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Por desempleo ante covid, Nueva York se llena de vendedores ambulantes

Las calles neoyorkinas comienzan a llenarse de un fenómeno muy común en latinoamérica, pero muy poco y controlado en EU: vendedores ambulantes

Escrito en MUNDO el

Nueva York fue el epicentro mundial de la pandemia, donde más gente enfermaba y moría por la covid-19. Ahora, aquellos que sobrevivieron al virus, también lo tienen que hacer ante el desempleo. 

Por ello, las calles neoyorkinas comienzan a llenarse de un fenómeno muy común en latinoamérica, pero muy poco y controlado en tierras estadounidenses: los vendedores ambulantes. 

En Nueva York solo hay permiso para 2 mil 900 puestos ambulantes de alimentos y 853 para vendedores de mercancías en general. Hoy, claro está, hay más de los permitidos. 

The New York Times recopiló una serie de casos de desempleados, en su mayoría migrantes indocumentados, que han optado por ser vendedores ambulantes para sobrevivir.

Más de medio millón de indocumentados de la ciudad cuyas vidas se han visto trastornadas por la pandemia y que no pueden recibir la mayor parte de la asistencia financiera, incluidos los préstamos y el dinero de estímulo otorgado por las autoridades estadounidenses a la mayoría de los ciudadanos.

Foto: The New York Times

Aun sin poder vender nada, está en una esquina Cristina Sánchez. Durante la pandemia perdió su trabajo y luego la habitación que alquilaba, ahora intenta sobrevivir vendiendo en la calle.

Originaria de México, la mujer de 47 se preocupa por su familia, antes les enviaba 150 dólares a la semana, ahora 20 dólares si acaso. 

Cristina llegó a Nueva York en 2004. Trabajó una serie de trabajos hasta hace tres años, cuando encontró trabajo doblando ropa en una tintorería por 700 dólares a la semana. Se quedó sin empleo en marzo, para junio ya no tenía donde vivir.

Desesperada, le preguntó a un amigo si podía dormir en el sofá de su sala, así lo hace desde entonces.

Cristina comenzó a vender comida con la ayuda de Sabina Morales, una vendedora con experiencia.

“Solo estoy tratando de seguir adelante y seguir ayudando a mis hijos con su educación, pero ahora con la pandemia, no puedo ayudarlos. No hay trabajo ".

Foto: The New York Times

Gerardo Vital vivía de mostrar a los turistas de habla hispana lo más destacado de Manhattan y Washington, DC. Tenía reservado excursiones desde marzo hasta septiembre, hasta que llegó la pandemia y las cancelaciones vinieron como avalancha.

Gerardo llegó a Nueva York desde México en 2006. Se instaló en Jackson Heights, donde ahora vive en una calle arbolada con su esposa y sus dos hijos, pero esas comodidades que tanto le costó ganar ahora están en peligro.

Su esposa perdió su trabajo en un restaurante y sus clientes pidieron el reembolso de sus reservaciones. Tuvo que vender uno de sus dos automóviles y usar sus tarjetas de crédito para regresar el dinero.

Ahora, Gerardo vende tacos durante la noche y batidos en el día. El dueño de una tienda le permitió usar su puesto por la noche sin costo. Trabaja desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la madrugada.

Aunque su esposa recuperó el trabajo él todavía tiene que vender comida ya que es poco probable que el turismo se recupere pronto.

“No hay trabajo en ningún lado [...] Cuando hace frío, me pongo una chaqueta y espero a que lleguen los clientes".

Foto: The New York Times

Manuel Antonio Díaz Cordova llegó a Nueva York en febrero pasado, un mes antes del cierre de la ciudad. Tenía varios trabajos ocasionales hasta que la covid-19 inundó los hospitales de enfermos.

Manuel esperaba ganar dinero para ayudar a sus hijos en Ecuador. Había sido abogado y dueño de una farmacia allá, hasta que comenzó a recibir amenazas de muerte de un excliente.

“Mi vida estaba en peligro, no podía manejar mi negocio, no podía cuidar de mis hijos ".

Para sobrevivir, ahora vende cubrebocas. No gana mucho, pero lo suficiente para pagar sus cuentas y enviar dinero a sus hijos. 

Actualmente, Estados Unidos rebasa los 11 millones de casos acumulados de covid-19 y se acerca a las 250 mil muertes en un marcado rebrote que ya supera las cifras de casos diarios de sus peores momentos en el verano pasado.

 

Con información de The New York Times

rgg