Tropas en las calles de Chile, disturbios en Ecuador, manifestaciones en las calles en Argentina, populismo en marcha en Brasil y México. Los bolivianos queman las urnas de votación. Turbulencia política en Paraguay y Perú, publicó el Financial Times.
Son algunas de las crisis que se han desatado en los últimos días en toda América Latina tienen, y a pesar de cada una tiene algunas características únicas, hay una razón que tienen en común: esta es la región con el peor desempeño del mundo en términos de producción económica.
Tal y como lo dijo Shannon K O’Neill, investigadora sénior de Estudios de América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, que en pocas palabras sólo mencionó: “América Latina simplemente no está creciendo”.
Y la mejor prueba para sus palabras es Chile, pues aunque es uno de los países latinoamericanos con mejor desempeño económico este año y frecuentemente se le cita como un modelo de buena política macroeconómica, Santiago, la capital, experimentó el mayor nivel de violencia en tres décadas el pasado fin de semana cuando los ciudadanos expresaron su ira por la arraigada desigualdad de riqueza y el alto costo de la vida.
Hablando de Venezuela, se puede decir que el gobierno revolucionario socialista de Nicolás Maduro es parte del problema: la economía se prepara para una contracción de un tercio este año, continuando un colapso hecho por el hombre que no tiene precedentes en la región sin que tenga que ver una guerra o un desastre natural.
Por otra parte, la guerra comercial global también es otro culpable para el débil desempeño de América Latina, así como la falta de inversión en infraestructura y educación.
Proyecciones FMI
La última previsión económica mundial del FMI, que se publicó la semana pasada, prevé que Latinoamérica va a manejar un crecimiento de apenas 0.2 por ciento.
Por lo que las proyecciones del FMI para los próximos cinco años predicen que casi todo el continente crecerá por debajo del promedio mundial para las economías de mercados emergentes, y naciones grandes como México, Argentina y Venezuela, ni siquiera alcanzarán el débil desempeño de las economías desarrolladas del mundo.
MJP