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Las emergencias en EU pueden arruinar cuentas bancarias

El 57% de los estadounidenses asegura haberse llevado una sorpresa con una factura médica que pensaban que iba a ser cubierta por su compañía de seguros

Escrito en MUNDO el

En Estados Unidos acudir a urgencias puede resultar tan costoso como para acabar convirtiéndose en un punto de inflexión en la vida de pacientes que son dados de alta con inmensas deudas de miles de dólares.

De hecho, el 57% de los estadounidenses asegura haberse llevado una sorpresa con una factura médica que pensaban que iba a ser cubierta por su compañía de seguros, según una encuesta del grupo de investigación NORC, de la Universidad de Chicago.

Las autoridades ahora buscan combatir esto con una nueva ley que obligará a los hospitales a publicar en internet los precios de sus tratamientos a partir del 1 de enero de 2019.

De esta manera, los ciudadanos podrán comparar precios y detectar cuál es el centro de salud más económico según sus necesidades.

Pero en casos de emergencia por lo general no se sabe qué pruebas o tratamiento se necesitarán, lo que complica hacerse una idea de a cuánto ascenderá la factura del hospital.

Según expertos como Bill Kampine, del comparador de precios de servicios médicos Healthcare Bluebook, la información que se publique con la nueva ley solo será útil para quienes no estén asegurados.

Las compañías de seguros negocian sus propias tarifas con médicos y hospitales, a veces incluso caso por caso, y la mayoría paga una parte y remite al paciente una factura para que asuma el resto.

Pagan por adelantado y les entregan hospitales mal hechos

PRECIOS DISPARADOS

En 2018, al menos dos publicaciones investigaron esto, pidiéndole al público que les enviara sus facturas.

Una de ellas fue Kaiser Health News, en colaboración con la Radio Pública Nacional (NPR por sus siglas en inglés), y la otra fue el portal Vox, que se centró en los costos de los servicios de emergencia.

Este es el caso de los US$300 por cruzar la puerta.

Elizabeth, una niña de cuatro años, acabó con un corte en la frente después de correr y chocarse con una mesa de centro.

Su madre, Carolyn Wallace, la llevó a un hospital de Texas, donde le tomaron la temperatura y las pusieron a esperar. Una hora después, la mujer decidió acudir a otro centro donde su hija fue atendida con rapidez.

El primer hospital no llegó a darle ningún tratamiento, pero sí una factura: US$669 por los servicios del médico que le tomó la temperatura a Elizabeth y US$300 por haber usado las instalaciones del centro, es decir, por haber entrado y haberse sentado.

Carolyn, que le contó su caso a Vox, aseguró a esta publicación que la tarifa le parecía "exorbitante", "fuera de lugar" e incoherente para el servicio recibido. "Ni siquiera me dieron una gasa nueva o una venda ni reemplazaron el papel toalla que habíamos traído de casa", dijo.

La madre protestó y consiguió que el hospital no le cobrara los US$300. Pero el médico trabajaba para una empresa subcontratada que, hasta el momento de la publicación, continuaba exigiendo el pago.

Este no es un incidente aislado. Las tarifas por el uso de instalaciones se han extendido en los hospitales de Estados Unidos, que les asignan valores muy dispares. Según un análisis de Vox, su valor aumentó en un 89% entre 2009 y 2015.

Incluso si el paciente se asegura de ir a un centro de la red de su seguro, siempre existe el riesgo de que sea atendido por un médico que no forme parte de ella, como le pasó a Scott Kohan, de 34 años, cuyo caso fue publicado en Vox.

Kohan fue víctima de un ataque en el que acabó inconsciente y con la mandíbula rota. Se despertó en un hospital y, cuando la enfermera le dijo que esa misma noche lo iban a operar, verificó en su celular que el centro perteneciera a la red de su compañía de seguros.

Sin embargo, el cirujano que lo atendió no solo no formaba parte de esta red, sino que no admitía ningún tipo de seguro.

Así que la factura de US$7,924 que exigía por sus servicios recayó en Kohan.

Pacientes como Kohan no tienen forma de saber si la atención que les dan cada uno de los profesionales dentro de un hospital está cubierta por su seguro o no.

Entre las facturas recibidas por el portal también hay casos como el de una novia a la que unas pestañas postizas que se puso la noche anterior le dejaron los ojos irritados el día de la boda.

Un hospital le cobró US$238 por unas gotas para los ojos que normalmente se pueden comprar en paquetes por no más de US$50 en la farmacia.

El precio de las pruebas de embarazo en las salas de emergencia también es otro ejemplo de lo arbitrarias que pueden llegar a ser las tarifas hospitalarias: variaron entre los US$111 que cobraba un hospital de California y los US$465 que pedía otro de Georgia.


mlmt