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Las hipótesis del por qué Salvador atentó contra niños de su antigua escuela

Experta indica que se puede observar a los centros educativos como lugares de experiencias de impacto donde se puede descargar odios y rencores

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Escrito en MUNDO el

La masacre de 21 personas a manos de un joven de 18 años en una escuela de la localidad de Uvalde, en Texas, ubica presumiblemente al agresor en un entorno traumático y la presencia de un trastorno psicológico mayor, aunque es muy pronto para poder hablar de condiciones psicológicas particulares que lo hayan orillado a cometer ese crimen, de acuerdo a hipótesis de una especialista en psicología y política criminal del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

“Cuando vi las noticias (de la masacre), lo primero que pensé fue que había sido un crimen de odio por haber atacado a una población en particular. Pero cuando dijeron que había disparado contra su abuela,  entendí que se trata de un trastorno mayor”, dijo para el portal Sumédico, la psicóloga y doctora en Ciencias Penales y Política Criminal, María del Carmen Montenegro.

Las corrientes de pensamiento de odio y la facilidad con la que se pueden conseguir armas de forma legal e ilegal a cualquier edad en Estados Unidos, son factores fundamentales que prepararon el camino para que Salvador de 18 años asesinara a 19 niños y 2 profesoras en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, opina la doctora Montenegro.

La masacre de Uvalde se suma a la lista de más de 200 tiroteos masivos en Estados Unidos en lo que va del año.  “Un chico con un trastorno mental sin armas no hubiera ocasionado lo que (Salvador) ocasionó”, puntualiza la también maestra en Victimología por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

Hasta ahora, la información que ha circulado sobre el perpetrador de la masacre en medios internacionales como el Washington Post y CNN, es que era un joven que había cumplido la mayoría de edad recientemente, tenía problemas familiares derivados de la drogadicción de su madre y que lo llevó a vivir con sus abuelos, problemas económicos y además un historial como víctima de bullying en la escuela por ser tartamudo y hablar con un seseo.

Aunque fue descrito por conocidos y amigos como una persona amable y tímida, sufrió un cambio repentino en su personalidad que lo llevó a autolesionarse e incluso asegurar que se cortaba la cara “por diversión”.

Esos datos son lo que se conoce como autopsia psicológica, que es un método retrospectivo mediante el que se captura un perfil del daño emocional del victimario a través de lo que platican todas las personas que le conocieron, explica la psicóloga Montenegro, quien también es profesora de la UNAM desde hace 4 décadas.

Sin embargo, la académica advierte que todavía es muy pronto para poder hablar de trastornos mentales o condiciones psicológicas que hayan orillado a Salvador a cometer ese crimen. 

LA PRIMARIA, ELEMENTO SIMBÓLICO EN EL TIROTEO DE TEXAS

Sin duda alguna, el factor clave que diferencia el tiroteo de Uvalde a otros como los ocurridos en Columbine en Estados Unidos o en Torreón en México, es el hecho de que Salvador también haya disparado contra su abuela, lo que demuestra un aspecto traumático y la presencia de un trastorno psicológico mayor en el adolescente y que lo llevó a cometer tales actos, indica la doctora Montenegro.

Otro factor importante es el elemento simbólico de la matanza, ya que Salvador estudió en esa misma primaria. Sobre esto, al igual que con otros tiroteos ocurridos en espacios de enseñanza, la experta indica que se puede observar a la escuela como una experiencia de impacto donde se puede descargar odios y rencores.

“No sé qué habrá pasado cuando él estaba en primaria, aunque platican los compañeros que sufrió bullying, pero también hablan de su impulsividad. (Salvador) estaba en una condición de una adolescencia en la que quizá no tenía un sentido de pertenencia y como rencor por eso, regresa a la primaria en donde lo más significativo fue el impacto negativo del bullying”, explica la psicóloga.

EL USO DE ARMAS FUE PARA OBTENER RECONOCIMIENTO DE OTROS ADOLESCENTES

Pese a las dificultades que experimentó durante su vida,  la doctora considera que hay cuestiones más allá del bullying que lo marcaron y que lo llevaron a tener esa reacción.  “Por supuesto se debe pensar mucho en la historia del joven, como sucedió con el niño de Torreón que tenía once años, su mamá había fallecido, a su abuela la mataron los narcos y el papá estaba en la cárcel”, recuerda la especialista en Ciencias Penales y Política Criminal.

