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Protestas en Hong Kong: jugar “a las vencidas” con el gigante asiático

Mientras las tensiones escalan y la lucha se hace más fuerte, protestantes de Hong Kong se unen a pesar de las trabas impuestas por Beijing. Choques, violencia, censura… la táctica para derrotar al movimiento

Escrito en MUNDO el

El enorme movimiento de Hong Kong se originó en internet, en la popular red llamada LIHKG (Lin-den en cantonés), bajo una serie de publicaciones anónimas que convocaron a miles de personas a manifestarse en contra de la polémica Ley de Extradición, (revocada a principios de septiembre) dando inicio oficial a las protestas semanales que hemos visto estos últimos meses.

Ante esta creativa estrategia que desafía el historial de censura chino (pues tanto la prensa como las redes son limitadas en China continental), el gobierno de Beijing decidió igualar la dedicación de los manifestantes y responde con una agresiva (pero creativa) campaña de medios para desviar la atención y tomar control de la narrativa. 

“Los medios estatales chinos están creando noticias falsas para culpar a los manifestantes. Creo que la mayoría de la gente todavía apoya el movimiento, aunque muchos no apoyan los actos violentos." comenta para La Silla Rota Allan Au, periodista chino con doctorado en la Universidad de Stanford.

El pasado lunes 19 de agosto Facebook y Twitter detectaron miles de cuentas falsas en sus plataformas difundiendo mensajes de odio, fake news y propaganda en contra del movimiento en Hong Kong, como un esfuerzo por apropiarse de todo espacio que indique presencia de “camisas negras” (como se les conoce a los protestantes por su característica vestimenta).

El jefe de ciberseguridad de Facebook, Nathaniel Gleicher, declaró ante los medios, que una de las tácticas utilizadas por los perpetradores para pasar desapercibidos, era posar como “organizaciones de noticias” publicando versiones manipuladas de los hechos a favor del gobierno chino.

 

Las confrontaciones cada vez más violentas entre protestantes y policías permitieron que medios pro China seleccionaran imágenes donde se pinta al grupo de manifestantes como extremistas radicales y violentos, destacando los incidentes donde policías salieron heridos y omitiendo los múltiples episodios de brutalidad contra los jóvenes de camisas negras.

"Aunque las personas detrás de esta actividad intentaron ocultar sus identidades, nuestra investigación encontró vínculos con personas asociadas al gobierno chino”, comentó Glitter.

La teoría de una campaña de desinformación respaldada por el Estado no es alocada ni inconcebible, al contrario, el gobierno chino tiene un historial documentado de lo que se conoce como Wu Mao (Partido de los 50 centavos), una serie de reclutamiento de personas encargadas de comentar en redes sociales para manipular la opinión publica online, quienes son remunerados con una pequeña cantidad de dinero a cambio de generar publicaciones al minuto.

 

Y bueno ¿funciona? La respuesta es sí, y funciona muy bien. Simpatizantes del gobierno chino incluso crearon su propio hashtag #TheCentralGovernmentWillNotBeChallenged (“El gobierno chino no será desafiado”), haciendo vocal su posición anti-protesta y expresando abiertamente su odio tanto por el movimiento de Hong Kong como por los protestantes que lo componen.  

“Los llamamos cucarachas porque son odiados por muchos de nosotros aquí en Hong Kong”, expresó William Cheung para ABC News, un residente de 62 años partidario del movimiento pro-China.

Según su visión, los jóvenes protestantes solamente interfieren con la buena voluntad del gobierno central chino, que si bien restringe muchos comportamientos (como la libertad de prensa, la libre navegación por internet o la defensa legitima ante cargos criminales), todo lo hace en defensa de sus ciudadanos, para asegurar la prosperidad de todos e instaurar el bien común.

La polarización se ha vuelto tan fuerte que incluso algunos se han dado la tarea de atender a una serie de contraprotestas, en las que se pueden observar a cientos de manifestantes proestablishment (principalmente de la mediana edad), ondeando banderas Chinas, cantando el himno nacional y alentando a la policía antidisturbios a continuar con los arrestos.

