NUEVA YORK.- Miembros del Partido Republicano cada vez están más dispuestos a reconocer la victoria del presidente electo Joe Biden, como el gobernador Mike DeWine de Ohio y el veterano agente del partido Karl Rove, quien se desempeñó como asesor de la campaña de Trump, instando al presidente a aceptar la derrota, de acuerdo con The New York Times.
Sólo cuatro senadores en funciones en el partido del presidente han felicitado públicamente a Biden, otros republicanos se han acomodado hacia esa misma dirección y los funcionarios electorales estatales republicanos están rechazando las afirmaciones infundadas de fraude electoral de la campaña de Trump.
“Necesitamos considerar al exvicepresidente como el presidente electo. Joe Biden es el presidente electo”, dijo DeWine a CNN.
A principios de esta semana, el gobernador, que representa un estado de una sola vez que se ha inclinado decisivamente por el presidente Trump dos veces, había señalado que quería esperar a que se resolvieran los desafíos legales de Trump antes de llegar hasta el final. https://lasillarota.com/mundo/el-partido-republicano-abandona-a-donald-trump/452393
El miércoles por la noche, el Sr. Rove, un feroz luchador partidista que fue un actor clave en las campañas del presidente George W. Bush, escribió un artículo de opinión para The Wall St. Journal, "Este resultado de las elecciones no será anulado", señalando que los recuentos a menudo cambian cientos, pero rara vez decenas de miles de votos, y nunca en los múltiples estados que Trump necesitaría revertir para reclamar la victoria.
"Es poco probable que los esfuerzos del presidente muevan un solo estado de la columna del Sr. Biden, y ciertamente no son suficientes para cambiar el resultado final", escribió Rove, quien brindó asesoramiento estratégico al exgerente de campaña de Trump, Brad Parscale y otros cercanos al presidente.
Dos fuerzas poderosas están impidiendo que más republicanos sigan su ejemplo inmediatamente.
Primero está el miedo a Trump, quien se niega a ceder y amenaza a los desertores. Y el segundo es el factor más agudo de la doble vuelta en enero para los dos escaños del Senado de Georgia, que determinará qué partido controla la cámara alta.
(MJP)