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Lo que debes saber sobre la separación de Cataluña

La independencia de Cataluña es un tema en la agenda española cuyas consecuencias tendrían un impacto en su desarrollo y en la configuración del Estado español

Escrito en MUNDO el

La independencia de Cataluña ha sido un tema recurrente en la agenda española durante años que tendría consecuencias en su constitución como nación pero también en la configuración del actual gobierno en España.

Aquí te explicamos lo que debes saber sobre la separación de Cataluña:

Su independencia es, en concepto factible, pero en práctica complicada debido a que en la Constitución española se proclama la “indisoluble unidad de la Nación española”.

El derecho internacional contempla la autodeterminación para colonias cuando hay violaciones de derechos humanos o minorías nacionales, y no es el caso de Cataluña.

Para que la independencia se produzca en facto si el gobierno decide que esto dejase de aplicar en práctica sin perder su autoridad, el referéndum como consulta.

No existe un precedente equiparable, lo que complica la consolidación de la independencia, debido a que el reconocimiento internacional es determinante.

Los expertos en Derecho Constitucional, Derecho Internacional Público y Derecho comunitario consultados por El País afirman, sin espacio a dudas, que Cataluña separada de España quedaría al margen de la Unión Europea de inmediato.

La salida de la eurozona implicaría un cambio en sus entidades financieras y no tendrían acceso al Banco Central Europeo. Aunque podría hacer uso del euro como moneda en curso.

De ser efectiva la separación, Cataluña dejaría de ser parte de la OTAN, la ONU, el FMI y el G-20.

Se encontraría con dificultades, de romper en malas condiciones con España, para ser reconocida como Estado por los demás países.

Los ciudadanos de Cataluña podrían adquirir la nacionalidad catalana hasta que sea un Estado reconocido internacionalmente, y en un plazo de 3 años, podrían ratificar su deseo de conservar la nacionalidad española.

Los catalanes se hacen escuchar…

De acuerdo con El País, El premio Cervantes, Eduardo Mendoza, se expresó en contra del referéndum propuesto para el 1 de octubre por ser “un proceso desarrilado”

Juan Marsé, otro que ganó el aclamado premio, expresó que "es rigurosamente incompatible con un Estado de Derecho".

El famoso cantante de origen catalán, Joan Manuel Serrat sostiene: "Yo no iría a votar a unas elecciones que no apelaran a la mayoría de la ciudadanía y que no fuera realmente vinculante". "Deberían pasar cosas para que algo de tamaña importancia ocurra con las garantías que requiere una decisión tan grave". Los ciudadanos deben estar informados "para que puedan decidir, y en situación de que su decisión no se vea coaccionada. Hay que poner en discusión si en este caso los movilizadores han seguido esos caminos".

Según Joan Botella, profesor en Ciencia Política y decano de Derecho en la Universidad de Barcelona: "No hay una validación internacional; no se dan las circunstancias de colonización o dominación; no es conforme con la regulación constitucional española; no hay una Junta del Censo, no hay ley electoral, no hay neutralidad de los convocantes; y se da la paradoja de que no está convocado, está anunciado verbalmente, y parece lógico que un referéndum de esta trascendencia cuente con una convocatoria que contemple un periodo amplio antes de su realización". Todo eso falta; eso lo llevó a escribir en EL PAÍS el 4 de julio el artículo que tituló No es un referéndum. Para explicar su perplejidad cita a Brecht: "Qué tiempos estos en los que hay que luchar por lo que es evidente".

Reafirma Eduardo Mendoza: "Se hará porque han dicho que se tiene que hacer. Pero, tal como se hace, el mismo referéndum anula su razón de ser. Todo es un proceso descarrilado. El tren sigue corriendo pero ya fuera de las vías". La culpa es de todos, dice; pero sobre todo "de haber mezclado todo esto con el nacionalismo". El nacionalismo "es de otro tiempo y no es relevante en esta cuestión, y lo ha tapado todo. No soy equidistante, pero sí entiendo las razones y las sinrazones de unos y de otros". Las consecuencias de este "proceso descarrilado" son importantes y ya se sufren: "El gasto extraordinario. Es imposible calcular la cantidad de cosas que no se han hecho por este problema". A él le resulta simbólica la respuesta que dio Artur Mas a los que le preguntaron qué pasaría con la Liga. "El Mónaco juega con Francia". "Eso que es anecdótico es simbólico de todo: en algún sitio debemos estar encajados. Cataluña consigo misma es una utopía muy rara que pertenece al campo de la ciencia ficción", concluye el creador de Gurb.

