En medio de la pandemia del coronavirus que afecta a diversos país, este viernes el papa Francisco otorgo desde una plaza de San Pedro vacía y sin feligreses la bendición extraordinaria ''Urbit et Orbi''.
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¿Qué significa esta bendición?
La bendición Urbit et Orbi traducido del latín , significa ''a la ciudad (Roma) y al mundo''; es un acto único que consiste en la consagración del Papa, la cual ningún otro obispo puede realizar y que puede tener lugar eficaz a través de los medios de comunicación para pedir por el bien de los fieles.
Según la tradición teológica católica, la bendición ''Urbi et Orbi'' otorga la remisión por las penas de pecados ya perdonados, es decir, se confiere una indulgencia plenaria bajo condiciones específicas del Derecho Canónico y por el Catecismo de la Iglesia.
La bendición "Urbi et Orbi" se imparte habitualmente en tres ocasiones: cuando el papa es elegido sucesor de Pedro, en Navidad y en Pascua.
Anteriormente no se había tenido un registro de la bendición ''Urbi et Orbi'' de un papa a través de plataformas digitales y que fuera seguido por millones de creyentes a través de estos medios de comunicación.
Así fue la bendición
En una plaza desierta, envuelta en silencio y mojada por la lluvia incesante, el papa Francisco regaló a los fieles católicos del mundo una ceremonia inédita, una homilía y una bendición posterior que los creyentes católicos tuvieron que seguir a través de los medios de comunicación.
La Santa Sede ordenó el cierre hasta el 3 de abril de la plaza y la basílica de San Pedro, como medida de precaución ante la propagación del coronavirus, que ha dejado ya al menos cinco casos positivos en el interior del Vaticano.
En la homilía el papa oro por la crisis que azota a cientos de países azotados por la pandemia del covid-19 que ha causado en Italia más de nueve mil muertes.
Foto Vatican News
En la ceremonia su Santidad se dirigió en silencio desde las escaleras de la plaza vaticana hacia el sagrario donde ofreció una homilía.
Después, se acercó despacio hacia la puerta central de la basílica del Vaticano para rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, que habitualmente se guarda en la Basílica de Santa María la Mayor, como también al Cristo crucificado de la Iglesia de San Marcello.
Este Cristo fue llevado en procesión en 1522 por Roma para pedir el fin de la peste que asolaba la ciudad y desde entonces ha sido llevado en procesión a San Pedro cada año sagrado, alrededor de cada 50 años.
(Karla Alva)