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La esclava sexual del EI que “capturó” a su verdugo por TV

Ivana fue víctima de diferentes torturas y maltratos, incluso, intentó escapar en varias ocasiones, pero al fallar era recapturada y la golpeaban

Escrito en MUNDO el

“Jamás olvidaré su cara, su voz. Sus facciones permanecen muy claras en mi memoria. No tuve ninguna duda”, aseguró Ivana Walid sobre el hombre que apareció en la televisión, era Abu Ali, el hombre que, en nombre del autollamado Estado Islámico, la convirtió en una de las cientos de esclavas sexuales que el grupo extremista tenía a su disposición.

La pesadilla para Ivana comenzó el 3 de agosto de 2014, cuando los terroristas irrumpieron en Siyar, un poblado cerca de la frontera de Irak con Siria.

La mujer de 21 años relata que al escuchar el avance de los extremistas decidió huir en un refugio con su familia pero antes de llegar los terroristas los detuvieron.

Posteriormente los arrestaron y a mitad de camino de Siria e Irak conoció a su verdugo Abu Ali, quien la vendió como esclava sexual a diferentes postores.

“Fue él quien medió siempre en mi venta. Hasta cuatro veces cambié de dueño. Eran todos militantes iraquíes del Daesh", comenta Ivana.

Y añade: "Es la época más difícil de mi vida. Me sentí muy impotente y barata en sus manos, sin poder hacer nada".

Ahí fue víctima de diferentes torturas y maltratos, incluso, intentó escapar en varias ocasiones, pero al fallar era recapturada y la golpeaban.

Luego de estar un año como esclava sexual, la última tentativa de huir acabó con final feliz. Ivana cruzó territorio hostil acompañada de varias compañeras de fatigas y uno de los contrabandistas que, desde hace tres años, han hallado un filón en la liberación de secuestrados.

Desde entonces se había dedicado a recibir cuidados familiares y recomponer la vida que los yihadistas hicieron añicos. Hasta que el fantasma de Abu Ali desfiló por su pantalla y su aparición la convirtió en una suerte de detective.

Su verdugo apareció en su pantalla entre las decenas de civiles que huían de Tal Afar, un bastión yihadista situado a 70 kilómetros al oeste de Mosul, Irak.

Ivana, en Alemana donde como decenas de mujeres se cura las heridas que causó el terror, comenzó a cazar a su verdugo.

Tras informar el caso a las autoridades, los servicios de inteligencia iraquíes lo interceptaron y lo trasladaron a una ubicación no revelada.

Ivana confía en que su arresto arroje luz sobre el paradero de cientos de yazidíes que, pese a los avances militares, siguen sin ser localizadas.

Fuentes gubernamentales estiman que más de 3 mil personas, entre ellas mil 100 mujeres, han sido rescatadas desde 2014. Sin embargo, otras 3 mil siguen en manos del  Estado Islámico. 

Con información de El Mundo