Estos eventos son cortes sociales, sellos que determinan toda una condición de ser. En el caso de Salvador, con una madre con adiciones y un entorno de bajos recursos, donde el mostrar las armas fue una forma de darse importancia, mostrar su valía y obtener reconocimiento de otros adolescentes.

En ese sentido, la psicóloga destaca otra peculiaridad del caso Uvalde que a diferencia del tiroteo de Columbine en donde los perpetradores imitaron al personaje del videojuego Natural Selection y se mostraron con mayor organización o el caso de la escuela Cervantes en Torreón en la que el niño llevaba una playera bajo el nombre del mismo videojuego, en el actual, Salvador portaba un chaleco antibalas, lo que indica que iba preparado para lo que fuera a suceder.

ATENTAR CONTRA LOS NIÑOS FUE UN MOMENTO DE REGRESIÓN

Inclusive, en otros casos de tiroteos, los perpetradores asesinan a las personas que les hicieron daño directo pero en el caso de Salvador, el ataque fue aleatorio contra niños de 7 a 10 años, lo que hace pensar a la psicóloga que el adolescente centró ese momento de regresión. “No estaba dirigido a esos niños en particular”, opina.

Al atentar contra los niños, Salvador representó simbólicamente la construcción de ese daño y de esa afectación emocional  y la reprodujo en ese momento como adolescente en esa misma primaria donde se pudo haber sentido muy agredido u ofendido durante su niñez, explica la psicóloga.

“Lo preocupante es que noticias como esta vuelven a generar a la escuela como un espacio de descarga, de centrar los dolores y el resentimiento. En términos simbólicos ha sido muy fuerte”, opina la experta.

¿HAY ALGO QUE PUEDE CAMBIAR EN LOS ENTORNOS ESCOLARES PARA EVITAR ESTAS TRAGEDIAS?

La psicóloga opina que sí, ya que la escuela puede ser un soporte muy importante en la vida de las personas para cobijar, para sostener y para educar, más que disciplinar. Pero también el apoyo familiar es crucial para evitar tragedias así.

Los tiroteos ocurridos en Torreón y Monterrey se dieron en enero al volver a clases tras el periodo vacacional de diciembre, en donde idealmente hay una unión familiar mucho mayor. “Eso es muy interesante”, agrega Montenegro.  En el tiroteo de Uvalde, este ocurrió unos días antes de que los niños salieran de vacaciones.

¿Cómo es posible que en el caso del niño de Torreón nunca hayan detectado toda su historia traumática? De pronto la gente decía: “Y no será que hay que poner muchos psicólogos en las escuelas?”

En vez de eso, la doctora considera que se debe crear un ambiente libre de conflicto en las aulas. “Yo creo que hacer la labor de docentes es algo más que enseñar. Es interactuar y tener un encuentro con la población y aunque nunca tendremos el tiempo suficiente para estar con ellos, debemos generar un espacio libre de conflicto”.

FALTA ACOMPAÑAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO EN LAS ESCUELAS DEL PAÍS

Es un tema complicado y la doctora reconoce que en México no existen las condiciones todavía para exigir lo que ella llama un acompañamiento psicopedagógico, pues como demostró la pandemia, el sistema educativo en el país está rezagado y los docentes no han recibido el apoyo necesario para su labor.

Esta situación debe cambiar porque la escuela  es un soporte paliativo muy importante. Los niños vana a la escuela no solamente para aprender, una parte muy importante que nos da la escuela en su contexto es la socialización, que es aprender a convivir con otros y esa es una función fundamental.”

Ir a la escuela no solamente implica adquirir un conocimiento sino aprender que el otro es importante, se aprende a vivir en sociedad. Y si las condiciones socioculturales del alumno son de desigualdad, la escuela es el espacio que permite poner a todos en el mismo nivel a partir de los campos de conocimiento.

“La escuela tiene una trascendencia muy grande a partir de esta cuestión de la violencia familiar”.