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Jair Bolsonaro se va contra la prensa; quiere golpear a reportero

Bolsonaro arremetió contra Globo un día después de que se irritó en público con un reportero que le preguntó sobre un escándalo que salpica a su esposa

Escrito en MUNDO el

BRASILIA.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que la víspera expresó su deseo de golpear a un periodista, cargó otra vez contra la prensa este lunes al insinuar unos supuestos vínculos del grupo Globo con un cambista preso por lavado de dinero.

"Hace al menos 10 años que el sistema Globo me persigue sin probar nada", escribió Bolsonaro en su cuenta de Twitter, y agregó que espera "explicaciones de la familia Marinho (dueña del grupo de comunicación) sobre la delación del 'cambista de los cambistas'", en alusión al empresario Darío Messer, condenado a 13 años de cárcel.

Bolsonaro remitió así a un reportaje publicado por la revista Veja en torno a un acuerdo de colaboración judicial firmado por Messer, que aún se mantiene bajo secreto judicial pero en el que habría dicho que, hace más de dos décadas, realizó operaciones de cambio irregulares para la familia Marinho.

Sin embargo, la propia Veja aclaró que, según la información que obtuvo, Messer no presentó ninguna prueba sobre supuestos negocios con los Marinho, que a través de sus redes de medios de comunicación ha desmentido en forma tajante cualquier relación con el cambista.

El gobernante arremetió contra Globo un día después de que se irritó en público con un reportero de ese grupo que le preguntó sobre un escándalo que salpica a su esposa, Michelle Bolsonaro.

"Las ganas que tengo son las de llenarte la boca con puñetazos", le dijo el líder ultraderechista al periodista del diario O Globo en medio de una visita a una pequeña feria de artesanías que funciona frente a la catedral de Brasilia.

La pregunta se refería a depósitos bancarios sospechosos hechos en los últimos años en la cuenta de la primera dama por el expolicía Fabricio Queiroz, detenido en el marco de una investigación contra el hijo mayor del mandatario, el senador Flavio Bolsonaro, acusado de desvíos de recursos públicos.

Según sospecha la Fiscalía, cuando era diputado regional por el estado de Río de Janeiro, Flavio le exigía a sus asesores en la Asamblea Legislativa que le dieran una parte de sus salarios, que Queiroz depositaba luego en cuentas de la familia Bolsonaro.

La declaración del presidente al periodista de O Globo este domingo fue repudiada por todos los gremios de prensa y considerada una "amenaza" y una "intimidación" por la Asociación Nacional de Periódicos, que agrupa a los editores del país.

También se pronunció el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien dijo que "la libertad de prensa es un valor innegociable en democracia" y pidió "moderación" a Bolsonaro.

En las redes sociales rápidamente se hizo viral un mensaje en que se repite la pregunta que el mandatario no respondió: "Presidente @jairbolsonaro: ¿por qué su esposa, Michelle, recibió 89,000 reales de Fabricio Queiroz?".

Las agresiones de Bolsonaro a la prensa han sido recurrentes desde que llegó al poder, en enero de 2019, y en particular han tenido como blanco al grupo Globo, al que incluso ha amenazado con no renovar la concesión de su señal de televisión, cuando venza en 2022. 

AMENAZA A PERIODISTA

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, amenazó este domingo con agredir a un periodista luego de que el comunicador insistiera en preguntarle por un escándalo que salpicó a la primera dama, Michelle Bolsonaro.

"Las ganas que tengo son las de llenarte la boca con puñetazos", afirmó el líder ultraderechista en respuesta a un periodista del diario O Globo y en una declaración que fue escuchada por otros comunicadores que cubrían el encuentro que el gobernante tuvo con informales que trabajan frente a la catedral de Brasilia.

Al concluir la visita de cinco minutos a la catedral, el periodista le preguntó al mandatario por diferentes depósitos bancarios sospechosos que fueron hechos en los últimos años en la cuenta de la primera dama, a lo que Bolsonaro respondió recordando una denuncia según la cual los propietarios del diario O Globo recibían sobornos de un cambista.