En 2013 fue cuando los administradores de Lestijärvi, uno de los municipios más pequeños de Finlandia, decidieron combatir la disminución de la natalidad y la pérdida de población del pueblo, en el que solo había nacido un niño el año anterior.
Por lo que el municipio introdujo un incentivo llamado "bono bebé" que, consiste en que cualquier residente que dé a luz tiene derecho a 10,000 euros, a pagar a lo largo de 10 años, dicho plan funcionó: desde ese entonces han nacido casi 60 niños en el municipio, en comparación con los siete años anteriores en que nacieron solo 38 niños.
Estos nuevos nacimientos significan un gran impulso para esta aldea de menos de 800 habitantes.
Ahora, después de los resultados satisfactorios para Lestijärvi, varios municipios finlandeses han seguido sus pasos introduciendo también los "bonos bebé", que van desde los US$200 hasta los 11,000, sin embargo, a pesar de estos incentivos locales, la tasa de natalidad nacional de Finlandia sigue en dificultades.
Como en muchos otros países europeos, la natalidad ha disminuido significativamente en la última década: en 2018, alcanzó un mínimo histórico de 1.4 hijos por mujer, en comparación con la tasa de reemplazo, el número necesario para que una población permanezca en su nivel, de 2.1. Diez años antes, se situaba en 1.85.
Es por eso que Finlandia optó por contar con muchos programas para las familias, entre ellos el mundialmente famoso kit básico para bebés, un beneficio mensual para niños de alrededor de €100 por niño y una licencia de paternidad compartida que dura hasta nueve meses con el 70% del salario pagado.
Estonia
Pero, en el otro lado del Golfo de Finlandia, la situación es algo diferente, pues en la nación báltica de Estonia se ha logrado aumentar su tasa de natalidad durante la última década debido a las decisiones del gobierno de invertir en políticas familiares, principalmente en forma de un mayor apoyo financiero para familias numerosas.
Además de la generosa política de licencia de paternidad introducida en 2004, que proporciona un año y medio de beneficios totalmente pagados, en 2017 el país lanzó un beneficio mensual por hijo: US$70 para el primero, otros 70 para el segundo y 110 para el tercer hijo.
El Estado también premia a las familias por tener tres o más hijos: reciben una bonificación mensual de US$330. En total, una familia estonia con tres hijos recibe US$580 por mes en prestaciones familiares.
Francia
En Francia, aunque la tasa de natalidad ha disminuido ligeramente en los últimos cuatro años, todavía tiene la tasa de natalidad más alta en la UE, hasta 1. 84 en 2018.
El país galo es conocido por sus políticas pro natalistas estables y por gastar más dinero público en familias que cualquier otro país de la OCDE.
Proporciona múltiples tipos de beneficios y asignaciones, incluida una "subvención por nacimiento" de algo más de US$1, 000, seguida de la prestación mensual por hijo y diversas asignaciones familiares. Muchos de estos incentivos aumentan con el número de niños.
Las familias francesas también reciben reducciones de impuestos sobre la renta y guarderías subsidiadas por el Estado.
Bolzano
Bolzano, situada en la frontera con Suiza y Austria, tiene una tasa de natalidad de 1.67, más alta que el promedio de la UE de 1.60.
La provincia, también conocida como Tirol del Sur, tiene un estado autónomo y más libertad para establecer sus propias políticas. Las políticas familiares son más generosas que en otras partes de Italia y las familias reciben más apoyo financiero. La prestación mensual por hijo ronda los US$220, más del doble del nivel nacional. También hay subsidios especiales para aquellos con bajos ingresos.
Sin embargo, datos de expertos y ciudadanos por igual piensan que no sólo de trata de dinero, sugieren que lograr que las personas procreen es un asunto complejo que no se resolverá simplemente con un cheque.
MJP