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Los divorciados no deben sentirse excomulgados: Papa Francisco

La tarde de este sábado, unos 265 “padres sinodales” votaron en el sínodo de la familia, en el controversial tema del divorcio

Escrito en MUNDO el

El Sínodo de los Obispos, convocado por el Papa Francisco para analizar los desafíos de la familia en el contexto actual, cerró hoy sesiones con una prudente apertura en el tema más controvertido, los divorciados vueltos a casar.

La tarde de este sábado, unos 265 “padres sinodales” participantes en la cumbre episcopal votaron uno por uno los 94 puntos que conforman el documento final de la reunión, que sesionó a puertas cerradas desde el pasado 4 de octubre.

Todos los párrafos del texto alcanzaron dos terceras partes de los sufragios positivos, mayoría calificada necesaria según el reglamento del Sínodo para que sean considerados como declaraciones del pleno de la asamblea.

Obtuvieron la aprobación incluso los párrafos 84, 84 y 86, dedicados a los divorciados vueltos a casar, que a pesar de que fueron los que obtuvieron más votos contrarios, finalmente pasaron.

El número 85, que planteó el “discernimiento” y la profundización en la realidad de cada divorciado, fue el que menos consenso logró y fue aprobado con apenas dos votos de diferencia: 178 a favor y 80 en contra, cuando la votación mínima requerida era de 177.

Los otros dos párrafos también recibieron muchos sufragios negativos: el 84 logró 187 y 72 en contra, mientras el 86 tuvo 190 a favor y 64 adversos.

En el apartado 84, el documento final pidió “discernir cuáles de las diversas formas de exclusión actualmente practicadas en ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institucional pueden ser superadas”.

Es decir, planteó que se acabe con las prohibiciones que hoy pesan sobre los divorciados para ser catequistas, profesores de religión o jefes de grupos parroquiales.

“Ellos (los divorciados) no sólo no deben sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que acoge siempre, los atiende con amor y los anima en el camino de la vida y el evangelio”, añadió ese punto.

El número 85 estableció que es tarea de los sacerdotes acompañar a las personas interesadas en el “camino del discernimiento, según las enseñanzas de la Iglesia y las orientaciones de los obispos”.

Pidió una “sincera reflexión”, un “examen de conciencia”, “momentos de reflexión y de arrepentimiento” de los divorciados, pero incluyó frases misericordiosas reconociendo que “en determinadas circunstancias, las personas se encuentran en gran dificultad y no pueden actuar en modo distinto”.

“Aunque se sostenga una norma general, es necesario reconocer que la responsabilidad respecto a determinadas acciones o decisiones, no es la misma en todos los casos. El discernimiento pastoral, incluso teniendo en cuenta la conciencia rectamente formada de las personas, debe hacerse cargo de estas situaciones”, apuntó.

El párrafo 76, que tocó otro tema controvertido, el trato a los homosexuales, en realidad obtuvo bastante consenso: 221 “padres sinodales” votaron a favor, y unos 37 en contra.

En el mismo se habla de las familias que viven la experiencia de tener personas con tendencia homosexual, y estableció que para la Iglesia toda persona, independientemente de su sexualidad, debe ser respetada y acogida con respeto, “con el cuidado de evitar todo tipo de discriminación”.

Llamó a reservar “una específica atención” también al acompañamiento de las familias en las cuales viven personas con esa tendencia.

Además, sobre los proyectos de equiparación del matrimonio a las uniones entre las personas homosexuales, “no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia”.

Más allá de esos asuntos polémicos, el documento final del Sínodo tocó muchos otros temas en sus 94 párrafos. Reafirmó a la familia como un “recurso insustituible de la sociedad”, instó a los gobernantes del mundo a aprobar políticas a favor esa institución y expresó preocupación por la precariedad de los niños.

Las conclusiones de este texto serán entregadas al Papa Francisco, quien deberá decidir cómo plasma las recomendaciones, aunque los mismos obispos le pidieron “humildemente” que opte por llevar los resultados de sus debates a otro documento pontificio en forma de “exhortación apostólica”.

 

Con información de Notimex.

 

ksnc