Rocío Cortés Núñez, de 25 años había llegado al hospital de Valme en Sevilla para dar a luz a su tercera hija, la cesárea transcurrió con normalidad y su hija iba a ser trasladada a su cuarto. Sin embargo, la joven madre murió en un terrible accidente cuando fue cercenada por el ascensor.
De acuerdo a medios españoles, el dispositivo de control del cierre falló y el elevador subió cuando la camilla no había ingresado aún completamente y Rocío murió instantáneamente tras ser decapitada.
Su familia se encuentra destrozada por la noticia, pues declaran que ellos venían a celebrar un nacimiento y todo terminó en una tragedia.
"Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida", declaró Fernando Cortés, uno de los hermanos de Rocío.
El esposo de la joven, José Gaspar, afirmó que se sentía terrible e indignado.
"Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona", declaró Gaspar al diario ABC Sevilla.
Por su parte, la madre de Rocío declaró al Diario de Sevilla que su preocupación comenzó cuando llegó al hospital y se enteró de que hubo un accidente en el elevador.
"Me dio un vuelco el corazón. Pregunté por mi hija pero nadie me decía nada. Entonces me fui a Información. Allí me comentaron que había muerto una muchacha. Luego me confirmaron que era mi hija. ¡Qué muerte más cruel ha tenido!", dijo.
En medio del dolor, la familia de Rocío presentó una denuncia en contra del hospital para exigir que los responsables sean castigados.
La empresa responsable del mantenimiento de los elevadores aseguró que el elevador había pasado "sin incidentes" todas las inspecciones obligatorias, la última de las cuales había sido el 12 de agosto.
La Junta de Andalucía también abrió una investigación interna. Aunque la consejera de Salud, Marina Álvarez, también aseguró que el ascensor "había pasado todos los controles y cumplía con la reglamentación".
Con información de El Debate
fmma