“Para ellos, la división es clara. Es una narrativa de héroes contra villanos” concluye el Allan Au.

EL BUENO Y EL FEO: UNA CACERÍA DE BRUJAS

Aunque China apunte a construir una imagen de benevolencia entre sus simpatizantes, no es secreto que su prioridad número uno es mantener su reputación de nación poderosa y no dejarán que su autoridad sea cuestionada, al contrario, la protegerán hasta las últimas consecuencias.

Así que mientras por un lado se anuncian las “atrocidades” cometidas por “los villanos camisas negras”, por otro lado, el gobierno chino comienza a poner presión en compañías, políticos y celebridades para detener las protestas en Hong Kong.

“El gobierno central chino se está vengando. Están usando su influencia y poder económico para suprimir a las personas que apoyan al movimiento (…) todas las industrias están sufriendo”, expresa Au.

Una de las víctimas ha sido Cathay Pacific, la aerolínea bandera de Hong Kong, misma que se encuentra entre los empleadores más grandes de la ciudad y de las marcas más reconocidas a nivel mundial.

A finales de agosto, la impaciencia de Beijing con su participación en las protestas se hizo evidente cuando el regulador de aviación chino emitió una advertencia dirigida a Cathay sobre un "riesgo importante de seguridad de aviación”, impidiendo que sus aviones hicieran uso del espacio aéreo chino y sugiriendo a la aerolínea realizar cambios rápidos.

¿Cuáles cambios? Separarse completa y tajantemente del movimiento de Hong Kong, aunque esto incluyera despedir múltiples empleados y poner el ejemplo para muchos otros.

“Me siento muy asustada, como si hubiéramos perdido la capacidad de expresar nuestras opiniones, nuestras preocupaciones y nuestras esperanzas sin sentir la autoridad de China”, comentó una asistente de vuelo para The Washington Post.

Ese mismo mes, oficiales chinos comenzaron a realizar búsquedas exhaustivas en el equipaje y dispositivos personales de las tripulaciones aéreas, (incluidos archivos eliminados y aplicaciones de mensajería seguras), en busca de cualquier signo de simpatía con la protesta.

Pero el caso de Cathay Airlines no es aislado, compañías locales e internacionales comienzan a sentir presión del gobierno de Beijing por tomar partido a favor de China.

Las cuatro grandes firmas de contabilidad: PwC, Deloitte, KPMG y Ernst & Young, (ahora conocidos como EY), publicaron una serie de declaraciones en las cuales pretenden deslindarse de un anuncio (firmado y financiado por un grupo de empleados anónimos de las empresas) que respalda las manifestaciones en Hong Kong y fue publicado en el periódico Apple Daily el pasado 16 de agosto.

En respuesta, las firmas declararon que el anuncio "no representa la posición de la empresa", agregando: "Nos oponemos firmemente a cualquier acción y declaración que desafíe la soberanía nacional".

“El gobierno chino tiene una gran ventaja, tienen dinero…mucho… pueden controlar a muchas personas…tienen mucha influencia en todos los sectores (…) China es un monstruo en la economía mundial y todos quieren invertir en este. Pero para hacer negocios, las compañías deben mostrar su respeto por China ¿y cómo hacen esto? Pues cumpliendo con las demandas que el gobierno tenga… en el caso de las protestas se trata de rechazar al movimiento y su ideología, sin olvidar mostrar apoyo públicamente por la ‘Gran Nación China’”, concluye Au.

China manda un claro mensaje a todo el sector comercial en Hong Kong. No van a tolerar desafíos ni insubordinación. Al final del día todo se resume en ¿quién necesita más de quién? Porque a juzgar por la forma en que van las cosas, todo apuntaría a que el “dragón rojo” tiene buena parte del sector económico a su merced.

