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Futuro incierto de las comunidades campesinas en Colombia

El acuerdo de paz con las FARC obliga al gobierno de Colombia a reconsiderar la política actual en materia de drogas

Escrito en MUNDO el

"No queremos ser cómplices de la destrucción de nuestras tierras". En la región colombiana de Antioquia, muchos agricultores se niegan a trabajar con la empresa pública de Medellín (EPM) en el proyecto hidroeléctrico más importante del país: Hidroituango. Aquí se sobrevive gracias a la economía cocalera, es decir, el cultivo de hojas de coca. ¿De qué vivirán estas comunidades cuando la guerrilla desaparecerá, ya que será difícil de reemplazar el cultivo ilegal con un producto igualmente vendible?

En los nuevos acuerdos de paz se prevé el reemplazo total de cultivo. El Estado debe apoyar a las comunidades para la transición a la legalidad a través de una asistencia técnica y ayudas alimentarias. La ONUDD (el departamento de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga), en un informe hecho público recientemente, denuncia la situación de las familias amenazadas por los paramilitares, la guerrilla y el tráfico de drogas, que están a merced del chantaje y la violencia. "La guerrilla va a desaparecer, pero la cocaína sigue siendo un mercado demasiado importante para no terminar en manos de grupos criminales como la mafia Bacrim" explica Ana María Díaz, investigadora en la Universidad de los Andes, "En los últimos años, la política contra las drogas no funcionó debido a que estas zonas rurales han sido abandonadas a sí mismos. Ahora el gobierno tiene que asumir la responsabilidad, aumentar su presencia si es realmente lo que quieres es un pasaje a la legalidad ".

Los agricultores ahora temen por sus tierras. Aparte del discurso puramente económico, todavía hay una tradición de las comunidades indígenas vinculada al cultivo de cocaína. Para las comunidades Muro, Musica y Kankuama, las hojas de coca son sagradas, símbolo de la madre tierra y se utilizan como medicina y para la artesanía local.

Eliminar por completo el cultivo de la cocaína no parece ser una estrategia realista. Los últimos gobiernos declararon la "guerra contra las drogas" con resultados desastrosos. De acuerdo con el informe de la ONUDD, Colombia es el mayor productor de cocaína en el mundo: durante el 2014 en el país se sembraron 69.000 hectáreas de coca, 44% más que el año anterior, y se han producido 442 toneladas de drogas.

La periodista e intelectual Diana Ospina, se dice preocupada por el regreso a la posibilidad de la fumigación con glifosato en la eliminación de las plantaciones de coca: "En mayo de 2015, el Consejo Nacional decidió suspender la fumigación de drogas. En los acuerdos del 2 de octubre había excluido este modo, pero ahora, debido a la presión política de los libros de contabilidad de NO, por desgracia, está reconsiderando. "

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado al glifosato como un carcinógeno con múltiples efectos adversos para la salud. Además, la forma indiscriminada de su uso- por vía aérea - implica la destrucción de las plantaciones de subsistencia legales y la contaminación de los pastos y los ecosistemas en el país.

UNGASS, la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU en el tema de las drogas, discutió la posibilidad de soluciones alternativas. Será necesaria una reforma de la Ley 31, que regula el uso y consumo de las drogas. Señalando que el 95 % de la cocaína que se consume en los Estados Unidos y Europa viene precisamente, de Colombia, ¿es realmente posible cambiar la política en materia de drogas sin el consentimiento de estos países? Hasta que no se encuentre una solución el futuro de estos campesinos será incierto. 

jamp