico se dirigió al baño, lugar donde encontró un teléfono que identificó como el que su papá llevaba en su carro cuando su hijo era adolescente. Momento en que comenzaron las sospechas.
“Lo agarré. No pedía clave de acceso y entonces comencé a leer varios mensajes que le había enviado una mujer”, asegura el joven.
Al decidir enfrentarlo y mostrarle el teléfono, la reacción del progenitor fue la de negar saber de qué hablaba su hijo, seguido de ello tomó el teléfono y se fue a la sala de la casa. Al poco tiempo se dirigió al cuarto del chico y dijo que hablaría sobre el tema.
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De acuerdo a su padre, se trataba de una amiga del trabajo que lo apoyó en una época difícil de su vida. "No tengo muchos amigos, y no creo que tu madre entendería si uno de ellos es una mujer", dijo.
Dos años después, al recibir la ayuda de su padre para mudarse de departamento, pudo constatar ver que le escribía a alguien llamado “Amos", nombre que no le resultó familiar. Con el iPhone que había adquirido, su papá le tomó una foto y se la envió a alguien. Al preguntarle a su madre, confirmó que el envío no había sido para ella.
A consecuencia de eso, a mitad de la noche tomó el celular con que había sido tomada la fotografía y antes de ver cualquier cosa escuchó una voz que le decía: "¿Me puedes devolver mi teléfono, por favor?". Luego de inventar una excusa y regresar el dispositivo a su dueño imperó un silencio en el ambiente.
Pasados seis meses, en la víspera del cumpleaños de su papá, la familia se reuniría en un restaurante. Ante la llamada de la hermana menor del chico para avisar que iba retrasada, el festejado dio media vuelta y regresó a casa.
La acción enfureció al chico por lo que comenzó a gritarle y a llamarlo "cobarde". Posterior al cuestionamiento sobre la identidad de "Amos", el rostro del infiel se tornó pálido. Sin embargo, ordenó que se dejara de hablar del asunto.
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Al llegar a casa nadie tenía una llave para abrir la puerta. Era un momento tan incómodo que hizo que el hijo no controlara las lágrimas y abrazara a su padre. La madre y la hermana del chico pensaron que simplemente se trataba de una pelea.
Un par de años después, su hermana le llamó para contarle que se había enterado de la infidelidad del papá de ambos. Al igual que las suyas, las sospechas de la menor de la familia comenzaron al detectar mensajes enviados a “Amos”
Aquello lo motivó para confesar a su padre que sus hijos sabían sobre su relación y lo instaron a que se lo confesara a la madre de los chicos. “De otra manera, va ser muy difícil tener una relación contigo". Llamada que terminó con un "Gracias por decirlo" por parte del progenitor.
Tuvieron que pasar tres meses para que su padre, vía mensaje de texto, le informara que se iba de la casa y que avisaba a su madre en una nota. Misma que al llegar a su casa para ver a su mamá ya había sido leída.
Desde entonces, el comportamiento de su padre hacia ella ha sido distinto. Dejó de pagar las cuentas de la casa y tiene detalles como pedir que le devolviera un computador que le habían regalado sus entonces suegros una Navidad, lo que desencadenó el fin del contacto.
Ahora, el chico no sabe qué tipo de relación será la que tenga con su padre en el futuro.
djh