Main logo

La sombra rusa en la asunción de Trump

Los vínculos de Trump con Rusia comienzan a tomar relevancia a partir de mayo de 2016, durante la campaña por la presidencia de Estados Unidos

Por
Escrito en MUNDO el

CIUDAD DE MÉXICO (Las Silla Rota).- Durante la campaña de Donald Trump en su búsqueda por la presidencia de Estados Unidos, el rumor de que Rusia estaba involucrada para provocar el triunfo del republicano tomó fuerza luego que llegara a la Casa Blanca. 

Las investigaciones por parte del FBI llegaron al primer círculo de Trump, lo que ocasionó creciera la polémica. Incluso a raíz de las acusaciones uno de sus hombres más cercanos y claves en la seguridad nacional, renunció. Esto despertó una serie de escándalos de los que el republicano no puede safarse. 

Los primeros ciberataques a demócratas

Los vínculos de Trump con Rusia comienzan a tomar relevancia a partir de mayo de 2016, durante la campaña por la presidencia de Estados Unidos cuando se dan los primeros señalamientos de que el Partido Demócrata, cuya candidata fue Hillary Clinton, había sido atacado por ‘hackers’. A los dos meses agencias de inteligencia detectaron que los ciberataques provenían de Rusia. 

En julio, antes de la Convención Nacional Demócrata, el portal WikiLeaks publicó 20 mil correos electrónicos de políticos y funcionarios de ese partido, los cuales habían sido extraídos por ‘hackers’. Trump en un evento de campaña sugirió a los piratas informáticos robar los correos de su adversaria, ya que Clinton estaba siendo investigada por haber utilizado su cuenta personal para tratar asuntos de gobierno, cuando fue secretaria de Estado.

En ese contexto, el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, fue señalado de haber aceptado millones de dólares en efectivo para defender intereses rusos, así como hacer negocios con un cercano a Putin. Ante los señalamientos, el FBI inició una investigación al colaborador del republicano, por lo que renunció. Él fue el primer hombre cercano del empresario en caer.

Un mes antes de las elecciones y cuando Clinton continuaba en la cabeza de las encuestas, las agencias de inteligencia informaron que resultado de las investigaciones del ciberataque al Partido Demócrata, concluyeron que Rusia era responsable. A pesar de ello, Trump siguió negándolo. 

Ese mismo día, la televisora estadounidense NBC lanzó un escándalo contra el republicano. Difundió un audio de 2005, en el que se escucha a Trump decir que se propasaba sexualmente con mujeres. Con esa bomba mediática, la mayoría de columnistas daban ‘muerto’ al empresario. 

Sin embargo, a días de las elecciones, WikiLeaks publicó miles de correos de Clinton cuando era funcionaria. Eso le restó puntos a Hillary. Llegó el 9 de noviembre, la jornada electoral y el voto popular no le alcanzó, por lo que Trump se declaró vencedor. 


Trump llega a la presidencia

Una vez que se supo Trump sería el próximo presidente de EU, Putin lo felicitó y prometió restablecer relaciones con ese país. Acordaron buscar una “cooperación constructiva”, sobre todo en temas de terrorismo y extremismo. 

Después de un mes que Trump fuera declarado presidente electo, en diciembre de 2016, el periódico estadounidense The Washington Post publicó que de acuerdo con un informe de la Agencia Central de Inteligencia de EU (CIA por sus siglas en Inglés) se evidencia que Rusia intervino para que el republicano llegara a la Casa Blanca, así como confirma la vinculación de ese país con las filtraciones de correos del Partido Demócrata y de Clinton. 

En respuesta, Trump tachó de “ridículas” las acusaciones de que Rusia le ayudó a ganar la presidencia de EU. Nombró al petrolero, Rex Tillerson y cercano a Putin como secretario de Estado. 

El informe de la CIA provocó diversas reacciones. Una de ellas fue que los republicanos tomaron distancia de Trump al declarar que respaldan la investigación a Rusia por su posible intervención en las elecciones de Estados Unidos. Otra fue que el FBI defendió y apoyó la versión de que Rusia robó correos para ayudar a Trump. Además, Clinton atribuyó el hackeo a la “animadversión personal” de Putin con ella.  

Barack Obama, todavía como presidente estadounidense, expulsó a 35 diplomáticos rusos e impuso nuevas sanciones contra Rusia como el cierre inmediato de dos centros propiedad del gobierno ruso en Nueva York y Maryland. 

