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¿Qué es el “Corredor del Cáncer” de Estados Unidos?

Los habitantes de esta zona, ubicada en Luisiana, zona tienen 50 veces más probabilidades que contraer cáncer que el estadounidense promedio

Escrito en MUNDO el

Ente las ciudades de Nueva Orleans y Baton Rouge, en el estado de Luisiana, existe una zona de 160 kilómetros con un apodo espeluznante: el “Corredor del Cáncer”.

Según datos del medio BBC, los habitantes de esta zona, que va a lo largo del Río Misisipi, tienen 50 veces más probabilidades que contraer cáncer en algún punto de sus vidas que el estadounidense promedio.

¿Qué pasa en el “Corredor del Cáncer”?

 

LAS RAZONES

Las más de 150 refinerías e instalaciones petroquímicas que hay en este estrecho impregnan el aire de sustancias tóxicas, a las que la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos califica como “potencialmente cancerígenas”.

En ciertos condados como St. John the Baptist, el riesgo de contraer la enfermedad es de entre 200 y 400 personas por millón de habitantes. Estas cifras están asociadas con las emisiones de compuestos como el óxido de etileno y cloropreno.

 

“RACISMO MEDIOAMBIENTAL”, SEGÚN LA ONU

La mayoría de los habitantes del “Corredor del Cáncer” son afroamericanos.

“El corredor petroquímico a lo largo del río Misisipi no sólo ha contaminado el agua y el aire circundantes, sino que también ha sometido a sus residentes, en su mayoría afroamericanos, a cáncer, enfermedades respiratorias y otros efectos adversos para la salud”, aseguró la ONU este año.

El organismo también afirmó que “esta forma de racismo ambiental plantea amenazas graves y desproporcionadas a varios derechos humanos de sus residentes".

En el condado de St. James, según datos de la EPA, la incidencia de la enfermedad en las comunidades de personas negras es de 105 casos por millón. Mientras tanto, la incidencia es de 60 casos por millón en los distritos mayoritariamente blancos.

Eva Butler es habitante de este condado. Le dijo a BBC Mundo que en su calle conoce “a tres personas, dos de la misma familia, que tuvieron cáncer al mismo tiempo”. Ella misma llegó a tener cáncer de mama.

Butler asegura que el problema va más allá del olor que existe en la zona debido a los químicos. "En un par de ocasiones salí a la calle sin paraguas. Se puso a llover y se me mojó el cabello y la cara. Días después, mi piel empezó a caerse. Soy una persona de piel morena y parecía que tenía quemaduras de sol".

 

ACV