Estados Unidos está pasando por una situación difícil en su frontera con México, ya que ha visto un fuerte incremento en el número de migrantes intentando cruzarla en las últimas semanas.
El presidente del Instituto de Política Migratoria de Estados Unidos, Andrew Selee, explica en una entrevista con el medio Politico que, aunque la situación podría describirse como una crisis, realmente son varias crisis dentro de una situación mayor.
"Cada dos o tres años, tenemos un pico de migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México. Sin embargo, cada vez nos ocupamos de ello como si fuera un incidente independiente que puede controlarse, en lugar de examinar las fuerzas más amplias que están en juego", explica.
Selee declara que las crisis actuales deben resolverse primero, para así poder solucionar la situación general. Ejemplos de estas crisis son las de los niños no acompañados y la del aumento de migrantes centroamericanos debido los desastres naturales en sus países.
En el caso de los niños migrantes, Selee argumenta que la prioridad, por el momento, debe ser encontrar espacio y camas para albergar a los menores que llegan a la frontera.
Sin embargo, dice que a largo plazo se debe analizar la política migratoria del país, ya que, si se acoge a cualquier menor que cruce la frontera, podría incrementar el flujo de migración.
En el caso de los migrantes centroamericanos, Selee explica a Politico que los huracanes que golpearon la región fueron un factor que llevó a varias personas a cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
Explica que en este caso se juntó esta situación con la actitud que ha tenido el nuevo gobierno hacia la migración. Por lo tanto, argumenta que el país debe ser “duro” en la frontera.
EL SISTEMA DE MIGRACIÓN EN GENERAL
Selee también explica que existe un problema con el sistema actual de migración. En primer lugar, dice se deben de identificar las vías existentes para entrar al país: una para los migrantes económicos y otra para los refugiados.
“Necesitamos vías legales para los trabajadores y un sistema de asilo que funcione, porque sabemos que algunas personas huyen legítimamente de la violencia. Estas dos cosas por sí solas supondrían una enorme diferencia”, expone.
Con este fin, argumenta que se debe sacar el sistema de asilo de las manos de los tribunales de inmigración. Esto haría que el sistema fuera más justo.
“Tiene que parecer un proceso temporal con una decisión tomada en unas pocas semanas, cuando la gente obtenga el asilo o sea puesta en aviones de vuelta a sus países de origen”, agrega.