En ese momento, Obama denunció un "acoso inaceptable" a funcionarios estadounidenses en Moscú y dijo que "todos los americanos deberían estar alarmados”. Aunado a ello, agencias de inteligencia señalaron a Rusia como la “gran amenaza” cibernética. 

El 11 de enero y a días del informe de la CIA, un nuevo documento de las agencias de inteligencia de EU cimbraron la opinión pública. A través del sitio web Buzzfeed se publicó que el gobierno de Putin tenía información comprometedora sobre Trump de que había estado con prostitutas en Moscú y que cercanos a él se reunieron con agentes rusos durante la campaña. 

El aún presidente electo rechazó de nuevo las acusaciones y dijo que la información de Buzzfeed era falsa. Al mismo tiempo, CNN y The New York Times revelaron que tanto Obama como Trump tenían conocimiento de ese informe. 

En medio de ese escándalo, Putin defendió a Trump y éste anunció que como presidente levantará las sanciones a Rusia. 


La dimisión de Flynn

Ya al frente de la Casa Blanca, en febrero de 2017, The Washington Post informó que el asesor de seguridad nacional, Michael Flynn se reunió en diciembre de 2016, antes de que Trump asumiera la presidencia, con el embajador ruso en EU, Sergei Kislyak para discutir sobre el posible levantamiento de las sanciones que impuso Obama a Rusia. 

Con esto se confirmó que Flynn mintió a altos cargos del gobierno sobre el contenido de la conversación con el funcionario ruso, por lo que renunció al cargo, solo a tres semanas de que Trump llegara a la Casa Blanca.  Aunque el vocero del gobierno estadounidense, Sean Spicer declaró que la salida del asesor de seguridad se bebe a la pérdida de confianza y no por la  conversación con Kislyak.

Luego de esto, la prensa de EU dijo que por éste caso y las demás acusaciones, el FBI abrió una investigación. Además, legisladores solicitaron que el tema fuera atraído por el Congreso. 

El 14 de febrero y en medio de las acusaciones contra Rusia, un alto funcionario de seguridad declaró a dos medios de comunicación estadunidenses que Moscú desplegó en secreto un misil de crucero, por lo que violaba un tratado entre ambos países. Sin embargo, el Kremlin lo negó. 

Pese a que el vocero interino del Departamento de Estado, Marco Toner se negó en ese momento a hablar sobre asuntos de inteligencia, aseguro que Rusia había violado el tratado.


La vinculación de Sessions en la polémica

Dos semanas después de la dimisión de Flynn en el gobierno republicano, ya en marzo nuevas filtraciones implicaron a otro funcionario en la polémica entre Trump y Rusia, al secretario de Justicia, Jeff Sessions, quien supuestamente se reunió con Kislyak dos veces durante el 2016 y lo ocultó bajo juramento al Senado.

El Washington Post reveló que el último encuentro habría sido en septiembre de 2016, cuando se dio el ciberataque al Partido Demócrata.

De inmediato, Sessions rechazó que nunca se reunió con “funcionarios rusos para discutir asuntos de la campaña", y dijo que los señalamientos eran falsos. Los demócratas aprovecharon y pidieron su renuncia con el argumento de conflictos de interés, ya que el funcionario supervisa al Departamento de Justicia y al FBI, los cuales llevan las investigaciones sobre la intervención rusa en las elecciones de EU. 

El 17 de marzo, luego de que su partido lo abandonara por todos los escándalos en el tema Rusia, Trump aseveró, sin pruebas que Obama ordenó espiar sus comunicaciones durante la campaña. Días después, en su comparencia ante la Cámara de Representantes, el director del FBI, James Comey reconoció que su agencia investiga los presuntos nexos entre el Kremlin y el equipo de Trump para vencer a Hillary, además de que desmintió la acusación de que el anterior presidente espiara al republicano. 

En medio de las afirmaciones del director del FBI, se dio a conocer que el ex jefe de campaña de Trump, Paul Manafort fue contratado por un cercano a Putin para promocionar los intereses de su gobierno en EU.

En abril, se reveló que Flynn cuando era asesor de seguridad nacional ocutló en su declaración de bienes que empresas rusas le realizaron unos pagos. Situación que le puede traer consecuencias legales. 

En ese mes, de nuevo The Washington Post publicó una filtración que comprueba que el FBI consideraba que el equipo de Trump estaba en contacto con Rusia para ayudar al republicano a ganar las elecciones. El diario reveló que ese departamento obtuvo una orden judicial secreta para poder investigar a un asesor del empresario, ya que sospechaba era agente y que trabajaba para Rusia.