30 DE AGOSTO: EL PUNTO SIN RETORNO

“Ese día fue el quinto aniversario de la negativa de China por adoptar una reforma democrática significativa en Hong Kong, habrá grandes enfrentamientos entre policías y manifestantes. Tengo miedo de que alguien muera hoy”, menciona Kris Wu, estudiante de sociología en la Universidad de Hong Kong y participante activo en las actuales protestas.

La marcha del 31 de agosto marcaba el quinto aniversario de la decisión de Beijing de no permitir elecciones totalmente democráticas para jefe de gobierno de Hong Kong. Sin embargo, esta fue cancelada tras una junta de apelaciones que denegó el permiso.

Joshua Wong y Agnes Chow son dos activistas pertenecientes al partido pro democracia Demosisto. Ambos fueron arrestados el viernes 30 de agosto por cargos de “incitar a acudir a una reunión ilegal, organizarla y participar en ella”. ¿por qué ahora?

“Estos arrestos fueron estratégicos, tenían que ser en esa fecha, es el aniversario de un movimiento que falló, marca un momento de mucho dolor para todos. El gobierno tenía que recordarnos eso”, remarcó Au.

Wong y Chow fueron acusados de pertenecer al grupo de organizadores responsables por dar inicio a las protestas en junio, pero no fueron los únicos arrestados para marcar un ejemplo. Un día antes, Andy Chan, coordinador del Partido Nacional de Hong Kong, fue detenido por la tarde en el aeropuerto por cargos de disturbios y de agresión a un agente de policía.

¿Por qué ellos? Estos arrestos no fueron accidentales ni aleatorios, los tres activistas tienen ya un historial de desacuerdos con el gobierno de Hong Kong (y de Beijing por extensión). Wong fue uno de los líderes estudiantiles de las manifestaciones prodemocráticas en 2014 conocidas como "la revolución de los paraguas”, en las cuales se exigían elecciones democráticas para el gabinete de gobierno de Hong Kong sin la intervención de Beijing. Por ello sirvió condena y fue liberado poco tiempo antes del comienzo de las recientes protestas en Hong Kong.

Por su parte, Agnes Chow es una reconocida activista y miembro destacado del partido Demosisto, quien ha sido abierta en su participación en los movimientos del 2014 y el actual. El tercer individuo, Andy Chan, posa como una importante figura política al ser un activista pro independencia de Hong Kong y miembro fundador del Partido Nacional de Hong Kong cuyas actividades fueron prohibidas en septiembre del 2018 por el gobierno de Hong Kong “en bien de la seguridad nacional y de la seguridad pública”.

“El gobierno no solo arrestó a tres prominentes políticos prodemocracia, pero también amenaza con usar la ‘ley de emergencia’. La gente está cada vez más furiosa. Los organizadores de las marchas están siendo atacados por pandilleros y policías… y policías están siendo atacados por protestantes…. hoy, ambos lados jugarán de manera indirecta”, recalca Au.

LA AMENAZA DE UNA LEY NUCLEAR

Ante toda esta serie de dramáticos eventos, la gente comienza a ponerse nerviosa y la tensión se puede respirar en el aire. La noche del 31 de agosto, grupos equipados de policías antidisturbios irrumpieron en una estación de metro, utilizando sus bastones para golpear pasajeros y rociando gas pimienta en sus rostros.

“La policía se apresuró a una estación del Metro y golpeó a la gente con bastones. La mayoría de ellos eran ciudadanos comunes. Fue terrible. Los policías son brutales y en respuesta los protestantes se están volviendo más violentos. Todo es muy emocional”, cuenta Jenne para La Silla Rota, una de las jóvenes protestantes que, por suerte, decidió caminar a casa después de la protesta, pero presenció lo ocurrido por medio de una videollamada a su amiga Joy.

La desesperación de China se hace cada vez más evidente y las medidas de contención más extremas. Esto, a raíz de una serie de rumores que sugieren la aplicación de la temida “Ley de emergencia”. Una ley que otorga al gobierno central de Beijing el poder de controlarlo todo, desde los medios de comunicación hasta los trabajadores y la infraestructura.

