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EU y aliados presionan a China ante la ONU por “genocidio” contra minorías

Varios países y organizaciones se reunieron de forma virtual para discutir supuestos abusos de China contra minorías en la provincia de Xinjiang

Escrito en MUNDO el

NACIONES UNIDAS.- Las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, llevaron este miércoles a la ONU los supuestos abusos del Gobierno chino contra los uigures y otras minorías en la provincia de Xinjiang, elevando la presión contra Beijing, que negó todas las acusaciones.

Estados Unidos, de la mano de Reino Unido y Alemania, convocó un acto virtual dedicado a analizar la situación en Xinjiang, que contó con los testimonios de activistas de derechos humanos, expertos y representantes de organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional.

Todos denunciaron la existencia de graves abusos en la provincia noroccidental, con minorías musulmanas como la uigur sufriendo detenciones masivas, torturas y trabajos forzados. Algunos Gobiernos, incluido el estadounidense, hablaron de la existencia de un “genocidio”.

"Seguiremos levantándonos y hablando hasta que el Gobierno de China detenga sus crímenes contra la humanidad y el genocidio de los uigures y otras minorías en Xinjiang", dijo la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.

"Hoy hemos escuchado y vamos a seguir escuchando cómo los derechos de los uigures y otras minorías étnicas en Xinjiang están siendo abusados y violados al extremo", insistió.


ABUSOS A GRAN ESCALA

Según la embajadora británica ante Naciones Unidas, Barbara Woodward, las pruebas apuntan a la existencia de “un programa de represión contra grupos étnicos específicos” y demuestran que hay “detenciones arbitrarias masivas, desapariciones y casos de tortura”, además de supuestos episodios de trabajos y esterilizaciones forzadas.

En ese sentido, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, aseguró que a pesar de los esfuerzos chinos para tapar lo que está ocurriendo, los abusos son cada vez más evidentes.

Roth apuntó que más de un millón de musulmanes han sido detenidos en un intento por forzarles a renunciar a su cultura y religión, aseguró que China ha puesto en marcha un estado de vigilancia altamente intrusivo y denunció un creciente uso de trabajos forzados en industrias como la del algodón.

Además, señaló que hay una espectacular caída en la tasa de nacimientos entre estas minorías, de más del 48%, frente a un ligero aumento en otras áreas.

“Ya no es posible esconder crímenes de esta magnitud”, dijo Roth, que insistió en que la comunidad internacional tiene que reaccionar, empezando por poner en marcha una investigación independiente sobre la situación en Xinjiang.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó en febrero su preocupación por la situación en la región y planteó la posibilidad de realizar un viaje oficial si acordaba con China las condiciones necesarias para ello.

Hoy, numerosos países y organizaciones insistieron en la necesidad de que Bachelet pueda llevar a cabo esa visita o que, en caso contrario, comience a hacer públicas denuncias sobre la situación obtenidas de manera remota.

Beijing asegura que ha invitado a la expresidenta chilena en múltiples ocasiones, aunque hoy dejó claro que no aceptará ninguna investigación “basada en mentiras”.


LA RESPUESTA DE CHINA

China, que había criticado la convocatoria de hoy y había pedido boicotearla, decidió finalmente intervenir para denunciar lo que considera que es el uso de Xinjiang como una "herramienta política" para atacar al país.

"La verdad es que esto no va de derechos humanos en Xinjiang. Se trata de usar Xinjiang como una herramienta política para enfrentarse a China", señaló durante la cita el diplomático chino Jiakun Guo.

El representante de China acusó a Estados Unidos y a algunos de sus aliados de hacer una "presunción de culpabilidad y fabricar supuestas pruebas".

"Piensen en lo que ocurrió en Irak, Siria, Libia. El truco se ha hecho muchas veces y todo el mundo lo conoce", insistió, calificando las denuncias de genocidio, trabajos forzados o tortura como "la mentira del siglo". 


ACV