NUEVA YORK.- En un año de tragedias, las costas europeas están presenciando algunas de las escenas más horribles: cuerpos en las playas mientras familias desesperadas realizan viajes peligrosos en busca de un hogar seguro.
El coronavirus ha dejado a países como Túnez enfrentando serias dificultades económicas y desempleo, mientras que otros, incluida Libia, siguen lidiando con los efectos de la guerra. Eso ha llevado a un aumento de las llegadas por mar este año a países como Italia y Malta, según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Las llegadas al sureste de Europa también aumentaron en 2019, principalmente desde Siria, seguidas de Marruecos e Irak. Pero las respuestas europeas a menudo han sido brutales. De acuerdo con CNN, las organizaciones humanitarias dicen que los retrocesos en las fronteras en países como Grecia, la ausencia de rescates marítimos en el Mediterráneo y los arreglos de cuarentena insalubres han creado enormes desafíos.
Además, que la circulación es más difícil y peligrosa gracias a las restricciones de viaje y al cierre de rutas de transporte y centros de procesamiento.
La semana pasada, un hombre fue encontrado muerto en la playa de Sangatte, cerca de Calais, en Francia. Él y un amigo habían intentado cruzar el Canal de la Mancha, una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, en un bote inflable con palas como remos. El amigo dijo que tenía solo 16 años, pero las autoridades francesas dijeron que sus papeles pertenecían a un migrante sudanés de 28 años y una autopsia mostró que era un adulto. No sabía nadar, dijo su compañero.
La ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, dijo que la "pérdida trágica" fue "un recordatorio brutal de las aborrecibles bandas criminales y contrabandistas de personas que explotan a personas vulnerables".
Anteriormente, los traficantes enviaban migrantes a través del Canal de la Mancha en camiones, incluidas 39 vietnamitas encontradas muertas en un camión en Essex, cerca de Londres, en octubre pasado.
El alcalde de Sangatte, Guy Allemand, dijo a CNN el miércoles que más personas viajaban en botes improvisados "debido a la mayor vigilancia en puertos y túneles" después de que se intensificaran las medidas de seguridad franco-británicas el año pasado.
La noticia llegó el mismo día en que al menos 45 migrantes murieron en el naufragio más mortífero registrado frente a la costa libia este año, según el ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las organizaciones dijeron que había "una necesidad urgente de fortalecer la capacidad actual de búsqueda y rescate". “Los retrasos registrados en los últimos meses y la falta de asistencia son inaceptables y ponen vidas en riesgo evitable”, agregaron.
Los migrantes tienen que estar en suelo del Reino Unido para solicitar asilo, y los activistas dicen que se ven obligados a tomar medidas desesperadas ante la ausencia de rutas legales y seguras de entrada.
El número de intentos de viajes peligrosos a otras partes de Europa también está aumentando: Italia ha registrado 16,942 llegadas por mar hasta ahora en 2020, en comparación con 11,471 en todo 2019, informa ACNUR.
Si bien las cifras no han alcanzado los máximos de 2015, cuando la muerte del refugiado sirio de dos años Alan Kurdi provocó indignación mundial, los riesgos son inmensos.
“Sabemos que los traficantes y contrabandistas obviamente se han visto afectados por la pandemia y las restricciones que se establecieron. Pero también sabemos que son muy adaptables”, dijo a CNN el portavoz del ACNUR, Charlie Yaxley.
"Eso es una gran preocupación para nosotros porque también significa que los refugiados y migrantes que están tomando estos viajes están tomando rutas más peligrosas y arriesgadas".
Dijo que los migrantes se enfrentaban a torturas, violaciones y otros abusos durante los viajes por tierra a Libia "por parte de contrabandistas, traficantes, milicias, pero también funcionarios estatales".
Yaxley dijo que actualmente no hay barcos de rescate en el Mediterráneo central, o programas de la UE como en años anteriores, por lo que los migrantes que salían de Libia en barco a menudo eran llevados de regreso a Libia por los guardacostas para enfrentar detenciones u otras violaciones de derechos. Pero la respuesta de los países europeos agobiados por el coronavirus ha sido gélida, con migrantes forzados a regresar o detenidos en condiciones insalubres y de hacinamiento.