El establishment político americano no podía salir del shock este miércoles mientras que líderes de ambos partidos, Republicano y Demócrata, veían cómo afrontar cuatro años de presidencia de Donald J. Trump en la Casa Blanca, alguna vez en un escenario inimaginable que ahora pone a los Estados Unidos, sus aliados y sus adversarios en un periodo de incertidumbre sin precedentes acerca de las políticas de Trump y su impacto.
El presidente Barack Obama, que durante mucho tiempo despreció a Trump, y que fue el más férreo oponente de Hillary Clinton, ha tenido diversas conferencias de prensa para urgir a la gente a que cualesquiera que sean sus sentimientos y decepciones quebrantadas, a que se unan por el bien del país y por el bien de la presidencia del señor Trump.
Ante la inminente victoria de Donald Trump como su sucesor, Obama, se comunicó con el magnate vía telefónica para felicitarlo. En dicha llamada habrían acordado reunirse mañana jueves en la Casa Blanca.
La coordinadora de campaña de Trump, Kellyanne Conway, dio detalles de la conversación que fue calificada como “muy agradable” y deslizó que mañana se llevaría a cabo una reunión con el presidente Obama.
A su vez, Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca, comentó la semana pasada que Obama tendría la agenda desocupada hoy miércoles y mañana jueves para reunirse con quien resultara ganador en la jornada electoral.
"Estamos todos ahora enraizados por su éxito en unir y dirigir el país", dijo Obama. "La transferencia pacífica del poder es una de las características de nuestra democracia. Y en los próximos meses vamos a mostrar eso al mundo".
(Con información de Forbes y The New York Times)
lrc