Marsé añade: "Lo que se propone el Govern es rigurosamente incompatible con un Estado de Derecho. No necesito otro argumento para rechazar tal propuesta. Yo no soy nacionalista y todas las banderas me repugnan. Soy más bien provinciano, incluso comarcal. Soy pueblerino, digamos hortelano. Con el huerto me basta". "Está bien claro: que un grupúsculo antisistema como la CUP, una panda de impresentables llenos de estulticia y roña ideológica, tenga agarrado al despeinado president Puigdemont por los cataplines y pueda determinar los presupuestos generales de la Generalitat y las derivas más delirantes (como pedir que la Catedral se convierta en un mercado) que adornen el proyecto de secesión, muestra hasta qué punto la sociedad catalana está abocada al futuro más incierto, ridículo y calamitoso". "La triste realidad", dice Marsé, "es que el señor Puigdemont y el señor Junqueras, dos luminarias políticas que pasarán a la historia del esperpento ibérico, comparten, como ha escrito Valentí Puig, una aparatosa ignorancia sobre el Estado de Derecho y sobre la política, y, en concreto, sobre la historia política de Cataluña y de toda España". Le repugna "el relato maniqueo del Govern, la desvergüenza y la impunidad con la que Puigdemont y Junqueras mienten al hablar en nombre del pueblo, al apelar reiteradamente y del modo más miserable del mandato del pueblo que dicen haber recibido. Y de esa empanada mental que llaman el derecho a decidir… Sí, vale, pero ¿a decidir qué? ¿Que nos vamos de España y de Europa?".

Francisco Rico, académico, relaciona a Cervantes y agrega: "Estoy feliz con el proceso. Es un espectáculo increíblemente divertido. Por un lado parece una comedia de Cervantes: el engaño a los ojos. Ante unos, las urnas son para el referendo; ante otros, quién sabe. Desde octubre, la hacienda catalana podrá recaudar los impuestos estatales; pero en octubre ya no habrá que pagar al estado. La tan temida inhabilitación llegará cuando no haya que cumplirla. Y así todo. Puro disparate".

"Y por otra parte un ridículo desternillante. Cada dos días, todos los teloneros flanqueando al presidente en un momento histórico, con las manos a la altura de los cerebros, y todos convertidos, por la situación grotesca, en caricaturas de sí mismos, como poniéndose motes a sí mismos: pelambres, el flequillo-tonsura, la chaqueta y la boca desarticuladas… Y mientras tanto los catalanes sin gobierno. No se lo merecen".

Jordi Herralde, editor, insiste: "El problema catalán, es decir el problema español o viceversa, de tanta duración (casi anteayer, considerando el largo recorrido, Ortega y Gasset ya aludió a la famosa ''conllevancia''), se agudizó inesperadamente en los últimos años. Los responsables del Gobierno y del Govern se han enzarzado en un campeonato de disparates (¿variantes de Don Tancredo y el Hooligan?) que han llevado a la imposible situación actual. ¿La Historia los absolverá?: serias dudas entre los expertos". "La independencia me parece objetivamente imposible por la correlación de fuerzas, el escenario internacional y la composición de la sociedad catalana, como demostraron las últimas elecciones. Eso, en el fondo, lo saben incluso muchos independentistas que no confunden la realidad y el deseo, por exaltante que éste sea". "Mi estado de ánimo: variantes del estupor viendo cómo se va decantando el tradicional cóctel del seny y la rauxa, minuciosamente vigilado por la llamada brigada Aranzadi. Bibliografía recomendada: Guillermo el travieso de Richmal Crompton, Zipi y Zape de Escobar y ojalá podamos evitar la relectura de El rinoceronte de Ionesco". "Un efecto positivo, supongo, del conflicto: no pocos jacobinos recalcitrantes, del PSOE por ejemplo, parecen ahora conscientes de la ineludible necesidad de cambiar las reglas de juego en el tema catalán. También en Podemos. Del PP y su "macizo de la raza" y "¡Santiago y cierra España!" poco se puede esperar".

Mario Gas, que es actor y director, dice: "Es inalienable votar y decidir. Y es ineludible un referéndum. No soy independentista, pero creo que el Gobierno se ha mostrado insensible a la cuestión catalana; ya lo es en otras cuestiones sociales, pero aquí ha propiciado un deterioro tremendo, erigiendo como un todo inamovible una Constitución que debe ser una carta maleable según las necesidades. Hay que buscar soluciones, no judicializar, no hacer nada y esperar a que ocurran cosas hasta provocar una situación gangrenada que nadie quiere arreglar. Mucha gente quiere la independencia, otros quieren federalismo y otros que todo quede como está. Esa disyuntiva debe seguir su curso sin que se intoxique desde el Estado. Deben negociar, que entren en el panorama personas que respondan a principios más federalistas. Que todo transcurra sin coerciones que respondan a la cerrazón radical de un Gobierno que masacra a España y por tanto también a Cataluña. El Govern ha actuado con precipitación, tenía que haber buscado pactos para llegar a ofrecer normalmente el derecho de decidir que se siente desde que el Estatut fue masacrado”.

dast