“En otras palabras, Beijing puede pisotear nuestras leyes y hacer lo que quieran. No van a detenerse por nada hasta ver muerto el movimiento” expresó Au.

Tras los dramáticos eventos de aquel fin de semana de agosto, el gobierno de Hong Kong lanzó indirectamente la amenaza de que, en caso de no llegar a una pronta resolución, podría invocar estos poderes de emergencia para “apaciguar las calles de la ciudad”, como mencionaban algunos foros y periódicos chinos.

Por su parte, Carrie Lam (la actual jefa ejecutiva de Hong Kong) no afirmó ni negó la veracidad de los rumores, pero declaró que “Todas las leyes en Hong Kong, si pueden proporcionar un medio legal para detener la violencia y el caos, el gobierno es responsable de investigarlas”.

Algunos observadores políticos han expresado su preocupación por las incertidumbres que podría provocar la invocación de esta ley y el mayor daño que podría causar. Pero sin una resolución ante este movimiento a la vista, parece ser que todas las opciones están sobre la mesa.

Hasta el momento, Beijing ha enfatizado que si bien, ponerle un fin a todo el caos y violencia traído por las protestas, es su máxima prioridad, confía en que el gobierno de Hong Kong se encargará de restaurar el orden. ¿Pero será esto cierto?

Ese mismo fin de semana, se reportó el avistamiento de soldados y tanques estacionados en la frontera con Hong Kong, sugiriendo que esta fachada paciente de Beijing no durará mucho.

“Se acerca una fecha muy importante, nos tiene nerviosos a todos. El 1 de octubre se celebra el aniversario de China y harán grandes shows para glorificar la nación… esta también es la supuesta ‘fecha límite’”, comentó Kevin para La Silla Rota, un joven protestante de 24 años.

Durante meses, la sombra del primero de octubre se asomaba sobre las demostraciones prodemocracia en Hong Kong, como una fecha límite para cesar las protestas. Pero el secreto a voces que atormentaba a los ciudadanos parece ser ahora una vocal preocupación por el futuro, pues el miedo a que el Partido Comunista Chino tome medidas para poner fin a los disturbios se vuelve más palpable cada minuto.

El Día Nacional de la República Popular China se celebra cada año en esta fecha, con grandes bailes, festejos y un desfile militar por la capital para conmemorar los 70 años desde la fundación de la República Popular de China.

Este día, Beijing querrá proyectar una imagen de grandeza, unidad y fuerza para la población y mundo enteros, por lo que las protestas de Hong Kong se convierten en una situación incómoda que amenaza con distraer las celebraciones del día.

“Todos conocemos los rumores, nos pone nerviosos, pero no significa que nos rendiremos ahora. No podemos esperar a ver qué pasa, tenemos que seguir adelante, cada paso es crítico ahora. Tenemos que seguir con las protestas, tenemos que avanzar.” Señala Kevin.

Estas no son buenas noticias, pues los líderes de China no querrán que nada eclipse este momento. Nadie sabe que acontecerá si estas acciones interrumpen las festividades y avergüenzan a los líderes comunistas del país. Y aunque el gobierno de Hong Kong ha dicho que no hay una fecha límite para que Beijing tome acción y ponga fin a las protestas, algunos predicen que la represión militar china es inevitable y muchos otros aseguran que Beijing no moverá un dedo por querer presentar un frente tranquilo y unido.

Hasta ahora nada es seguro y los rumores han continuado sin un consenso claro sobre lo que el 1 de octubre podría significar para Hong Kong, pero si de algo podemos estar seguros, es que la lucha de los ciudadanos de Hong Kong no se detendrá por miedos o presiones. Su misión es clara y su determinación fuerte.

“Nosotros seguiremos, no podemos parar, lo demás es ruido (…) los rumores son solo eso, así que solo podemos esperar y ver, no hay nada más” concluye Kevin antes de ponerse su máscara.