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Hombre fusilado y estudiante a cadena perpetua por distribuir El Juego del Calamar

En Corea del Norte, un estudiante de instituto compró un USB donde se encontraba la serie creada por Hwang Dong-hyuk

Escrito en MUNDO el

Un hombre fue fusilado, un joven condenado a cadena perpetua y seis más resultaron con sentencia a trabajos forzados en Corea del Norte, por la compra de una memoria USB en la que se distribuyó la serie El Juego del Calamar.

La producción surcoreana fue vista por un grupo de estudiantes, pues uno de ellos adquirió una de las copias que fueron introducidas de contrabando al país asiático, según informó Radio Free Asia (RFA).

El Juego del Calamar, al ser una producción de un país extranjero, está prohibida en Corea del Norte, al ser considerada una "amenaza" por el régimen autoritario y comunista del país asiático, encabezado por Kim Jong-un.

El gobierno fue alertado sobre la distribución y visualización ilegal de la serie creada por Hwang Dong-hyuk.

El estudiante que compró la USB y la compartió la ficción con otros seis compañeros de clase, recibió una condena de cadena perpetua. Los otros jóvenes recibieron una sentencia de cinco años de trabajos forzados.

El hombre que vendió el USB al estudiante fue fusilado.

Los profesores y trabajadores del centro educativo al que acudían los estudiantes involucrados, han sido despedidos y expulsados del Partido, por lo que su destino podría ser trabajar en minas de trabajos forzados.

La RFA informó sobre un compañero que también fue condenado a trabajos forzados pero que pudo librarse de la pena debido a que su familia habría pagado un soborno, como hacen algunas de las familias más acaudaladas del país, para evitar que sus hijos sean condenados a muerte.

Las sentencias se apegan a la Ley aprobada en 2020 por las autoridades de Corea del Norte, la cual es llamada “Sobre la eliminación del pensamiento y la cultura reaccionarios”. El incumplimiento de la ley se castiga con una condena a muerte. 

Infringir la ley consiste en ver, poseer o distribuir material audiovisual o medios de comunicación de países “capitalistas”.

El caso recuerda a otro registrado a principios de este 2021, en el que un hombre fue ejecutado por vender CD y USB llenos de música, series y programas de televisión procedentes de Corea del Sur.

(djh)