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“Me contagié de covid pasando el salero en la cantina”

Una investigación realizada en Alemania expone como se dio el primer brote de contagios de covid-19

Escrito en MUNDO el

Proveniente de China, una trabajadora llegó a la sede de Webasto, en Alemania, una empresa que fabrica techos solares, cargadores de automóviles eléctricos y sistemas de aire acondicionado. Era el 19 de enero del 2020.

Sin embargo, antes de llegar a tierras alemanas, decidió visitar a su padres en Wuhan, China, donde en ese momento era el epicentro de la pandemia de coronavirus (covid-19).

El 20 de enero se presentó en la central de Webasto en Stockdorf, cerca de Múnich, para impartir una formación de dos días. 

Dos días después, el 22 de enero, la mujer voló de vuelta a Shanghái, China, y ya en el avión sintió que algo no iba bien. 

“El tiempo que estuvo aquí, no se encontró mal. Tal vez algo cansada, pero lo atribuyó al jet lag”, recuerda ahora Nadine Schian, vicepresidenta y jefa de comunicación de Webasto, que formó parte desde el primer momento de la célula de crisis. 

Ya en China, la paciente fue al médico y el 26 de enero recibió el resultado positivo de coronavirus. Ella se había contagiado antes de llegar a Alemania y no lo sabía. 

La mujer envió un correo electrónico a la empresa en Alemania, que por la diferencia horaria no se abrió hasta el día 27 de enero. El enterarse del contagio informaron a todos los empleados.

Aquel mismo día, un empleado de Webasto daba positivo a coronavirus, era el primer caso de contagio entre humanos fuera de Asia. El coronavirus había llegado a Alemania.

Científicos alemanes han reconstruido hasta el último detalle qué pasó aquellos días, a través de entrevistas, documentos y del análisis del genoma del virus. 

Descubriendo cómo se propagó un brote que la empresa y las autoridades lograron frenar en seco. 

En la empresa 16 personas resultaron contagiadas y todas se han recuperado de forma exitosa.

La reconstrucción publicada en la revista Lancet y retomada por El País, relata lo qué pasó en aquellas horas en la empresa infectada.

En el correo, la paciente cero envió una lista de todas las personas con las que había estado en contacto durante su estancia en Alemania. 

Los trabajadores que habían estado cara a cara durante más de 15 minutos con la persona contagiada elaboraron otra lista de contacto. 

Incluso la empresa informó al taxista que trasladó a la paciente cero, al hotel donde durmió y al restaurante donde cenó.

También decidieron publicar una entrevista en un periódico para que todo el mundo que pudiera haber estado en contacto con la paciente cero lo supiera y se reportara. 

“Entonces no había tanta información sobre lo que había que hacer. Hemos aprendido mucho en este tiempo”, piensa ahora Schian.

El mismo 27 de enero se confirmó el primer positivo entre los empleados. Había estado con la paciente cero en una reunión y durante el fin de semana se encontró medio griposo, pero el lunes por la mañana, fue a trabajar. 

Al llegar, vio en la Intranet las noticias y su jefe le envió a casa. Al dar positivo, se elaboró otra lista con las personas que habían estado en contacto con él en los últimos 14 días. 

Para el 28 de enero decidieron cerrar y desinfectar la empresa en la que trabajan mil 200 personas. 

Entonces, nueve personas resultaron positivas en la empresa y otras siete se contagiaron a raíz del contagio inicial en Webasto. 

El foco se extendió en total a 16 personas, 12 hombres y cuatro mujeres.

El análisis de los investigadores alemanes indica que el paciente 1 se sentó al lado de la paciente cero en una reunión de una hora y en una sala de 12 metros cuadrados. 

La secuencia del genoma del virus del paciente 2 permite también concluir que la paciente cero le transmitió la enfermedad. 

El paciente 3 estuvo en contacto con el 1, cuando ambos trabajaron a la vez en el mismo ordenador durante un rato breve. 

El paciente 3 se sentó más tarde junto al paciente 12 durante 90 minutos en un encuentro privado. 

El paciente 12 voló a España el 28 de enero, donde fue aislado en un hospital canario dos días más tarde.

El paciente 4 tuvo también contacto directo con la paciente cero. Establecer el contagio entre el paciente 4 y el 5 fue más complicado. No habían coincidido en reuniones juntos, ni se habían encontrado. Salvo una vez. Fue en la cantina de la empresa. Estaban sentados de espaldas el uno del otro. El número 5 se giró y le pidió el salero al número 4. Eso fue dos días antes de que el paciente 4 desarrollara síntomas. 

En el análisis de la secuencia del virus de ambos pacientes les lleva a concluir que el episodio del salero pudo producir la transmisión. 

El resto de los 16 contagios fueron personas que habían estado en contacto con la paciente 0, el 1, el 2 y el 5 y que habían participado en reuniones, a corta distancia y durante más de 15 minutos y, en el caso del 5, también su familia, que resultó infectada.

Desde el primer día, las autoridades sanitarias locales decidieron que a las personas consideradas con alto riesgo fueran sometidas a una cuarentena de 14 días en sus casas y se controló su estado de salud a diario y se les hizo el test al principio y al final de la cuarentena al margen de los síntomas. 

Los casos positivos fueron hospitalizados y aislados. En dos semanas se hicieron 240 pruebas. 

“Gracias a haber hecho pruebas diagnósticas a todos aquellos que tuvieron contactos de alto riesgo con los pacientes confirmados, además de a personas de bajo riesgo con síntomas, pudimos detectar y hacer el seguimiento de personas son síntomas muy leves, que probablemente no hubieran sido detectados de otra manera”, indican los investigadores alemanes.

En Stockdorf, el primer foco alemán, la epidemia se controló, en parte gracias a la detección temprana y las cuarentenas, que evitaron la propagación. 

Dos de los 16 infectados desarrollaron una neumonía, pero todos están ya curados.

A principio de mayo, cuando concluyó la investigación que ahora se publica, los investigadores aseguran que seguía sin detectarse ningún caso asociado con el brote inicial, “lo que sugiere que las medidas de contención funcionaron”.

Puede que el control del foco de Stockdorf fuera importante, como señaló recientemente la canciller Angela Merkel y ayudara a ganar tiempo, pero no bastó. 

Poco después empezaron llegar jóvenes de viajes de esquí de Austria y de Italia infectados.

A mediados de febrero, una fiesta de carnaval en Renania del Norte-Westfalia resultó también un foco de infección virulento y el coronavirus se fue propagando hasta implantarse en todos los estados federados alemanes. 

El número de positivos de covid-19 suma ya 174 mil 697 en Alemania.

El estudio fue realizado por Merle Böhmer de la oficina de Salud de Baviera, Udo Buchholz del Instituto Robert Koch y Christian Drosten, el célebre virólogo de la Charité de Berlín entre otros. 

En el artículo los investigadores concluyen que personas que todavía no habían presentado síntomas fueron capaces de contagiar, que el periodo de incubación fue muy corto -una media de cuatro días- y que se produjeron falsos negativos en pruebas.

Los investigadores creen que estudios como este resultan cruciales para comprender los mecanismos de transmisión del virus y para estimar el tamaño potencial de la epidemia, así como para diseñar estrategias de contención.