Debido a que nadie se hace responsable de los cadáveres que ingresan a esta morgue de hospital y los cuerpos pasan días o meses en las neveras donde deberían conservarse, sin embargo, estas tampoco funcionan; existen casos en que los restos explotan en los contenedores a consecuencia de las altas temperaturas del ambiente de Zulia, Venezuela.
Se trata de una de las cinco regiones occidentales de aquel país perjudicadas con constantes apagones, racionamientos y fluctuaciones del servicio eléctrico.
Se me están pudriendo dos o tres cadáveres cada semana", apunta el responsable del mortuorio.
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Así como sucede en el lugar con muchos otros cuerpos que no son retirados a tiempo para su inhumación, cremación, o tratamiento adecuado, los cadáveres estallan en el interior de la cava. Consecuencia de lo que los forenses llaman fase enfisematosa de la descomposición, manifestada cuando los cuerpos ya no pueden contener los gases y fluidos pútridos acumulados en su interior.
Entre las razones de que esto esté pasando en la actual Venezuela, caracterizada por la hiperinflación, se destaca que las funerarias no se llevan los restos al argumentar que el gobierno no les paga lo suficiente; asimismo, las familias tampoco se encuentran en condiciones de solventar lo que cuesta un entierro.
Ni el hospital, ni la gobernación, ni la alcaldía se pronuncian para ayudar a los familiares", dice Arnold, el encargado de la morgue.
De igual forma, los apagones han dejado fuera de servicio los ascensores del edificio, por lo que se tienen que bajar los cuerpos por la escalera, bajo el riesgo de que en la manipulación se produzca algún rasguño o herida en el cadáver.
Además, a falta del equipo y material necesario para llevar a cabo la práctica bajo distintas normas de salubridad, tales como mascarillas, desinfectantes, incluso guantes, la mayoría de los trabajadores asignados mediante el Plan Chamba Juvenil, promovido por el presidente Nicolás Maduro, han renunciado al empleo en la morgue.
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En adición, a los linderos del hospital se acumulan montones de residuos, muchos de ellos sanitarios, que dan muestra del estado de abandono que refieren en sus quejas muchos de los trabajadores de la red hospitalaria del país venezolano.
Por su parte, Luis Motta Domínguez, ministro para la Energía Eléctrica, anunció en septiembre el fin de los racionamientos eléctricos, sin embargo, las fallas se deben al sabotaje y al robo de material estratégico.
DJH