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Periodismo off-line, combaten censura en Venezuela a la antigüita

Jóvenes hacen periodismo “a la antigüita” para luchar contra la desinformación

Escrito en MUNDO el

“¡Oye tú, no puedes quitar eso de ahí, es información!”, grita el dependiente de una tienda en una colonia popular de Caracas. El joven que se disponía a retirar el papel escrito con plumines de colores le explica: “señor, yo soy reportero, vengo a poner otro papelógrafo con información nueva”.

Un grupo de jóvenes ha utilizado su voz, pliegos de papel, plumines y velas para hacer periodismo en Venezuela, desde hace cuatro años. Un 27 de mayo de 2017, después de una centena de personas fallecidas y de vivir los meses más violentos de la historia de Caracas, nació el proyecto de El Bus TV.

“Por esta época vemos que se empiezan a llenar las redes de obituarios y recordatorios de los jóvenes venezolanos que, durante cuatro meses de protestas, fueron asesinados a manos de las fuerzas de seguridad del Estado”, relata Laura Helena Castillo, directora del proyecto.

En la librería Lugar Común –que cerró sus puertas en 2018 debido a la crisis–, Laura se reunía con un grupo de académicos, periodistas y artistas para comentar la situación política nacional, buscar ideas de acción que ayudaran a reconstruir el tejido social que se diluía en Venezuela.

Ahí, conoció a Claudia Lizardo, quien tuvo la idea de organizar un “performance” informativo con jóvenes. El proyecto consistiría en “leer” noticias, a través de un marco de madera que representara la caja televisiva.

En 2017, los medios venezolanos perdían –cada vez con más descaro– su línea independiente. La cadena Globo Visión y los periódicos El Universal y Últimas Noticias dejaron de cubrir en tiempo real las protestas y habían sido vendidos años antes.

Ya para ese año, en Venezuela el acceso a internet no superaba el 60 % de la población nacional. En 2021, hay zonas metropolitanas donde la luz se va por más de ocho horas, dejando incomunicada a la comunidad todo ese tiempo.

Ambas se reunieron el sábado 27 de mayo, de 2017, para llevar a cabo el primer performance de lectura de noticias arriba de un autobús. Ese mismo día se cumplían 10 años de la última emisión informativa de Radio Caracas Televisión, el primer medio nacional que cerró el gobierno chavista.

Esa fue mi guardia. Yo estaba de guardia en El Nacional ese domingo en la noche, el 27 de mayo de 2007. A mí me tocó escribir la nota de cómo la pantalla se fue a negros y empezaba la orquesta de Simón Bolívar con el nuevo canal del Estado venezolano

“Una década después, me montaba en un autobús para leer la primera noticia de El Bus TV que fue ‘Hoy se cumplen 10 años de la última emisión de Radio Caracas Televisión’”, narra Laura Helena a La Silla Rota.

Desde ese momento, hace cuatro años, la lectura de noticias en El Bus TV cierra su performance con la frase que terminaba el noticiero nocturno de Radio Caracas Televisión: “Seguiremos informando”. 

SE REINVENTAN EN LA CRISIS

Con la pandemia de covid-19, el proyecto de presentación de noticias en las rutas de autobuses de cuatro regiones de Venezuela se vio limitado. Los jóvenes reporteros idearon los “papelógrafos”, pliegos de papel con noticias divididas por secciones, escritas con plumines de colores y que se colocan en las paradas de autobús, afuera de negocios y entradas de multifamiliares.

Alejandro Herrera, estudiante de periodismo en la Universidad de Los Andes y reportero de El Bus TV, asegura que algunos de sus compañeros, incluso en largas jornadas sin luz, recurren a las velas y al internet móvil de sus celulares para sacar el proyecto adelante.

El Bus TV nace en medio de actitudes de censura por parte del Estado hacia el periodismo. Empezamos a crecer así y yo me siento súper contento de poder formar parte de un proyecto así en Venezuela que, dentro de la censura, somos una camada de jóvenes que sale a hacerle frente en medio de tanto silencio noticioso, de tantos canales bloqueados

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha advertido, en varias ocasiones, sobre la gravedad de las acciones del gobierno venezolano en contra de los medios de comunicación que, desde hace más de una década, perciben una crisis de libertad de expresión en el país.

El hecho más reciente es el embargo político contra el diario El Nacional, del que la SIP aseguró que “quedará en la historia de este siglo como uno de los más grandes atropellos contra la libertad de prensa en las Américas”.

Además de los papelógrafos y la lectura sobre autobuses, El Bus TV ha organizado grupos de conversación en WhatsApp, donde los jóvenes reporteros comparten noticias relevantes entre vecinos de las regiones donde organizan su cobertura informativa e invitan a especialistas para resolver dudas de temas específicos.

A solicitud de los vecinos, que identifican ya a los reporteros de sus barrios, también se han organizado charlas en casas, se leen las noticias desde una ventana o balcón en un multifamiliar. Los mismos venezolanos sacan café y bocadillos para la tertulia informativa.

“Es un acto, como dice Florantonia Singer [reportera de El País y colaboradora de El Bus TV], ‘un periodismo cuerpo a cuerpo’. Llega hasta tu casa, cuando el periodismo llega hasta la ventana de tu casa, es algo que difícilmente no despierta ahí una reacción en la comunidad”, asegura Laura Helena Castillo.

Los periodistas de El Bus TV no aspiran a tener más seguidores en redes sociales, ni a generar más clics en una página de Internet, tampoco buscan ganar premios internacionales de periodismo; sino a seguir impactando a su público con noticias locales.

Sus metas son sencillas: que los venezolanos sepan lo esencial sobre la vacunación en su país –el gobierno de Nicolás Maduro ni siquiera ha informado la marca de las vacunas con las que cuentan– y que las mujeres combatan la violencia que pueden vivir en sus hogares.

“Lastimosamente, a Venezuela la ha polarizado mucho la política. Cuando te escuchan que no estás ni de un lado ni de otro, cuando haces periodismo, la gente se sorprende. Una vez me aplaudieron cuando terminé de leer las noticias, pero un reportero no sale a la calle buscando el aplauso, solo sale a hacer su trabajo”, concluye Alejandro.

MJP