Ha parado a los agitadores e impuesto un filtro para todo el que quiera ver al presidente, incluyendo a su hija y a su yerno. También se ha encargado de controlar la situación con el fiscal general, Jeff Sessions.
De acuerdo a El Universal, el nuevo jefe de gabinete de Donald Trump ha puesto la Casa Blanca de cabeza en su primera semana en el cargo. Su misión es rehacer el puente con los legisladores republicanos y terminar con la guerra de guerrillas.
El plan de Kelly no es limitar al presidente de EU, quien ha estado contenido en Twitter esta semana, sino controlar lo que le rodea, quienes le influyen.
Scaramucci salió de la Administración el pasado lunes tras los ataques contra Priebus y Seteve Bannon, gracias a John Kelly.
El nuevo jefe de gabinete es el filtro por el que debe pasar todo aquel que quiera discutir o presentar propuestas con el presidente. Incluso su yerno y asesor, Jared Kushner, y su hija, Ivanka deben consultar primero con Kelly.
“Solo en los primeros días ya se ha visto que va a haber más metodología, más orden y las decisiones se van a dar a conocer cuando realmente estén tomadas, con las negociaciones muy centralizadas, con menos improvisación”, explicó hace unos días una fuente conocedora de las conversaciones entre la Casa Blanca y las distintas agencias y departamentos, en relación a Venezuela.
Mick Mulvaney, director de Presupuesto de la Casa Blanca, comentó de acuerdo a la disciplina implementada por Kelly que ahora cuando habla con Trump por teléfono, el nuevo jefe de gabinete está escuchando la conversación. Cuenta que cuando acude en persona a visitar al presidente, Kelly también está ahí controlando quién entra y quien sale.
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