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“Envié dinero para el ataúd”: remesas cubren gastos por covid-19

Margarita, de 58 años de edad, desde hace 20 reside y trabaja en España como trabajadora domestica y cuidadora de ancianos

Escrito en MUNDO el

Para comprar el ataúd de su cuñado, víctima de covid-19, sirvió la última remesa que Margarita Chango, ecuatoriana que desde hace 20 años es trabajadora doméstica y enfermera de ancianos en Badajoz, España, envió a su familia, a quien siempre ayuda en los momentos difíciles.

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Al inicio de la pandemia a Margarita, de 58 años, le era difícil saber con certeza qué estaba sucediendo en su país. No sabe usar Internet y la televisión española poco habla sobre la situación en su país. 

Su única fuente de información eran los comentarios de uno de sus empleadores, hasta que, a inicios de abril, recibió una llamada de su sobrina. Su hermana, cuñado, sobrino y el hijo de este último, habían enfermado de covid-19.

“Me dijo que la estaban pasando mal. Habían ido al médico, pero no tenía medicinas ni tampoco quedaban en la farmacia. Me pidió ayuda para comprarlas directamente en las distribuidoras”, recuerda Margarita para el diario español El País.

Para poder enviar dinero para medicamentos y otros gastos, Margarita incluso se endeudó, con tal de sentirse útil, aunque estuviera tan lejos. 

Con el tiempo, a excepción de su cuñado, su familia mejoró. Al empeorar, quisieron llevarlo al hospital, pero no lo atendieron. Tampoco acudieron a su casa pues algunos médicos no hacían visitas por miedo a los contagios. 

El 29 de febrero, conviene apuntar, el primer caso de covid-19 en Ecuador fue confirmado en una residente que regresaba de visitar España. 

En pocas semanas, el sistema sanitario en Guayaquil colapsó. Los hospitales no atendían a más personas. Los enfermos se morían esperando en sillas de ruedas y las urgencias se llenaban de cadáveres repartidos por el suelo.

A finales de abril, Margarita recibió la noticia de la muerte del esposo de su hermana. La familia vivió un drama común al de muchos guayaquileños. “Llevaba ya dos días fallecido en casa y no venían a buscarlo”.

El organismo gubernamental creado para recoger los cadáveres se saturó y algunas familias tuvieron que esperar hasta una semana para que recogieran a sus fallecidos. 

Otras optaron por sacarlos a la calle por miedo a los contagios bajo los 30 grados que se respiraban en la ciudad más poblada de Ecuador. 

“Le envié dinero a mi sobrina para que compraran el ataúd y pagaran a la funeraria. Gracias a Dios teníamos un huequito de un abuelo de nosotros en el cementerio y pudimos enterrarlo después de hacer otra vez una larga cola”, relata Margarita como si ella misma hubiera acompañado a su pariente.

Ecuador es uno de los países más afectados por la pandemia de coronavirus, la mayoría de los casos en la provincia de Guayas, donde se encuentra la ciudad de Guayaquil.

La cifra de muertos es difícil de saber. Según GK City, uno de los principales medios independientes del país, se cuentan más de 30 mil casos confirmados y 2 mil 900 muertes. El propio presidente del país, Lenin Moreno, ha reconocido que los registros oficiales "se quedan cortos".



(diego joaquín)