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Los eufemismos con que los nazis se referían a la muerte

El idioma alemán fue usado por los nazis para hacer del genocidio una experiencia más tolerable para los soldados que lo ejecutaban

Escrito en MUNDO el

Son múltiples las historias del holocausto judío perpetrado por el régimen nazi de Adolf Hitler, sin embargo destacan las investigaciones que revelan la forma en que el idioma alemán era usado por los nacionalsocialistas en los campos de concentración.

En particular, los trabajos realizados por el filólogo Nachman Blumental y la Comisión Histórica Judía Central revelan términos empleados por los nazis para referirse a la muerte de la población judía detenida en los emplazamientos destinados para ello. 

En los documentos consultados por Blumental, tras la expulsión de Alemania del Este de Polonia, en distintas ocasiones se encontró con las palabras Abgang (salida) y Evakuierung (evacuación), las cuales, al aparecer en memorandos y formularios burocráticos eran eufemismos referentes a la muerte.

La “salida” o “evacuación” de un judío retenido en algún campo de concentración, como el de Auschwitz, significaba que el sujeto sería finado. 

A raíz de ello, la misión del filólogo fue revelar la forma en que los nazis usaban la lengua alemana para disimular los asesinatos masivos y hacer del genocidio una experiencia, un tanto, más tolerable para los soldados que lo ejecutaban.

Nachman Blumental escapó de su natal Polonia hacia la Unión Soviética en 1939. Al volver, supo de la muerte de Maria, su esposa, y Ariel, su pequeño hijo, de quien conservó un pedazo de cuero sustraído de uno de sus zapatos.

Entre 1944 y 1947, la Comisión Histórica Judía Central transcribió cerca de tres mil testimonios de sobrevivientes judíos, además de analizar documentos nazis en oficinas abandonadas de la Gestapo. Los expertos congregados en dicha comisión preservaron fragmentos de la vida cotidiana en los guetos; ejemplo de ello son el cuaderno escolar de un niño y un vale equivalente a una ración de comida.

Recientemente, el Instituto YIVO de Investigación Judía, mismo que contiene la colección más grande sobre el Holocausto en Norteamérica, se hizo de los artículos personales de Blumental: más de doscientos mil documentos contenidos en 30 cajas.

Se trata de “uno de los últimos grandes archivos que aún se conservan del Holocausto”, afirma Jonathan Brent, director de YIVO.

Entre la colección se encuentran sellos de Hitler y artículos de propaganda antisemita, además de una carpeta llena de cientos de poemas y canciones compuestos por los judíos de los campos de concentración. Dicho material fue transcrito por Blumental de voz de los sobrevivientes.

Adicionalmente, dentro de las cajas recuperadas por YIVO se destaca la presencia de miles de tarjetas de notas donde aparece la minúscula caligrafía del filólogo, en las que pueden leerse oraciones de textos nazis y la etimología de palabras alemanas específicas con su sentido alterado. Esas notas servían a Blumental en su tarea de armar un diccionario nazi.

El mencionado glosario tenía la pretensión de ser útil para los fiscales durante los juicios de posguerra, llevados a cabo a finales de los cuarenta. Adicionalmente, los pensó como pruebas documentales del genocidio. 

No obstante, el mismo año que publicó el primer tomo de su diccionario, Slowa niewinne (Palabras inocentes, 1947), un colega filólogo, Viktor Klemperer, publicó El idioma del Tercer Reich, un proyecto similar al de Blumental. 

Blumental jamás terminó su segundo volumen, y sus documentos muestran cómo el proyecto se desvió y se extendió a lo largo del tiempo, sobre todo conforme obtenía acceso a nuevo material de referencia de archivos nazis recién abiertos.

Sin embargo, historiadores de épocas recientes, desdeñan el trabajo implementado por Blumental y la Comisión Histórica Judía Central, por su cercanía tanto con los hechos como con las víctimas del holocausto. 

Los historiadores sobrevivientes como Blumental quedaron atrapados entre el ‘yo’ y el ‘nosotros’, y tuvieron que mediar entre las experiencias que ellos mismos vivieron y las comunidades a las que pertenecían”, dijo Katrin Stoll, una académica alemana especialista en el Holocausto que ha estado ayudando a procesar los documentos de Blumental. “Cada uno tuvo que averiguar cómo relacionar sus propias experiencias con la experiencia más amplia de la guerra. En el caso de Nachman Blumental, optó por la separación”.


djh