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Macron cede a las manifestaciones y suspende "gasolinazo" francés

El "gasolinazo" francés, incremento del impuesto al combustible, penaliza a quienes usan diariamente su coche en las ciudades, así como a las regiones francesas con menos transporte público

Escrito en MUNDO el

Una suspensión de seis meses al alza de los impuestos de combustibles en Francia, fue la anunciada este martes por el presidente de dicha nación, Emmanuel Macron. 

Lo anterior, luego de que el pasado fin de semana se cumpliera la tercera semana consecutiva en que miles de manifestantes, liderados por el movimiento de los llamados "gilets jaunes" (chalecos amarillos), salieran a las calles para exigir que el gobierno dé marcha atrás a la medida fiscal. Protesta que dejó un saldo de cuatro muertos en circunstancias accidentales, así como cientos de heridos debido al caos en las calles.

El Gobierno francés rechazó de inmediato las acciones de los manifestantes: "Nunca aceptaré la violencia", dijo Macron desde Buenos Aires en la cumbre del G-20.

Por su parte, el primer ministro Édouard Philippe  afirmó que "ninguna tasa merece poner en peligro la unidad de la nación".

"Chalecos amarillos", ¿por qué destrozan Francia?

Por ello, con el fin de apaciguar los ánimos del movimiento de los “chalecos amarillos”, se decidió la congelación del aumento al precio de la gasolina, a lo que se suman el detenimiento, también por medio año, del alza al gas y la electricidad.

Con ello, el Estado francés perderá dos mil millones de euros en ingresos y pone en riesgo la reducción de la deuda externa. No obstante, sondeos en torno a las medidas de incremento en los precios propuestas por Macron arrojan que 70% de los franceses simpatiza con la protesta.

Desde el 17 de noviembre en que se dio la primer salida a las calles por parte del movimiento, se han añadido peticiones a la queja original, tales como la reducción de otras tasas que gravan a las clases trabajadoras; el aumento del salario mínimo; la reintroducción del impuesto sobre la fortuna; incluso la renuncia del presidente.

El impuesto al combustible, recientemente frenado, penaliza a aquellas personas que usan diariamente su coche en las ciudades, así como a las regiones francesas con menos transporte público.

En este sentido, el aumento consiste en una subida de 2.9 céntimos por litro de gasolina y en el caso del diésel de 6.5. Cuya finalidad es, en última instancia, reducir la emisión de gases de efecto invernadero mediante la disuasión del uso de esta fuente energía, en virtud de los acuerdos internacionales que Francia ha promovido.

djh