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Por videollamada, así dieron sus papás la orden de desconectarlo

Duglas Omar, migrante guatemalteco de 24 años resultó víctima mortal de la pandemia de covid-19, que en EU ha cobrado la vida de alrededor de 104 mil personas

Escrito en MUNDO el

Duglas Omar Cerón, de 24 años, murió por covid-19 en el centro R Adams Cowley Shock Trauma de la Universidad de Maryland, Estados Unidos; sus padres, desde Guatemala, dieron la instrucción a los doctores para que desconectaran la máquina que lo mantenía con vida tras sufrir un ataque al corazón pocos días de haber sido ingresado por la enfermedad.

“Mientras hablaba el doctor, la trabajadora social lo traducía al español. Y dijo el doctor: ‘Él tiene los aparatos puestos. Están encendidos, pero sus órganos ya murieron. Él definitivamente ya murió’”, comenta para El País uno de los primos de Duglas Omar, Rafael de 26 años, quien funge como portavoz de la familia. “Nos medio enseñaron el cuerpo de lejos. Ahora vamos a ver si nos ayudan a traernos el cadáver o, si está infectado, las cenizas”, agregó.

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El joven, migró a EU en febrero de 2019, hazaña para la que pagó a un pollero la cantidad de 95 mil quetzales. 

Duglas Omar sólo había estudiado hasta cuarto de primaria pero en cuanto a llegó a Maryland comenzó a trabajar y mandar dinero a su padre en Ipala, municipio del departamento de Chiquimula, para comprar abonos y fertilizantes que le ayudaran con las cosechas.

Notó los primeros síntomas de la covid-19 a mediados de mayo, pero la necesidad de seguir enviando dinero a Guatemala por problemas de salud de su padre, quien necesitaba una cirugía, hizo que siguiera trabajando en una compañía de perforación de tuberías en Maryland, actividad considerada esencial en ese estado.

Esmeralda, hermana menor (22 años) del finado, lamenta que “casi no lo pudimos ni ver. Murió tan rápido y otras personas mayores se han recuperado de esto. No lo entiendo”.

Como Duglas Omar, esta misma presión la sienten los migrantes e hispanos en EU, sectores de la población especialmente vulnerables a contagiarse de la covid, según muestran datos preliminares publicados por algunas ciudades y estados.

En Nueva York, por ejemplo, el 34% de fallecidos en abril eran hispanos, pese a que suponen el 29% de la población. Además, en el país residen más de 11 millones de indocumentados. 

El problema en el caso de Cerón, fue que al momento de detectar los primeros síntomas, decidió automedicarse y hacerse infusiones para aliviar los malestares. “No pensaba que iba a ser tan grave, creía que se le iba a pasar. Pero al tercer día empeoró con fiebre, le molestaba la tos y no había mejoría”, cuenta Melvin Jacome, otro migrante de su misma aldea en Guatemala y con el que compartía apartamento en Langley Park.

El 16 de mayo Jacome y su otro compañero de apartamento llamaron a una ambulancia que lo llevó a un hospital de la zona, el Laurel Medical Center, donde le pusieron oxígeno. Al no reportar mejoría, los sanitarios lo trasladaron a otro centro médico de la Universidad de Maryland especializado en pacientes críticos, el R Adams Cowley Shock Trauma.

Ahí sufrió el paro cardiaco que lo dejó en estado vegetativo, explica Jessica Mendoza, la cónsul de Guatemala en Silver Spring (Maryland). 

A partir de entonces, la diplomática comenzó a ejercer de mediadora entre el centro médico y la familia, después de que los padres de Cerón, desesperados por la situación de su hijo y sin saber qué hacer, llamaran a una estación de radio guatemalteca para pedir ayuda, donde los pusieron en contacto con un abogado que difundió la historia en redes sociales y contactó al Ministerio de Exteriores de Guatemala.



(djh)